La Unión Europea recomienda a los Estados miembros que concedan a los inmigrantes legales el derecho al voto al menos en las elecciones municipales y que les faciliten la adquisición de la nacionalidad para promover su integración en los países de residencia.

La Unión Europea recomienda a los Estados miembros que concedan a los inmigrantes legales el derecho al voto al menos en las elecciones municipales y que les faciliten la adquisición de la nacionalidad para promover su integración en los países de residencia.

Estas medidas se recogen en el primer ’Manual Europeo de Integración de Inmigrantes’, que se presentó hoy en Bruselas. La guía ha sido elaborada por una consultora independiente a petición de la Comisión Europea y recoge las mejores prácticas en los Veinticinco en esta materia.

«La participación política de los inmigrantes proporciona oportunidades para la integración y debería ser respaldada en sus diferentes formas, incluyendo la adquisición de la nacionalidad, el derecho de voto a nivel local y el establecimiento de estructuras consultivas», subraya el texto.

«Los Gobiernos deberían garantizar el derecho de voto a todos los residentes al menos a nivel local, y reducir los obstáculos para hacer uso de este derecho, como tasas o requisitos burocráticos», aconseja el manual, que sugiere además la puesta en marcha de campañas de información específicas para fomentar la participación de los inmigrantes.

Por lo que se refiere a la adquisición de la nacionalidad, los expertos consideran que puede servir como «herramienta» de integración al disminuir la «brecha de derechos» entre los ciudadanos y los inmigrantes residentes de larga duración. En el caso de que un Estado realice algún tipo de examen previo para conceder la nacionalidad, el manual aconseja que se proporcionen cursos preparatorios asequibles y de buena calidad.

La Unión Europea cree que la religión desempeña a menudo un papel «positivo» en el proceso de integración, que puede reforzarse «facilitando el diálogo entre las comunidades religiosas inmigrantes y entre éstas y la sociedad del país de residencia». Por ello, se aconseja a los Gobiernos que apoyen el diálogo entre religiones destinando recursos económicos al establecimiento de plataformas de diálogo.

EJEMPLO, LA COMUNIDAD DE MADRID

Además, se destaca el papel de los servicios públicos en la integración de los inmigrantes, especialmente a nivel regional y local. En este sentido, el manual pone como ejemplo de buena práctica a la Comunidad de Madrid y sus centros de asistencia social para inmigrantes. Otro factor de integración lo constituyen los organismos consultivos, entre los que se menciona al Foro de Inmigración de España.

Otra prioridad para garantizar la integración de los inmigrantes debería ser la puesta en marcha de cursos de introducción, especialmente sobre la lengua del país de residencia y sobre formación laboral. «Estos cursos proporcionan a los inmigrantes las aptitudes vitales para ser autosuficientes y eso hace que el esfuerzo valga la pena», destaca el manual.

Los cursos deben diseñarse de manera flexible para que la enseñanza del idioma y la formación laboral se impartan de manera simultánea y no sucesivamente. La formación debería continuar cuando los inmigrantes consiguen trabajo en forma de cursos a tiempo parcial, a distancia o a través de Internet.

En este sentido, se aconseja la puesta en común de los recursos de municipios próximos para ofrecer diferentes tipos de cursos, de manera que no se obligue a los inmigrantes a desplazarse a lugares lejanos de su punto de residencia. La formación ha de incluir además una introducción a los valores, normas y reglas de los países receptores.

En este campo, el manual alaba el ejemplo de la Unió de Pagesos, una organización agraria catalana que ofrece formación a los inmigrantes estacionales que trabajan en el campo en Cataluña, en temas como tecnologías de la información, agricultura, proyectos de cooperación al desarrollo o lenguas, para que cuando regresen a su país de origen puedan compartir su experiencia y promover sus propios proyectos.

Los Estados miembros deberían ofrecer asistencia a las pequeñas empresas y a los sindicatos en aquellos sectores de la economía que emplean a muchos inmigrantes completando la capacidad de formación de estas organizaciones. Además, se recomienda a los Gobiernos que promuevan en las empresas debates sobre la integración de los inmigrantes en el marco de los programas de responsabilidad corporativa.

Una vez que los programas formativos estén en marcha, se ha de estudiar la posibilidad de hacerlos obligatorios y usar sanciones o incentivos para incrementar la asistencia de los inmigrantes y mejorar la calidad de la formación.


Par : Europa Press