La represión por medio de la operación “Destacamento de Contención” y la divisiones internas marcan el evento
La segunda edición del Forum Social Ruso celebrada entre los días 13 y 16 de julio reunió a buena parte de los asociaciones y organizaciones políticas y sociales de la izquierda alternativa rusa, dando a su vez la replica a la cumbre del G8 celebrada del 15 al 17 de julio en San Petersburgo. La represión estructural organizada a escala de toda la Federación Rusa para impedir llegar a los activistas a la ciudad del Báltico, y las diferencias entre pilares fundamentales del propio Foro Social Ruso marcaron el desarrollo de las jornadas.
La represión por medio de la operación “Destacamento de Contención” y la divisiones internas marcan el evento

La segunda edición del Forum Social Ruso celebrada entre los días 13 y 16 de julio reunió a buena parte de los asociaciones y organizaciones políticas y sociales de la izquierda alternativa rusa, dando a su vez la replica a la cumbre del G8 celebrada del 15 al 17 de julio en San Petersburgo. La represión estructural organizada a escala de toda la Federación Rusa para impedir llegar a los activistas a la ciudad del Báltico, y las diferencias entre pilares fundamentales del propio Foro Social Ruso marcaron el desarrollo de las jornadas.

Elevada por encima de todas las discusiones en torno a los objetivos, rasgos y alcances del régimen político ruso, aparece la certeza de qué éste se haya abundantemente imbuido por el llamado estilo peterburgues. El aumento sin concesiones del entramado de seguridad público y privado, un férreo control social y la cancelación de una oposición política veraz, conforman su línea de flotación. Su gentilicia adjetivación se debe a la proveniencia de Vladimir Putin, quien pronto introdujo a su clan, los peterburgueses. La influencia del estilo peterburgues en los últimos años ha colaborado a que el conjunto de actos y foros que han conformado la contracumbre a la cumbre del G8 de San Petersburgo hayan contado con no pocas peculiaridades inimaginables en cualquier otra reunión de este club de amos del mundo. Ello se debe a que, en buena medida, las protestas y distintas manifestaciones colectivas reclamaban la atención de problemas internos relativos a la propia Federación Rusa. Así las cosas, el actual estado de las libertades políticas y derechos civiles ha permitido ver fotografías imborrables de los sectores más granados del liberalismo ruso – que nada reprochan al sistema político y económico encarnado por el dominio de cada estado miembro del G8- actuando en campaña.

Por su parte, las distintos redes y organizaciones de la izquierda alternativa al capitalismo rusa tuvieron en su participación en el segundo Foro Social Ruso su denominador común en la anticumbre. Abordemos su contenido, así como las luces y sombras del mismo. En cuanto al contenido, El Foro Social sigue los mismos principios que sus contrapartes europea y mundial, surgiendo de las movilizaciones en los dos últimos años frente al desmantelamiento de los sistemas de protección social. En el primer Foro Social Ruso en abril de 2005 se crearon los Soviets de Solidaridad Social, que acogen a asociaciones y sindicatos alternativos, defensores de los Derechos Humanos, asociaciones de inválidos, víctimas de la radiación de Chernobil e incluso organizaciones de jubilados. En San Petersburgo bajo el lema : “NO a la política liberal en Rusia y en el mundo”se reunieron cerca de 1500 activistas que trataron asuntos internacionales y otros propios de la agenda del G8 -como la energía y el SIDA- y sus vínculos en la realidad social rusa, acordándose resoluciones comunes así como la creación de diferentes comisiones de trabajo.

Entre los aspectos positivos cabe destacar que habiendo reflejado la debilidad relativa del movimiento, la anticumbre, y especialmente el Foro Social Ruso ha reflejado al mismo tiempo su dinámica y aspiración creciente a la solidaridad y a ser una alternativa política. Así mismo el número de asistentes es más que digno al tener en cuenta el nivel de represión que azotado a la contracumbre, así como la realidad de que la movilización social de oposición se encuentra en Rusia todavía en una etapa embrionaria.

Como sombras quedan los dos últimos aspectos reseñados. La operación represiva, “Destacamento de Contención”, al más puro estilo peterburgues, fue llevada a cabo por las fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia rusos. Con ella se pretendía impedir al grueso del activismo de izquierdas ruso alcanzar San Peterburgo, dejando tras de si la certidumbre de un futuro duro para aquellos quienes continúen la lucha. Animarles debe a ellos, no obstante, saber que los más de doscientos detenidos sin más cargo que ser quienes eran, los torturados y aquellos todavía desaparecidos en Tatarstán, certifican el grado de preocupación que ha causado los procesos de movilización a la Administración Putin.

Flaco favor hace a la continuación de la lucha en tales condiciones, por otra parte, ese otro eterno lado oscuro de la izquierda alternativa -allende mares y estepas- empeñada en enredarse en discusiones internas. Prácticamente superada por consenso la ruptura de relaciones con el Partido Comunista de la Federación Rusa de la izquierda alternativa rusa -dramático pero necesario en opinión de la mayoría- organizaciones de distinto cuño se acusaron las unas a las otras de crear sectarismos, intentar dirigir autoritariamente las movilizaciones del Foro Social, arriesgar la seguridad de los manifestantes utilizándolos como herramienta mediática, etc.

En conclusión, queda para el siguiente Foro Social Ruso, pues, la tarea de seguir fomentando la unidad de acción, la obligación de zanjar divisiones perniciosas, y la necesidad de continuar aglutinando alrededor de la izquierda alternativa a cuantos más sectores de la población sea posible a través, sobre todo, de proporcionar alternativas efectivas a sus múltiples problemas.


Par : CGT Federación Rusa



Fuente: CGT Federación Rusa