Desde hace un tiempo, la CGT ha irrumpido en el sector del SAD (Servicio de Atención Domiciliaria). Se trata de un servicio dirigido a proporcionar ayuda en las actividades diarias en sus domicilios a personas con dificultades, tanto físicas, mentales, de integración social, falta de autonomía personal y de higiene y mantenimiento en su hogar. Estas acciones directas sobre las personas usuarias están realizadas por las trabajadoras y los trabajadores familiares, con la denominación de TF y el personal de limpieza en los domicilios, con la categoría de auxiliares de la llar (auxiliares del hogar).  También constituyen el equipo de SAD,  coordinadoras/es de gestión (personal administrativo)  y personal técnico  (Trabajadores y trabajadoras sociales).

Para entender mejor el sector del SAD, hemos de diferenciar dos situaciones. La primera,  la forma en que los ayuntamientos ofrecen su gestión a las empresas. La segunda, las condiciones laborales de los profesionales.

Para entender mejor el sector del SAD, hemos de diferenciar dos situaciones. La primera,  la forma en que los ayuntamientos ofrecen su gestión a las empresas. La segunda, las condiciones laborales de los profesionales.

Como ejemplo de la primera nos centraremos en el Ayuntamiento de Barcelona. En este caso, la gestión del SAD está fragmentada en 4 zonas que se adjudican a través de un concurso público a las empresas con las mejores ofertas. Existen voces discrepantes sobre esta concesión (plataformas, asociaciones de trabajadoras, etc.) que reclaman la gestión de  este servicio  directamente a través del propio Ayuntamiento, pudiéndose así ahorrar de las arcas públicas los beneficios que las empresas  consiguen.

El modelo que sigue el Ayuntamiento de Barcelona  es el siguiente:     

ZONA 1. Distrito de CIUTAT VELLA, distrito de SANTS MONTJUÏC, distrito de LES CORTS y distrito de SARRIÀ-SANT GERVASI. Se destinan 47.534.408,70 euros en 2 años.

ZONA 2. Distrito del EIXAMPLE y distrito de GRÀCIA. Se destinan 41.852.040,56 euros en 2 años.

ZONA 3. Distrito de HORTA-GUINARDÓ y distrito de NOU BARRIS. Se destinan 51.479.516,44 euros en 2 años.

ZONA 4. Distrito de SANT MARTÍ y distrito de SANT ANDREU. Se destinan 50.795.647,12 euros en 2 años.

Un total de 191.661.612,82 euros durante los 2 años de concesión con posibilidad de prórroga

Las empresas que acceden a este concurso han de ser potentes y tener un aval bancario suficiente, por lo que no está al alcance de cualquiera. La concesión de este servicio se concentra en multinacionales como Accent Social (la antigua Clece de Florentino Pérez), o  Valoriza,  que tras la crisis en las ofertas públicas en construcción han descubierto un gran filón económico a través de la gestión del  SAD.  También surgen entidades tipo Cooperativas (Suara) o entidades sociales, que al ser sin ánimo de lucro están exentas del pago del IVA en las facturaciones al Ayuntamiento, dinero que pasa a engrosar sus beneficios y no tiene repercusión hacia la plantilla.

Desde el punto de vista sindical entendemos que no nos afecta en nada la forma como decide el Ayuntamiento otorgar la gestión del SAD, pero sí lo hace en lo que concierne a las condiciones laborales del personal profesional. Los ayuntamientos son coparticipes y no pueden eximirse de la responsabilidad sobre las condiciones laborales de la plantilla externalizada que realiza los servicios SAD. No pueden excusarse en que se trata de un servicio por el que pagan a empresas y que no tienen nada que ver con la defensa de los derechos laborales de quien trabaja.

Hablar del  SAD  es también hablar de precariedad económica y laboral de sus profesionales, con más incidencia en TF y auxiliares de limpieza, hecho que contrasta con el elevado presupuesto que desde los ayuntamientos se destina para este servicio  proveniente de los impuestos que toda la ciudadanía aportamos a las arcas del estado.

Esta situación se nos hace visible a través de las personas que integran nuestra sección sindical, a ellas les trasladan sus inquietudes, problemas, así como la necesidad de conseguir dignificar sus condiciones laborales enmarcadas en un convenio colectivo, en el reconocimiento social y de las administraciones públicas.

