Artículo publicado en RyN nº 379 de junio.

La troika europea de Bruselas hizo público, el pasado mes de abril, un plan llamado de ajuste fiscal del 0,5% del PIB de cada Estado de la Unión Europea, para cuando se supere el 3% de déficit público de cada Estado. Seamos conscientes de lo que esto supondrá en el día a día y pongamos en cifras crudas lo que este austericidio social supondrá en cuanto a recortes en el sector público para las clases populares que trabajan por cuenta ajena o son autoexplotadas en régimen de autónomos.
Hay que tener en cuenta que el Estado español ha prorrogado las circunstancias extraordinarias previstas en el artículo 135.4 de la Constitución Española y en el 11.3 de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, acogiéndose a que “en caso de catástrofes naturales, recesión económica o situaciones de emergencia extraordinaria, los límites de déficit estructural y de volumen de deuda pública podrían superarse si fuese necesario» y que sirvió durante el periodo de pandemia, como excepción, para la suspensión temporal de la austeridad socioeconómica.
Pero Bruselas recuerda que, una vez controlada la pandemia y sus efectos socio-sanitarios, debe reanudarse el pago prioritario de la deuda antes que la inversión pública —aprobado con carácter de urgencia, modificando la sacrosanta Constitución Española del régimen de 1978 en tiempo récord y con traición a los intereses de la clase trabajadora por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), punto clave del austericidio social. Esto significa que los hombres de negro, los que hacen visitas privadas para dirigir las finanzas públicas de los Estados, aplicarán de nuevo los recortes sociales, con un ajuste fiscal del 0,5% del PIB cuando se supere el 3% de déficit público y que los Estados que superen el límite de deuda del 60% habrán de presentar planes de consolidación fiscal cada 4 años, ampliables a 7 años. España debe 1.489.787 M€ a enero 2023, 31.416 euros por persona. Vuelve el austericidio por la puerta grande: aplicado al Estado español, supondrá la tormenta perfecta para que, en pocos años, lleguemos a los niveles de austericidio y guerra social de Grecia, base de una revuelta social como ya se está produciendo en ciudades marroquíes.
El Gobierno español fijó un límite de déficit público en 198.221 millones de euros y una previsión para el 2023 del 3,9% del PIB de déficit público. Para 2024, equivale, aunque no se diga públicamente, a que en caso de superarse el 3% de déficit, los hombres de negro de la UE obligarán al Estado español a hacer presupuestos generales con un 0,5% menos de límite de gasto: 991,1 millones de euros menos para inversión social en el 2024 para así poder llegar al 3% del PIB cada año, con un límite de 4 años; por tanto 3.964,6 M€ menos para sanidad, pensiones, servicios sociales…
Para apuntalar esta deriva de austeridad, la AIREF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) ya anuncia una reducción de puestos de trabajo público en paralelo al descenso del peso del PIB de la economía del 50,4% al 2021 al 45,8% para el 2026; nos anuncian, en cifras macroeconómicas, que en 5 años se prevé reducir el peso del sector público en un 4,6% del PIB, poca broma.
El Estado español acabó el 2022 con déficit público real al 4,81% del PIB.
Las obligaciones austericidas de Bruselas, para llegar a ese 3% de déficit del PIB, explican en parte el porqué del aumento desmesurado de los precios: los Estados están aplicando un impuesto directo a las clases populares de recaptación de impuestos a base de empobrecer a la población, como el IVA de productos de primera necesidad o el impuesto a la gasolina, la luz, el gas. Queda confirmado, además, por la negativa del Gobierno «progresista» de PSOE-PODEMOS a regular los precios de productos a las multinacionales con beneficios aunque, en pocos meses, productos y servicios, hayan doblado su precio, extendiéndose las colas del hambre —quienes recurren a la beneficencia para comer— que llegan a cada vez más sectores de la sociedad.
¿Quién gana? Las energéticas de luz, gas, petróleo; la banca, porque la gente pide más créditos; y los hipermercados de gran poder de compra que siguen ampliando sus beneficios. Mientras, el Estado español ha cerrado el año 2022 con unos ingresos récord vía impuestos directos al consumo: 254.000 M€, lo que supone un incremento anual de 31.000 M€ (+13,9%), que servirán, no para dotar de mejor educación y rescatar familias de la pobreza estructural, sino para el pago de intereses de la deuda (estamos pagando un 2,2% del PIB en intereses de la deuda: 27.400 M€). La subida de tipos de interés será del 2,7% en 2024 (33.600 M€) a lo que se suma los compromisos militares con la OTAN (2% PIB) y el disimulo de los recortes presupuestarios que quieren aplicar a partir del 2024, mira por dónde, después de las elecciones españolas. Esto se agrava cuando, por ejemplo, el riesgo de pobreza pasó del 13,2% al 24% en Catalunya durante el periodo de pandemia 2018-2021 (Informe FOESSA).
Por todo ello, campañas como la de la Federación Estatal de Administraciones Públicas de CGT (FETAP) en defensa del sector público, de la estabilización del personal interino, de la revalorización de las pensiones y de garantizar una subida ligada al IPC en los convenios que refleje el aumento del coste de la vida, son más necesarias que nunca, porque hay que concienciar del austericio programado y del intento de externalizaciones de servicios públicos en diversas administraciones, deteriorando servicios básicos, para abocarnos a privatizaciones y, a la vez, agudizar el deterioro de las condiciones de trabajo, de aumentar la sobrecarga de tareas al funcionariado titular o interino que redundan, todas ellas, en una peor atención a la ciudadanía, favoreciendo negocios privados que limitan los derechos básicos ganados con muchos años de luchas sociales y sindicales de la clase trabajadora.
La respuesta es el Sindicato, empoderarnos y darle la vuelta, y en esto los franceses nos dan ejemplos enriquecedores.

Moisès Rial
Sindicato Actividades Diversas CGT Sallent

 


Fuente: Rojo y Negro