Por Amy Goodman - Democracy Now!.-

El movimiento de protesta “Ocupemos Wall Street” crece día a día, y se está extendiendo a otras ciudades de Estados Unidos. «Somos el 99 por ciento que ya no va a tolerar la codicia y la corrupción del 1 por ciento restante», dicen los manifestantes.

La respuesta del Departamento de Policía de Nueva York fue brutal. El
sábado pasado, la policía arrestó a más de 700 manifestantes en una de
las detenciones masivas más grandes en la historia de Estados Unidos. La
semana anterior, manifestantes pacíficos fueron rociados con gas
pimienta en el rostro sin advertencia previa ni motivo aparente.

La respuesta del Departamento de Policía de Nueva York fue brutal. El
sábado pasado, la policía arrestó a más de 700 manifestantes en una de
las detenciones masivas más grandes en la historia de Estados Unidos. La
semana anterior, manifestantes pacíficos fueron rociados con gas
pimienta en el rostro sin advertencia previa ni motivo aparente.

Es por este motivo que esta semana, luego de obtener un acuerdo
judicial sin precedentes con los departamentos de policía de Mineápolis y
St. Paul y del Servicio Secreto de Estados Unidos, fui con mis colegas
hasta la Plaza de la Libertad, el corazón de la ocupación en Wall
Street, para anunciar esta victoria legal.

El Día del Trabajo de 2008, me encontraba cubriendo el primer día de
la Convención Nacional Republicana en St. Paul junto al equipo de
noticias de Democracy Now! Afuera, miles de personas se manifestaban en
contra. Yo me encontraba dentro de la convención, entrevistando a
delegados del que esa semana era el estado más candente, Alaska.
¿Recuerdan a la candidata a la vicepresidencia Sarah Palin? A unas
cuadras de allí, mis colegas Sharif Abdel Kouddous y Nicole Salazar
estaban cubriendo la represión policial contra una multitud de
manifestantes.

La policía antidisturbios encerró a los manifestantes en un
estacionamiento. Junto con ellos también quedaron encerrados los
periodistas acreditados. Un policía le gritó a Nicole: “¡La cara contra
el suelo!” Y ella replicó, también a los gritos, “¡Soy de la prensa!”,
mientras sostenía su carné de prensa con una mano y filmaba con la otra
su propio arresto violento.

Nicole gritó mientras la tiraban boca abajo y mantenían su cara
contra el piso. También gritó cuando le apoyaron una rodilla o bota en
la espalda y la arrastraron de una pierna, lo que provocó que su rostro
sangrara. Lo primero que hicieron a continuación fue quitar la batería
de la cámara, por si quedaban dudas acerca de lo que no querían que
quedara registrado. Mientras Sharif intentaba calmar a la policía
(anti)disturbios, lo empujaron contra una pared, lo patearon dos veces
en el pecho, lo tiraron al suelo y lo esposaron.

Recibí una llamada en mi celular y corrí desde el Centro de
Convenciones al lugar de los arrestos. La policía antidisturbios había
acordonado la zona. Corrí hacia la policía, llevaba mi pase de prensa
colgado al cuello. Solicité hablar con el oficial a cargo, para que
liberara a mis compañeros periodistas. Acto seguido, me llevaron por la
fuerza detrás de la línea policial, me pusieron los brazos detrás de la
espalda y me esposaron.

Le rogué a los policías que no me arrestaran, pero fue exactamente lo
que hicieron. Finalmente me llevaron junto a Sharif. Como periodistas
acreditados exigimos ser dejados en libertad. Acto seguido, un agente
del Servicio Secreto vino hacia nosotros y nos arrancó las
acreditaciones de prensa del cuello.

Presentamos una demanda. La semana pasada, finalmente, llegamos a un
acuerdo con la policía de St.Paul y Mineápolis y el Servicio Secreto.
Además de pagar 100.000 dólares de indemnización, el Departamento de
Policía de St. Paul acordó poner en marcha un programa de capacitación
orientado a educar a los oficiales de policía acerca de los derechos de
la prensa y de la población consagrados en la Primera Enmienda, con
relación a operaciones policiales, incluidos los procedimientos
adecuados para tratar con los periodistas que estén cubriendo
manifestaciones. El Departamento de Policía de St. Paul también se
comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para hacer que el
Departamento de Policía de Minneapolis implemente un programa similar, y
además ofrecerá dicho programa al personal policial de todo el estado.

A menos de un año de las próximas convenciones y en momentos en que
estamos cubriendo manifestaciones como la de Wall Street, este gran
acuerdo que surgió tras los arrestos durante la Convención Nacional
Republicana de 2008, debería servir de advertencia a los departamentos
de policía de todo el país para que dejen de arrestar e intimidar a
periodistas, y para que terminen la práctica de los arrestos ilegales.
No deberían abrirnos un expediente policial cuando lo que hacemos es
tratar de cumplir con nuestra tarea de registrar lo que sucede.

Pero ¿es la policía la que realmente paga el precio por sus actos?
Previo a las convenciones republicana y demócrata de 2008, cada partido
contrató pólizas de seguro para indemnizar a las ciudades anfitrionas
por los daños y perjuicios surgidos de demandas.

Bruce Nestor, presidente de la filial de Minnesota de la Asociación
de Abogados de Estados Unidos, me dijo: “St. Paul de hecho negoció una
cláusula de seguro especial con el comité anfitrión republicano para que
los primeros 10 millones de dólares por concepto de responsabilidad
civil por demandas surgidas de la convención fueran cubiertos por el
comité anfitrión. La ciudad está orgullosa de esta negociación. Es la
primera vez que esto se negocia entre una ciudad y un comité anfitrión
pero básicamente significa que nosotros (la ciudad) podemos cometer
infracciones, y no tenemos que pagar por ello”.

Volvamos a la actualidad. El megabanco rescatado de Wall Street
JPMorgan Chase realizó una donación de 4,6 millones de dólares,
deducible de impuestos, a la Fundación de la Policía de la Ciudad de
Nueva York, lo cual hizo que los manifestantes se preguntaran: ¿Se le
paga a la policía de Nueva York para proteger a quién: a la gente o a
las empresas? ¿Al 99 por ciento o al 1 por ciento?

Marina Sitrin, que forma parte del equipo legal de “Ocupemos Wall
Street”, me dijo que inicialmente la protesta iba a tener lugar en Chase
Plaza, pero que el Departamento de Policía de Nueva York la había
cerrado en forma preventiva. Los manifestantes se fueron entonces a
Zucotti Park y lo re-bautizaron Plaza de la Libertad.

Un comunicado de prensa sin fecha publicado en el sitio web de
JPMorgan Chase afirma que, en respuesta a la donación de los 4,6
millones de dólares, “el Jefe de Policía de la Ciudad de Nueva York,
Raymond Kelly, envió una nota al director ejecutivo y presidente, Jamie
Dimon, expresando su ‘profunda gratitud’ por la donación de la
empresa.” Teniendo en cuenta el monto de la donación y el maltrato y la
violencia policial contra los manifestantes, uno podría sospechar sobre
el modo que tiene el jefe de Policía Kelly de demostrar su gratitud.


Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2011 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Publicado el 6 de octubre de 2011


Fuente: Amy Goodman - Democracy Now!