En la noche del pasado sábado, en el barrio de Vallecas, dos jóvenes militantes del Colectivo 1984 y otro compañero fueron abordados por un grupo de policías que de modo amenazante les exigieron que se identificaran. Un compañero demandó a uno de los policías que, tal y como están obligados, le mostrara su número de placa. Eso fue suficiente para recibir un puñetazo en la nariz y una sarta de golpes que sólo cesó cuando detuvieron a los tres compañeros, que han pasado el fin de semana en la comisaría de Puente de Vallecas, y que esta misma mañana han pasado a disposición judicial.

En la noche del pasado sábado, en el barrio de Vallecas, dos jóvenes militantes del Colectivo 1984 y otro compañero fueron abordados por un grupo de policías que de modo amenazante les exigieron que se identificaran. Un compañero demandó a uno de los policías que, tal y como están obligados, le mostrara su número de placa. Eso fue suficiente para recibir un puñetazo en la nariz y una sarta de golpes que sólo cesó cuando detuvieron a los tres compañeros, que han pasado el fin de semana en la comisaría de Puente de Vallecas, y que esta misma mañana han pasado a disposición judicial.

Esta agresión no es nueva, no sorprende, pero hay que denunciarla, como todas y cada una, para no normalizar nunca la brutalidad y el despotismo de la represión.

En este caso lo que la policía, los policías con nombres y apellidos que cobran del dinero público, no perdonan, es la dignidad. Patrullan los barrios hostigando a la juventud, a l@s migrantes, a l@s militantes de izquierda, y quieren obediencia absoluta a su arbitrariedad de matones. Como los nazis. Como los nazis a los que tan sólo una semana antes protegieron de l@s vecin@s en el mismo barrio, en Vallecas.

Aquella manifestación fascista nos dejó fotos de nazis portando cascos de la policía nacional. Nadie aclaró el asunto, así que seguimos pensando aquello de “nazi de día, de noche policía”. Sucesos como los de ayer nos reafirman, nos dan más razones para decir públicamente que a menudo son demasiadas las coincidencias : el mismo hostigamiento a la izquierda, la misma chulería con l@s migrantes, la misma obediencia servil con los gobernantes. Todo ello, en Madrid, bajo el mando político de la Delegada del Gobierno, Soledad Mestre, que debería explicar cómo es compatible decirse progresista y ser la responsable última del permanente goteo de agresiones cometidas por la fuerza pública contra ciudadan@s que pagan sus salarios.

Queremos mandar un cálido abrazo revolucionario a nuestros compañeros detenidos. Queremos exigir su absolución inmediata, puesto que su detención sólo obedece a la arbitrariedad de la policía, y las acusaciones sobre ellos el intento de camuflarla.

Queremos dejar claro que vamos a denunciar las agresiones de la policía, pública y judicialmente. Existe un parte de lesiones que atestigua la violencia sufrida.

Queremos manifestar que somos conscientes de que en tiempos de crisis capitalista la violencia de los poderosos y sus fuerzas de choque va a incrementarse. Quieren sembrar miedo, miedo a hacer política, miedo a protestar, miedo a cruzar fronteras, perder el trabajo, caer a los márgenes de la ciudadanía y ser entonces carne de criminalización y policía.

Nosotr@s aquí vamos a seguir, con la cabeza alta, con la dignidad intacta, como tant@s y tant@s madrileños que a diario pelean por poder caminar tranquilos sin miedo a nazis ni a policías, por la redistribución de la riqueza, por el derecho a la ciudad para sus gentes.

Seguiremos informando.

La lucha es el único camino.


Fuente: Colectivo 1984