La siguiente cuestión, y aquí sí tomamos partido como sindicalistas de la CGT, está en las  condiciones laborales recogidas en el IV Convenio de Empresas de Atención Domiciliaria (actualmente se está realizando el V sin representación sindical de CGT). La realidad es que en cada firma de estos convenios se han ido perdiendo condiciones favorables para las personas trabajadoras.

Observando los diferentes convenios encontramos que la prioridad de los sindicatos firmantes no es conseguir mejoras laborales para los profesionales del  SAD, sino más bien priorizan las necesidades de las empresas para facilitar el cumplimiento de las exigencias de los ayuntamientos. Por ejemplo, la concesión de los sindicatos firmantes de aceptar la máxima flexibilidad de la jornada laboral de la plantilla: las jornadas continuadas mañana o tarde pasan a ser jornada partida sin mejoras económicas, ni aumento de horas. Es clásico encontrarnos con contratos de pocas horas y horario partido, complicando la conciliación de vida laboral y personal.           

Con salarios por debajo de los 1000 euros (ya que difícilmente se consigue jornada completa), con jornadas parciales de mañana y tarde y  una disponibilidad hacia las empresas del  100%, estos sindicatos han  permitido que aflore un numero nada despreciable de personas trabajadoras en el SAD obligadas a complementar su miserable salario con trabajos sin contratos, fortaleciendo la economía sumergida para poder llegar a fin de mes. Es un sector en donde predomina lo que ahora se define como Trabajadores Pobres o pobres con trabajo. Tenemos conocimiento que un gran número de personas trabajadoras del SAD son a su vez, usuarias de servicios sociales.

A todo ello se añade la imposibilidad de aplicar correctamente la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La principal dificultad radica en que no se puede poner en práctica, pues el personal accede al domicilio de la persona usuaria y por ley prevalece el derecho de dichas personas a recibir el servicio, en detrimento de la seguridad de quien lo presta.

Nos encontramos con problemas de accesibilidad al domicilio, escaleras en pésimas condiciones, falta de alumbrado, plantas elevadas sin ascensor, baños sin acondicionar para la higiene (con graves consecuencias para las personas usuarias y la plantilla), cocinas en mal estado,  instalaciones eléctricas en malas condiciones, presencia de mascotas, parásitos, insectos, a lo que sumar patologías mentales, drogodependencias, conflictos en las familias, abusos y todo un abanico de situaciones con las que lidiar diariamente de forma individual, sin apenas EPI,s y en situación de desamparo ante situaciones de peligro, ataque e incluso robo.

La sensación que perciben estas profesionales, mayoritariamente mujeres, migradas, y con cargas familiares importantes es que no interesan a nadie, que se les exige todo a cambio de un salario que les impide cubrir sus necesidades básicas. Atienden a personas que a su vez ya tienen contratado de forma privada a otro cuidador o cuidadora, solapándose el servicio y en ocasiones provocando conflicto entre profesionales. Un hecho totalmente incongruente, ya que se trata de una ayuda social y que se contradice con los propios derechos de toda la población.

Se han realizado estudios donde se recoge la situación del sector, sus condiciones de trabajo, la precariedad en la que vive la plantilla,  los abusos por parte de las empresas con el beneplácito de los sindicatos firmantes del convenio… Pero nada está cambiando. La plantilla se siente abandonada a su suerte, en un sector con mucha carga de trabajo tanto física como emocional y donde es necesario, por la poca compensación económica que se recibe por su trabajo, de una profesionalidad y vocación hacia el cuidado y servicio a la ciudadanía sin  límites.

Todo esto es solo una pequeña visión del estado actual del SAD, la punta del iceberg. No solo en Catalunya, sino también en el resto del estado español. Miramos a otros países  comparando el sector y nos empequeñecemos aún más, estamos a años luz de conseguir lo que este sector realmente se merece.

Tenemos claro que para las trabajadoras y trabajadores del SAD, la situación es insostenible y un factor necesario para realizar el cambio es romper el monopolio que alrededor de  este servicio se ha creado entre Ayuntamiento, sindicatos mayoritarios y patronales. 

Nuestro objetivo actual es el de entrar con fuerza en los Comités de Empresa como CGT, ampliar las secciones sindicales y crear nuevas, así como establecer lazos y cooperar entre todas para plantar cara a la patronal y sus alianzas.

Firma

Sección Sindical del SAD, sindicato de Sanidad de Barcelona