Resulta llamativo lo rápido que la Confederación Vallisoletana de Empresarios (CVE) se ha apuntado a la llamada a la presión y la protesta para el cambio de fase que se está haciendo desde cierto sector de la derecha madrileña. Contra el propio criterio de la Junta de Castilla y León.

Una rapidez con la que no reaccionan cuando se les insta a cumplir convenios, corregir situaciones fraudulentas el correcto pago de liquidaciones, cotizaciones, horas extra o actualmente las medidas de seguridad precisas tanto para evitar los contagios por el Covid-19 como para garantizar nuestra seguridad en el día a día en nuestros puestos de trabajo.

Una rapidez con la que no reaccionan cuando se les insta a cumplir convenios, corregir situaciones fraudulentas el correcto pago de liquidaciones, cotizaciones, horas extra o actualmente las medidas de seguridad precisas tanto para evitar los contagios por el Covid-19 como para garantizar nuestra seguridad en el día a día en nuestros puestos de trabajo.

Dividir a la sociedad en productivos y no productivos nos parece un error brutal, producto de un intento de torcer las estadísticas. Más aún cuando esos «no productivos» como la señora De Miguel denomina a las clases pasivas, están integrados en nuestra sociedad y conviven con las personas que les proporcionan cuidados, tanto de manera profesional como no remunerada por familiares y personas cercanas.

Ya hemos visto su posterior rectificación y nos parece más un movimiento forzado por el escándalo provocado que un verdadero cambio de actitud. La patronal vallisoletana siempre ha destacado por su rancio clasismo y frialdad a la hora de incumplir sistemáticamente la legislación y vulnerar los derechos de la clase trabajadora local. Solo hay que irse a trabajar fuera de Valladolid para constatar las diferencias.

De hecho en esta supuesta rectificación se achaca la polémica a la interpretación que el conjunto de la sociedad vallisoletana ha hecho de este manifiesto, «rectificando» con esta perla: «Desde la Confederación Vallisoletana de Empresarios sentimos que nuestra nota de prensa haya podido dar lugar a otras interpretaciones». Un chute de cinismo épico.

Si de algo no cabe duda es que la CVE, con su presidenta Ángela de Miguel a la cabeza representa a la perfección la patronal que llevamos sufriendo históricamente como clase trabajadora en Valladolid.

Secretariado Permanente de la Federación Local de CGT Valladolid


Fuente: Secretariado Permanente de la Federación Local de CGT Valladolid