Los trabajadores Bolivianos Rechazan la vía electoral
Bolivia- La vía electoral ya no corre para los trabajadores. Los sectores más combativos y radicales del movimiento obrero, popular y vecinal de Bolivia dieron las espaldas a las elecciones de fin de año, manteniendo en pie su independencia política y reabriendo la ruta revolucionaria, a pesar de los intentos desesperados de los principales dirigentes sindicales por adherirse a las candidaturas reformistas y de centro izquierda.
Los trabajadores Bolivianos Rechazan la vía electoral

Bolivia- La vía electoral ya no corre para los trabajadores. Los sectores más combativos y radicales del movimiento obrero, popular y vecinal de Bolivia dieron las espaldas a las elecciones de fin de año, manteniendo en pie su independencia política y reabriendo la ruta revolucionaria, a pesar de los intentos desesperados de los principales dirigentes sindicales por adherirse a las candidaturas reformistas y de centro izquierda.

«Tenemos la elemental obligación de establecer nuestra propia ruta revolucionaria que nos lleve a instaurar sin capitulaciones nuestro propio gobierno», dice un comunicado de la Central Obrera Regional (COR) de El Alto, uno de los bastiones de los dos últimos levantamientos populares, que condenó sin ambages «el escenario electoral que se abrió como una maniobra del imperialismo norteamericano para frenar el ímpetu revolucionario que se gesta en lo más profundo de los bolivianos».

En la misma senda, la Central Obrera Boliviana (COB), la Federación de Mineros, la Confederación de fabriles y la poderosa Federación de Juntas Vecinales de El Alto también rechazaron la vía electoral, dejando desairados a sus principales dirigentes como Jaime Solares y Abel Mamani. El primero de ellos intentaba ser el candidato a vicepresidente del Movimiento Indígena Pachakuti del Mallku Felipe Quispe y el segundo buscaba ser candidato a prefecto (gobernador) de La Paz por el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.
La actitud de ambos dirigentes fue severamente cuestionada por las organizaciones de base que están seguros que nada bueno saldrá de las elecciones, ya que éstas fueron impuestas para distraer la ofensiva popular contra el neoliberalismo y por la nacionalización de los hidrocarburos.

«Las elecciones no han de resolver las principales demandas de los trabajadores y del pueblo boliviano», asegura la COR de El Alto, empeñada en una «lucha a muerte contra el neoliberalismo y las petroleras».
«En ningún momento subordinaremos nuestra lucha a las elecciones (…) La batalla que libramos en las jornadas de mayo y junio, que los denominamos por la dignidad de los bolivianos y la constitución del poder de los explotados, ha ratificado una vez más que El Alto se han convertido en el siglo XXI como el nuevo cuartel de la revolución boliviana y sus organizaciones como la COR, la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) y la Federación de Gremiales de El Alto como la vanguardia del movimiento social de los explotados y pobres del país», agrega.

Conscientes de que la clase obrera y los sectores empobrecidos de la población no podrán imponerse con los métodos de la democracia burguesa, los sectores más combativos y radicales aseguraron que «lucharán hasta derrocar a las logias y a la oligarquía foránea».
«Estamos concientes que ni Evo Morales (el líder cocalero del MAS que postula la vigencia de un fuerte capitalismo andino de Estado y reniega del socialismo, NdE), peor el nuevo instrumento imperialista (de los neoliberales) Tuto Quiroga ni Samuel Doria Medina, se atreverán a nacionalizar y recuperar la totalidad de nuestros recursos naturales (hidrocarburos, agua, minerales, etc.) por el cumplimiento de simples compromisos, sino lo harán bajo la articulación de un poderoso movimiento gestado desde las bases del pueblo boliviano. Para eso nos preparamos los trabajadores alteños, por esto no nos prestamos a ser dóciles y quijotes escaleras ni de los partidos indi-populistas ni neoliberales», agrega el documento de los obreros y trabajadores.

En este marco, el resultado de las elecciones de fin de año no tiene mayor trascendencia para los trabajadores, por lo que el nuevo presidente que emerja de las urnas, sea Evo Morales (al que tipifican como a un traidor) o Tuto Quiroga, no tardaría en ser derrocado si no expropia los más de cien mil millones de dólares que las petroleras como Repsol, British Gas, Total, Enron, Shell, Petrobras y otras se han apoderado a vil precio.

En cambio, otros sectores más moderados de trabajadores como los cooperativistas mineros, colonizadores y sobre todos los cocaleros, campesinos e indígenas ligados al MAS creen que un eventual gobierno de Evo Morales podría poner coto a los excesos del neoliberalismo y de las petroleras, avanzando poco a poco en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.

Pero las críticas contra el MAS son contundentes, desde el propio campo indígena. «¿Qué es eso de capitalismo andino ?, ¿Qué es eso es apostar por la burguesía andina ? Eso es más explotación para el pueblo», dice sobre el programa de los cocaleros el Malku Felipe Quispe, también candidato presidencial, y que cree que un eventual gobierno de Evo entregaría el 50% de las utilidades del gas a las transnacionales, lo que no sería aceptado por el pueblo.
El Mallku Quispe, cabeza de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, postula la nacionalización de todos los recursos naturales, incluidos los hidrocarburos y la tierra, pero su candidatura sólo tiene peso en algunas provincias del altiplano por lo que sus posibilidades son mínimas.

En los sectores más combativos la vía para llegar al poder es otra. «Nuestra lucha es irrenunciable por el poder. A los que subestiman la inteligencia de los alteños, les decimos que desde octubre del 2003 a la luz de las experiencias ricas de nuestras luchas hemos constatado que los explotados de este país tenemos la obligación elemental de formar y forjar nuestro instrumento político que nos permita a los explotados tomar el poder. Por esta situación, los trabajadores ateños hemos planteado la articulación de la Asamblea Popular Nacional Originaria a la cabeza de la Central Obrera Regional (COR), la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), la Central Obrera Boliviana (COB), la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y otras organizaciones. Los pobres y explotados de este país no tenemos nada que perder en esa lucha por la dignidad de los bolivianos, sino las cadenas de dependencia y explotación», señala el documento político de la combativa central de trabajadores de El Alto.


Fuente: Rebanadas de Realidad