Los tres acusados de atentar y lesionar contra agentes de la Policía Nacional el día de la huelga general del 20-J de 2002 negaron que golpearan o agredieran a efectivos policiales que actuaron ese día ; y, en cambio, declararon ante el juez que fueron ellos los que cargaron contra un grupo de manifestantes. Los tres reconocieron que había "mucho tumulto".

Los tres acusados de atentar y lesionar contra agentes de la Policía Nacional el día de la huelga general del 20-J de 2002 negaron que golpearan o agredieran a efectivos policiales que actuaron ese día ; y, en cambio, declararon ante el juez que fueron ellos los que cargaron contra un grupo de manifestantes. Los tres reconocieron que había «mucho tumulto».

El fiscal pide un año de prisión para cada uno por un delito de atentado, pero rebaja la imputación en cuanto a las faltas de lesiones para dos de los acusados, Rafael D. y José Alberto G., a los que les imputa una ; mientras que al tercero, José Antonio R.M., le mantiene las dos. El juicio quedó ayer visto para sentencia del Juzgado de lo Penal número 10 de Málaga.

Los hechos comenzaron en un bar del centro comercial Eroski y, según el acusado Rafael D., miembro del piquete informativo, él no tiró ningún objeto a los responsables del establecimiento, con los que se negociaba el cierre, sino que «se cayó» un servilletero.

Entonces, «me asusté porque la Policía venía muy rápido hacia mí y la gente me decía que corriera», señaló el imputado, quien dijo que dentro del centro comercial no hubo ninguna agresión, «sólo un momento de tensión», que ya fuera se convirtió en «carga policial».

Relató cómo un agente le cogió de un collar que llevaba en el cuello ; mientras que miembros del piquete le decían que lo soltara. En ese momento, llegó un grupo de antidisturbios y los agentes «empezaron a pegar todos con las porras», señaló.

Por su parte, José Antonio R.M. dijo que fuera del centro comercial sólo se acercó a un agente para preguntarle «por qué estaba pegando a todo el mundo» y que éste se volvió y «comenzó a pegarme». «No había nadie pegando a ningún policía, eran ellos», aseveró.

El tercero en declarar fue José Alberto G., quien también se unió al piquete más tarde, y declaró que le detuvieron porque salió en defensa de Rafael D. Así, aseguró que fuera del recinto «nos cogieron a los tres y nos dieron bien».

POLICIAS

Los dos agentes que estuvieron dentro del centro comercial coincidieron en que vieron cómo un servilletero «voló» e identificaron a Rafael D. como el autor de ese hecho. Además, dijeron que recibieron «manotazos» del grupo de manifestante, pero uno de ellos reconoció que se trató de «una reacción lógica en ese momento».

Uno de los agentes que resultó lesionado explicó que salió del centro persiguiendo a Rafael D. y que cuando lo detuvo se produjo un forcejeo entre ambos, pero no pudo determinar si fue éste quien le agredió, porque «había mucha gente». Indicó que llegó un grupo de agentes en su ayuda.

Por contra, agentes de dicho grupo de apoyo reconocieron como responsables de dicha agresión a José Alberto G. y a José Antonio R.M., de quien dijeron que además amenazó y golpeó a otro policía, quien relató cómo éste también se resistió a la detención. Dijeron que recibieron una llamada diciendo que estaban agrediendo a un compañero, por lo que utilizaron las defensas reglamentarias.

Por su parte, uno de los testigos de la defensa precisó que cuando llegó fuera del centro Eroski vio como un grupo de manifestantes decían a un policía que soltara al joven, momento en el que seis o siete agentes «cargaron contra el grupo, dando leña». El resto insistió que no hubo agresión por parte del piquete.

Las defensas de los acusados destacaron las «serias y obvias» contradicciones entre las declaraciones de los agentes, y el que uno de ellos reconociera que el altercado ocasionado en el centro comercial fuera «reacción lógica». Asimismo, consideraron «desproporcionada» la actuación policial y subrayaron que no ha quedado acreditado en el juicio las imputaciones contra cada uno de ellos.


Par : EP