Desde que mi pobre hijo de seis años fue sometido por la fuerza a una circuncisión religiosa, el 15 de marzo del 2003 en Valencia, en la clínica "Virgen del Consuelo", a manos de personal sanitario pero sin más razón que la de cumplir con los dictados de un ceremonial decretado por su madre, no hago sino investigar este espantoso fenómeno social de mutilaciones rituales de menores que se practican actualmente de forma habitual en todo el mundo, a plena luz del día, encubiertas con la coartada de una necesidad terapéutica.


Desde que mi pobre hijo de seis años fue sometido por la fuerza a una circuncisión religiosa, el 15 de marzo del 2003 en Valencia, en la clínica «Virgen del Consuelo», a manos de personal sanitario pero sin más razón que la de cumplir con los dictados de un ceremonial decretado por su madre, no hago sino investigar este espantoso fenómeno social de mutilaciones rituales de menores que se practican actualmente de forma habitual en todo el mundo, a plena luz del día, encubiertas con la coartada de una necesidad terapéutica.

Así he sabido, que en ninguno de los países que se tienen por civilizados, ni siquiera en los progresistas Estados nórdicos, está prohibida esta descomunal aberración de la tortura en serie en nombre de la tradición más humillante. Todos los niños de familias musulmanas residentes en Europa, son, tarde o temprano, víctimas de circuncisiones no médicas, lo mismo modo ocurre, además, con la cuarta parte de las niñas.

Aún así, nunca se ha realizado inspección médica alguna de los escolares europeos (niñas y niños) en lo que se refiere a detectar casos de mutilación genital. No existe tampoco plan alguno que prevea el control y la protección integral efectiva de la condición genital natural de la infancia ¿cómo se puede nadie pavonear de disponer de un pomposo Programa Daphne con partidas presupuestarias millonarias dedicadas a… charlas, folletos e intercambios culturales al respecto ?

Basta de circuncisiones rituales de menores. Denunciemos a quienes las perpetran y a todos sus colaboradores y encubridores, incluidos aquellos que, por indolencia, confusión o tibieza moral, no se pronuncian al respecto.

http://www.intact.ca/video.html


Par : José Francisco Sánchez Beltrán. Valencia