París- Más de medio millón de franceses -255.000 según fuentes policiales sin la región parisina- protestaron ayer en las calles de las principales ciudades del país contra la política económica y social del Gobierno de Jean-Pierre Raffarin y contra el probable aumento de la jornada de 35 horas semanales. La mayor concentración de manifestantes se dio en París donde desfilaron cerca de 100.000 personas, según los organizadores. En Marsella se dieron cita 50.000 trabajadores (10.000 según la policía) y entre 15.000 y 25.000, en Toulouse, Burdeos, Lyon o Rennes.

París- Más de medio millón de franceses -255.000 según fuentes policiales sin la región parisina- protestaron ayer en las calles de las principales ciudades del país contra la política económica y social del Gobierno de Jean-Pierre Raffarin y contra el probable aumento de la jornada de 35 horas semanales. La mayor concentración de manifestantes se dio en París donde desfilaron cerca de 100.000 personas, según los organizadores. En Marsella se dieron cita 50.000 trabajadores (10.000 según la policía) y entre 15.000 y 25.000, en Toulouse, Burdeos, Lyon o Rennes.

La reforma de la reforma de la jornada laboral se debate estos días en la Asamblea Nacional, donde los conservadores gozan de la mayoría parlamentaria. El secretario general de la CFCT, François Chereque destacó ayer, tras calificar de éxito la movilización, que « es preciso que el primer ministro escuche y retire o modifique su proyecto de ley ». La unidad sindical tuvo su traslado también a las fuerzas de la izquierda, que arroparon las manifestaciones con su presencia, como ocurrió con el líder socialista François Hollande, quien pidió a Raffarin la retirada del proyecto para cambiar una ley que es el símbolo del último gobierno socialista después de la respuesta en las calles del pueblo francés.

« No defendemos una ley de la izquierda, sino una conquista social de todos los trabajadores » dijo en la manifestación organizada en Rennes (noroeste de país) el líder de la oposición, para quien lo de ayer, « más allá de las 35 horas, cuestiona la política del Gobierno ».

También el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, se mostró confiado en que se logrará forzar al Ejecutivo a cambiar su política, porque « el malestar social aumenta en nuestro país y el sector privado está muy presente en las manifestaciones ». Ningún miembro del Gobierno realizó ayer declaración alguna. En los últimos días había reiterado que se encontraba «a la escucha» en este asunto, pero que asumirá sus decisiones. « Consideramos la manifestación como parte del diálogo social », había declarado Raffarin el pasado jueves.

Poder adquisitivo. Bajo el lema « aumentemos los salarios, no los horarios », la protesta contra la flexibilización del tiempo de trabajo también reclamó la mejora de los salarios, de los puestos de empleo y del poder adquisitivo de los trabajadores. Estudiantes, funcionarios y hasta « sin papeles »,se sumaron a la masiva protesta. Como ejemplo de movilización en el sector privado, al menos 3.000 personas se manifestaron delante de una planta de la petrolera Total, donde la dirección acaba de anunciar un recorte de 380 empleos sobre una plantilla de 713 trabajadores.

La jornada de movilización nacional sirvió para dejar patente la hostilidad de una parte importante de los manifestantes al proyecto de Constitución europea, después de que las bases de la CGT hayan rechazado el texto. A pesar de que los sindicatos aseguran que no desean que las críticas a la política social del Gobierno se mezclen con el tratado constitucional, no han faltado los eslóganes « contra una Europa demasiado liberal ».


Par : Agencias