El otro día vi un reportaje, se llamaba “La maldición de ser niña”, trataba en el fondo sobre como en una gran parte del mundo no vale tanto ser niña (tener niñas es una desgracia) como niño, así que la elección era –es- fácil, puestos a elegir, se elige tener niños. Ahora viven las consecuencias de este (des)orden patriarcal llevado al exceso, les toca vivir un futuro sin apenas mujeres, un futuro de hombres solos.

El otro día vi un reportaje, se llamaba “La maldición de ser niña”, trataba en el fondo sobre como en una gran parte del mundo no vale tanto ser niña (tener niñas es una desgracia) como niño, así que la elección era –es- fácil, puestos a elegir, se elige tener niños. Ahora viven las consecuencias de este (des)orden patriarcal llevado al exceso, les toca vivir un futuro sin apenas mujeres, un futuro de hombres solos.

Ellas son, muchas veces, las ejecutoras de esa maldición, del miedo que viven y que les hacen vivir, sufren y lloran divididas entre la culpabilidad y el terror de no llegar a ser madres de hombres ; por ellas y por sus hijas llegan a extremos a los que nadie debería someter a otro ser humano. Y pensé ¿cómo puede haber alguien en el mundo que no vea que esto es absurdo ? Pero la hay ¿Es posible que exista la maldición de ser niña, de ser mujer ? Sí, existe. El único problema es que, tod Ppq s sabemos cómo romper con ella, pero además hay que querer hacerlo.

Este lunes, 10 de diciembre es el Día Internacional de los Derechos Humanos, con este día se cierra un ciclo de activismo por parte de las mujeres organizadas que empezó el 25 de noviembre, Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres (voy a pasar en este momento del concepto “género”, porque compruebo muy a menudo que se confunde cuando hablas de violencia con otras formas que nada tienen que ver con ella, ni en sus modos, ni en su intensidad, ni en sus consecuencias).

Ya sé, ya sé, no nos gustan los “días oficiales”, pero resulta que a través de estas fechas y de los actos que se convocan con tales motivos, así como por la repercusión mediática que obtienen, podemos denunciar a gritos esa verdad silenciosa que miles y miles de mujeres sufren cada día. No estoy hablando sólo de asesinatos, estoy hablando de violencia, es decir, de insultos, de humillaciones, de discriminación, de asilamiento, de invisibilidad, y de tantas acciones u omisiones que rezuman machismo, y hasta misoginia, a diario.

Se viven, por desgracia, tanto en los ámbitos donde creemos sentirnos más seguras (nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestro sindicato…) y de quien esperamos cariño y respeto ; como en la calle, de quienes no esperamos rechazo.

Envuelta por el activismo social de estos días y porque nunca faltan motivos, quisiera formular un deseo para mejorar “nuestra casa”, porque nuestra organización también es un poco la casa de tod Ppq s : el deseo de que nuestros compañeros entiendan cuánto duele el “trago” amargo de la desigualdad, y que aunque les cueste (como es lógico, porque es difícil aprehender en toda su dimensión el sometimiento social de las mujeres y su repercusión en lo cotidiano) hagan el intento de abrir todo lo que puedan sus mentes y sus corazones para ir poniéndose en nuestro lugar ; pero, antes que nada, que nos hagan sentir su apoyo, que seamos una piña contra la violencia y la desigualdad, que nos quieran como compañeras. Como decía hace 70 años una de aquellas mujeres maravillosas nuestras ¡A ver si los compañeros anarquistas van a permitir que a su lado se ataque impunemente a las compañeras anarquistas ! Bueno, pues no se trata de que sean nuestros guardianes, pero con que sientan suya nuestra lucha, suficiente.

Digo nuestra, porque así es, aun cuando esto muchas veces no se entienda y sea excusa para la casi ausencia de hombres en ella ; aunque esto no deba significar que no estemos codo a codo trabajando por que la justicia y la libertad nos alcance a ambos por igual. Sin embargo, cada lucha tiene a sus protagonistas (no actores únicos) en los colectivos afectados ; así es que, dentro de este cúmulo de fechas significativas que nos han servido estos días para llamar la atención sobre los Derechos Humanos de las Mujeres, hemos reservado uno (29 de noviembre) para dedicarlo a las defensoras de estos derechos : mujeres tan tenaces, tan trabajadoras, tan incansables,… Es de justicia no dejar pasar un día más -oficial o no- sin reconocer (militen o no en nuestra organización) su valía, sus dificultades, sus éxitos, sus esfuerzos ; vaya para ellas nuestra gratitud, para las de antes, para las de ahora, para las de siempre…


Fotografía : El País, 26 de noviembre de 2007


Secretaría de la Mujer de CGT– CyL

correo-e. : secretariamujer@wanadoo.es


Fuente: Secretaría de la Mujer de CGT– CyL