Nació en Pernambuco y es uno de los grandes compositores brasileños de la actualidad. Habla de sus ideas musicales y sobre la curiosidad que le despiertan Cerati, Fito Páez y Andrés Calamaro.
Nacido hace 49 años en Pernambuco, Recife, Lenine es una de las figuras más originales de la actual escena brasileña ; y más gravitantes, en su múltiple condición de compositor, intérprete y notable productor. El músico actuará por primera vez en la Argentina hoy en el Gran Rex, donde presentará su disco Acústico con una banda completada por trío de metales, bajo y batería, además de él como cantante y guitarrista.
Nació en Pernambuco y es uno de los grandes compositores brasileños de la actualidad. Habla de sus ideas musicales y sobre la curiosidad que le despiertan Cerati, Fito Páez y Andrés Calamaro.

Nacido hace 49 años en Pernambuco, Recife, Lenine es una de las figuras más originales de la actual escena brasileña ; y más gravitantes, en su múltiple condición de compositor, intérprete y notable productor. El músico actuará por primera vez en la Argentina hoy en el Gran Rex, donde presentará su disco Acústico con una banda completada por trío de metales, bajo y batería, además de él como cantante y guitarrista.

En conversación telefónica con Clarín, Lenine se define como un cronista musical : «Me siento una especie de reportero, en cierta forma hago lo que usted hace. Estar atento es la función del cronista, y realmente me siento un cronista musical. La atención es mi herramienta».

Lenine, ¿ese nombre le dio a usted algún mandato revolucionario, al menos en el sentido musical ?

Lógicamente, fue idea de mi padre. Si yo tuviese que elegir, sería Bakunin. Creo que soy más anarquista que cualquier otra cosa. En cuanto a las revoluciones musicales, es algo que ocurre siempre. Semánticamente, la palabra tiene que ver con revolver, mover mucho, retornar. Me considero un ser voluble, en el sentido de que estoy cambiando mis cosas día tras día, en la medida en que se acrecienta mi experiencia.

¿Cómo compone ?

No tengo reglas, para mí no debe haberlas. Antes que cantante o guitarrista, mi primera profesión es la de compositor, puede ser un poema de Paulo Cesar Pinheiro que yo voy a musicalizar, puede ser una música de Francis Hime a la que le pongo letra. Puede ser que letra y música nazcan juntas, de una manera un poco «psicosonada», por decirlo así.

¿Este último es el caso de su canción «Jacksoul brasileiro» ?

Sí, la canción es un homenaje a un músico del Brasil llamado Jackson do Pandeiro. Surgió casi lista. En compensación, en una canción como O silencio das estrelas di vueltas sobre ella mucho tiempo, hasta descubrir el puente armónico que faltaba, aquel pasaje melódico que estaba buscando. A veces uno pasa dos o tres meses hasta que consigue un resultado satisfactorio.

Usted produjo el segundo disco de Maria Rita, que por cierto es mucho mejor que el primero. ¿Cómo encaró esa producción ?

Cada proyecto de producción es diferente. Este era el segundo disco de una persona que había entrado muy fuerte en el mercado. Había por otro lado una clara situación de orfandad, ya que es la hija de Elis Regina. Tenía que haber una reafirmación, haciendo foco en una generación de compositores contemporáneos a la propia Maria Rita.

Su voz por momentos es un calco de la madre.

Ella es hija de Elis, ¿por qué negarlo ? Pero le puedo decir que también ella es más cool, más intimista, menos histriónica que la madre. Creo que es una intérprete con un futuro enorme. –


Fuente: Federico Monjeau / Clarin