Los 22 inmigrantes que están encerrados en huelga de hambre en un local de la CNT en Barcelona desde hace más de tres semanas han decidido endurecer su protesta e iniciar una huelga de sed, según han informado hoy los propios inmigrantes.

La decisión la han tomado en una asamblea celebrada el pasado viernes por la noche y durante el fin de semana el 061 ha realizado 19 asistencias en este local de la calle Joaquín Costa y ha trasladado a nueve personas al hospital Clínico porque presentaban unos niveles de glucosa preocupantemente bajos, según el Servicio de Emergencias Médicas.

Los 22 inmigrantes que están encerrados en huelga de hambre en un local de la CNT en Barcelona desde hace más de tres semanas han decidido endurecer su protesta e iniciar una huelga de sed, según han informado hoy los propios inmigrantes.

La decisión la han tomado en una asamblea celebrada el pasado viernes por la noche y durante el fin de semana el 061 ha realizado 19 asistencias en este local de la calle Joaquín Costa y ha trasladado a nueve personas al hospital Clínico porque presentaban unos niveles de glucosa preocupantemente bajos, según el Servicio de Emergencias Médicas.

El local de la CNT en el que están encerrados estos inmigrantes es uno de los ocho en los que desde el pasado 2 de abril permanecen encerrados un total de 350 personas, la mitad de ellas en huelga de hambre.

Los 22 inmigrantes que han decidido iniciar una huelga de sed son paquistaníes y bengalíes que piden una mayor flexibilización de los requisitos de la regularización extraordinaria porque no pueden acogerse a ella.

Según ha explicado el portavoz de este grupo, Ibrar Bukhari, todos tienen el certificado de penales en regla, pero algunos no tienen contrato de trabajo «porque sus jefes les han despedido para no contratarles o porque siguen trabajando en negro» y otros no consiguen empadronarse porque «el ayuntamiento de Barcelona no acepta las pruebas que han presentado para demostrar que estaban aquí antes del pasado 8 de agosto». No obstante, Ibrar Bukhari ha asegurado que «si hace falta, moriremos luchando».

Los inmigrantes del local de la CNT pasaron todo el sábado sin beber ningún líquido, pero el sábado por la noche los colectivos que les apoyan lograron convencerles de que ingieran por lo menos agua, «ya que de lo contrario la huelga de sed podría provocar daños irreparables en su salud», según ha explicado el portavoz de la Asamblea por la Regularización Sin Condiciones, Enrique Mosquera.

EFE