Casi 300 personas participaron en la manifestación que se celebró en la tarde de ayer en Mérida contra los recortes sociales y el pensionazo.

Casi 300 personas participaron en la manifestación que se celebró en la tarde de ayer en Mérida contra los recortes sociales y el pensionazo.

La indignación por el pacto social gobierno-sindicatos oficiales era palpable : la canallada que han urdido casi en secreto y que supondrá la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años y el recorte de la cuantía de las pensiones futuras en un 20% constituía el grito fundamental en la manifestación. “No al recorte de las pensiones”, “Comisiones y UGT, sindicatos del poder”, fueron dos de los lemas más coreados.

Pero junto a la rabia por el atropello y la traición, también se respiraba un clima de alegría. El propio de quienes se sorprendían de una respuesta mayor de la esperada y, sobre todo, en un ambiente de unidad. Sí, se puede luchar. Y seguramente somos muchos más de lo que suelen decirnos y de lo que muchas veces nosotros mismos esperamos. Se puede plantar cara, incluso sin los sindicatos atrapalotodo que aparecían hasta ahora como los dueños exclusivos de la calle.

La pluralidad en la manifestación de ayer es la constatación de que se podría poner en pie un gran movimiento de resistencia a los recortes sociales y a los abusos de los poderes político-económicos. Sindicatos de lucha como la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Central Sindical Unitaria (CSU) o CGT, militantes de partidos como IU,PCPE, PCE o Ecolo-Los Verdes e integrantes de colectivos y movimientos sociales como la Asamblea de Parados de Badajoz, Ecologistas en Acción, la Plataforma por el Empleo de Almendralejo o el Colectivo La Trastienda fueron las organizaciones que participaron en una protesta unitaria y fraternal. La manifestación no se parecía en nada a las procesiones pactadas y fúnebres a las que nos tienen acostumbrados los sindicatos mayoritarios. Como mejor exponente de esa espontaneidad puede citarse el hecho de que el itinerario de la manifestación se alargó, recorriendo toda la calle Santa Eulalia y dando la vuelta en Las Ramblas.

La manifestación arrancó de la Presidencia de la Junta y terminó junto a la sede del Banco Santander, donde se escucharon gritos contra los bancos tales como “Aquí está la Cueva de Alibabá” . Al final, junto a la plaza de abastos intervinieron las organizaciones participantes que lo desearon (CSU, CNT, IU, JCEx, Asamblea de Parados de Badajoz, La Trastienda y Ecologistas en Acción).

Desde la Trastienda hacemos una valoración muy positiva de la acción de protesta. Tanto la asistencia, que rebasó con mucho las previsiones, como el espíritu unitario de la convocatoria. “Unión, acción, autogestión”, gritaban los compañeros de CNT. Pensamos que se puede levantar un movimiento plural que se asiente sobre esos pilares.

Vienen tiempos muy duros ; los recortes llegan a casi todas las casas : a unas personas en forma de despido o de desempleo, a otras como recorte salarial, acoso laboral, hipoteca bancaria… Cada una de nosotras conocemos ya en carne propia o cercana los efectos de los recortes sociales : desahucios de vivienda, supresión de las actividades escolares complementarias por las tardes, no cobertura de bajas laborales en la administración pública, rechazo masivo de solicitudes de beca en bachillerato… No se salvan ni los pañales para las personas discapacitadas que lo necesitan. Y en el horizonte, más allá de la propaganda, se insinúan el copago sanitario, nuevos recortes salariales, la privatización de las cajas de ahorro, la extensión de las oficinas privadas de colocación…

Pensamos que es necesario un movimiento sostenido de resistencia, un plan de movilización unitario, con múltiples formas de expresión, que les ponga en jaque. Un movimiento que rompa el cordón umbilical con los sindicatos oficiales que forman parte del bloque del poder, constituyendo no una solución sino parte del problema. Desde La Trastienda llamamos a la construcción de ese movimiento amplio, plural y combativo. Para conseguirlo hace falta coraje y generosidad, indignación y determinación contra la injusticia, así como respeto al compañero de otra identidad o tradición ideológica.

Hace escasamente un mes, en Túnez, el gobierno seguía chuleando al pueblo, tan tranquilamente, como es costumbre. Hoy, tras la revuelta, no saben dónde esconderse. Aquí, en nuestros país, las castas del poder siguen golfeando con nuestro dinero, compatibilizando pensiones vitalicias públicas con retribuciones manchadas de corrupción en las multinacionales (Aznar, González), llenándole los bolsillos a los mercaderes con nombre del Mercado (Botín, Florentino, las Koplowitz, Amancio…)… Pero quien siembra injusticia recoge rabia. Que no les quepa duda, ya lo dice la vieja consigna : si el pobre no tiene pan, el rico no tendrá paz.

Ánimo a los que luchan. Salud y rebeldía.

http://latrastiendademerida.blogspot.com/

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