Nuestros compañeros de Altrad Rodisola están en huelga desde el pasado día 20 de agosto.

Esta huelga, de duración indefinida, tiene un objetivo claro: exigir la revocación de las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo que les impone la empresa así como impedir que ésta desactive el pacto que hasta ahora regulaba las condiciones de trabajo y que pasarían a regirse por el convenio de la construcción, con condiciones mucho más precarias.

Esta huelga, de duración indefinida, tiene un objetivo claro: exigir la revocación de las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo que les impone la empresa así como impedir que ésta desactive el pacto que hasta ahora regulaba las condiciones de trabajo y que pasarían a regirse por el convenio de la construcción, con condiciones mucho más precarias.

Sin tener más información, hay quien puede pensar que la empresa se ve forzada a dar estos pasos a causa de la crisis. Nada más lejos de la verdad. El grupo francés Altrad, del que forma parte Altrad Rodisola es un grupo con implantación en una docena de países europeos además de China, Estados Unidos o regiones como el norte de África. Según se define la propia empresa en su página web, Altrad es “el mayor protagonista en el mercado internacional de la construcción”. Con un volumen de negocio de 861 millones de euros en 2015 y unos beneficios netos de 49 millones de euros, es difícil encontrar una excusa en las dificultades económicas que son tan tangibles para nosotros los trabajadores.

Altrad Rodisola es una empresa muy conocida en el sector metalúrgico. Sus trabajadores están especializados en trabajar en el montaje y desmontaje de andamios en condiciones muchas veces difíciles. No es casualidad que sea Rodisola la escogida para esta función en empresas tan conocidas como Dow, Repsol o Basf. Empresas frente a las que se reúnen los trabajadores cada día desde la convocatoria de huelga, para evitar el esquirolaje, darse apoyo mutuo y denunciar la injusticia de los ajustes que se les quieren imponer.

A pesar de la capacidad y buen hacer de su plantilla, Altrad Rodisola lleva años pagando salarios de miseria a sus trabajadores, amenazando con el despido y el cierre mientras sus directivos se embolsan millones cada año. El presidente del grupo, Mohed Altrad, recientemente nombrado Empresario Mundial del Año afirma en internet que “ha cuidado siempre de conservar y promover una concepción humanista del management”. Al mirar las condiciones de trabajo en Tarragona, queda en duda que entiende por concepción humanista.

Explotación laboral sería quizás una definición más acertada.

Los compañeros de Altrad Rodisola son un ejemplo de lucha y resistencia. Su situación no difiere mucho de la de otros trabajadores del sector metalúrgico ni de otros sectores. Sabemos que los recortes en derechos y condiciones laborales están a la orden del día, independientemente de la situación económica de la empresa. Hace tiempo que dejaron de ser un tema de actualidad para convertirse en casi una costumbre, cuando se invoca la crisis para justificar tanto atropello. Es por eso que su rebeldía, solidaridad, su capacidad de organizarse y plantar cara a la injusticia, su lucha por su dignidad debe recibir todo nuestro apoyo.

Todos con los compañeros de Altrad Rodisola.


Fuente: Plantilla de Altrad Rodisola