Artículo publicado en Rojo y Negro nº 381 de septiembre

El Barcelona Supercomputing Center (BSC) es un consorcio público de investigación formado por el Gobierno de España (60%), la Generalitat de Catalunya (30%) y la Universitat Politècnica de Catalunya (10%). El centro tiene actualmente una plantilla superior a 800 personas, de las cuales cerca del 80% es personal científico que se dedica a la investigación en varios ámbitos de las ciencias computacionales y el resto se ocupa del soporte. El centro dispone de una de las infraestructuras de computación más potentes de Europa, el MareNostrum4 y está instalando el MareNostrum5, que será hasta 23 veces más potente que el anterior. El BSC también albergará la primera red europea de computación cuántica. Sin embargo, la infraestructura por sí sola no podría explicar los hitos alcanzados por el BSC en los últimos años, el personal multidisciplinar ha sido fundamental en este sentido.

No todo son maravillas en el paraíso de la supercomputación

Como en otras empresas, la excelencia se alcanza a costa de las condiciones laborales del personal. Además, la perversión misma del sistema de investigación ha sido ampliamente aprovechada por los centros de investigación en el conjunto del Estado. Hacerse un lugar en este mundo es una travesía extremadamente exigente y competitiva, en una cultura del trabajo basada en la autoexplotación y largas jornadas laborales. Asimismo, hay una tendencia a poner la responsabilidad sobre la persona trabajadora, en vez de ser asumida por el centro de investigación. En el BSC esto se ha visto incluso en otros aspectos que, supuestamente, deberían representar una mejora en las condiciones laborales, tales como la normativa “voluntaria” de teletrabajo que no contempla ni la entrega de equipos ni la compensación de gastos o la política de hotdesks sin considerar las necesidades y el bienestar del personal.

Es por eso que, hace más de un año, algunas personas trabajadoras del BSC decidimos organizarnos y montar la sección sindical de la CGT. Posteriormente forzamos la convocatoria de elecciones sindicales proponiendo una lista conjunta a CCOO a cambio de que las convocaran. Para dejar a CCOO fuera de la ecuación rellenamos dos listas de manera simultánea, una conjunta y otra única de la CGT. Cuando llegó el día de presentar las candidaturas, únicamente presentamos la de CGT. También hicimos el esfuerzo de integrar en la lista diversas sensibilidades entre todo el personal, incluyendo una persona del anterior comité, personal afiliado a otros sindicatos combativos minoritarios y personal no sindicalizado. El resultado fue un comité de 17 personas, todas ellas de la candidatura de la CGT.

Las mejoras de condiciones que no llegan

Entre uno de los puntos clave de lucha se encuentra la aplicación de la Resolución de 28 de febrero de 2019 de la Secretaría de Estado de Función Pública. Según esta resolución, nuestra jornada laboral debería ser de 37,5 horas semanales (en vez de 40 horas), deberíamos tener 6 días de asuntos propios (actualmente 0), 30 minutos de descanso remunerado (actualmente 20) y tantas otras medidas de conciliación.
¿Por qué no se aplicaron estas medidas cuando entraron en vigor? Según la Abogacía del Estado, las medidas no se nos aplican porque no somos trabajadores públiques aunque sigamos siendo un consorcio público que depende de la Administración General del Estado (AGE) y se nos deberían aplicar las mismas medidas que a les trabajadores públiques de la AGE. O sea que, ¡somos un consorcio público solo para lo que conviene! Este mismo argumento se usó en otros consorcios similares al BSC, como en el Sincrotró Alba, donde tras demandar a la empresa, se dio la razón a la plantilla. Además, un año antes de la publicación de la resolución, los Presupuestos Generales del Estado del 2018 mencionan explícitamente la jornada de 37,5 horas semanales para los consorcios públicos.

Comienza la lucha

Ya en el año 2019 el comité de empresa del BSC, entonces de UGT, preguntó al centro si iban a aplicarnos la resolución, recibiendo una respuesta negativa. Desde la sección sindical de la CGT, al poco de crearse en el 2022, pedimos la aplicación de la resolución, rechazada otra vez por el equipo directivo. En diciembre del mismo año, una vez constituido el nuevo comité, volvimos a pedir la aplicación de la resolución. Posteriormente el comité emitió el informe negativo sobre el calendario de 2023 al no contemplar la jornada de 37,5 horas semanales.
La empresa se empezó a mostrar más favorable a negociar desde que se publicó la sentencia definitiva de la demanda al Sincrotró Alba, coincidiendo con el cambio de comité, y la empresa aplicó la jornada de 37,5 horas a partir del 1 de abril de 2023 compensando con días libres las horas extra del 1 de enero al 31 de marzo de 2023. En cuanto a los otros puntos de la resolución, se nos comunicó que están estudiándolo y que siguen teniendo la negativa de Abogacía del Estado. Como medida de presión, convocamos una asamblea de personal a la cual asistimos más de 200 personas donde se decidió reclamar las horas extra retroactivas del 2022, llegando a demandar si fuera necesario. Esta fue la primera asamblea de personal en varios años y sin duda será uno de nuestros principales recursos como organización y participación de les trabajadores del centro.

Recogidas más de 300 reclamaciones individuales y pasado el periodo de respuesta dado al centro, procedimos a continuar interponiendo la demanda al Juzgado de lo Social a finales de junio. A estas alturas también recibimos una propuesta de dirección del BSC para compensar las horas extra del año 2022. La oferta limita el número de horas totales que podemos cobrar a 80 horas y deja fuera de la ecuación a las personas que no estén activas en la empresa cuando se haga efectivo el pago. Esta propuesta necesita ser aprobada por Hacienda y, en caso de no serlo, la demanda judicial seguiría en curso. Para tomar la decisión, convocamos una segunda asamblea de personal. En ella se decidió por mayoría aceptar el acuerdo, dando apoyo a las personas que hayan dejado el centro para que puedan demandar y recuperar su cantidad.
Este es solo el principio de muchas luchas pendientes, desde la sección seguiremos luchando por las mejoras laborales que nos merecemos.

Secció Sindical BSC-CGT


Fuente: Rojo y Negro