El pasado día 11 de febrero se puso en marcha, mediante “Real Decretazo”, la más agresiva y destructora Reforma Laboral que los distintos gobiernos se han atrevido a implantar en las últimas décadas. Si en vía parlamentaria se avala este real decreto supondrá una modificación profunda de los derechos laborales y comenzará una nueva etapa histórica en la larga y penosa transición hacia la democracia española.

La
riqueza que crea el trabajo (no el capital) se ha venido
distribuyendo de forma desigual e injusta entre toda la población.
Una reforma laboral debería hacer posible una mejora en el reparto
de esa riqueza, de manera que todas las personas puedan hacer
efectivo el derecho constitucional al trabajo y a una vida digna.

La
riqueza que crea el trabajo (no el capital) se ha venido
distribuyendo de forma desigual e injusta entre toda la población.
Una reforma laboral debería hacer posible una mejora en el reparto
de esa riqueza, de manera que todas las personas puedan hacer
efectivo el derecho constitucional al trabajo y a una vida digna. Muy
sucintamente deberíamos analizar el alcance de los contenidos de
esta Reforma que consiste en dos tipos de medidas:

REDUCTIVAS

-Despido
procedente: Por
causas
económicas, técnicas, organizativas o de producción y de manera
individual o colectiva. La baja médica justificada entre 9 y 20 días
es causa de despido. Todo ello por 20 días de indemnización por año
trabajado y con 12 mensualidades como tope. –
Despido
improcedente
:
La indemnización pasa de 45 días por año y 42 mensualidades a 33
días y 24 mensualidades. Se eliminan los salarios de tramitación. –
Los
ERE´s
ya
no serán supervisados por la administración, ni necesitarán del
acuerdo de la parte trabajadora. Se pondrán en marcha en 15 días y
la empresa despedirá con 20 días por año y un máximo de 9
mensualidades. Será el FOGASA (fondo garantía salarial, dineros
públicos) quién cargue con una parte de la indemnización. Los
empleados públicos podrán ser despidos por causas económicas.

SUBVENCIONADAS


Contrato
de aprendizaje:
será
con una duración de entre 1 y 3 años. Podrán ser considerados
aprendices hasta los 33 años. Este contrato será bonificado con
dinero público. –
Contrato
para PYMES:
El
salario se completará con parte del desempleo del contratado. Tendrá
un periodo de prueba de 1 año. Este contrato será bonificado con
dinero público. –
ETT´s:
se
convierten en agencias de colocación y actuarán como lo hace el
antiguo INEM.

DESNEGOCIADORAS


Flexibilidad:
desaparecen
las categorías profesionales permitiendo el “chica/o para todo”.
La empresa distribuirá irregularmente al menos el 5% de la jornada
de trabajo anual. –
Convenio
Colectivo:
las
empresas podrán dejar sin efecto el convenio, alegando causas
económicas, técnicas, organizativas o de producción y cambiarlo a
su antojo hasta la negociación de uno nuevo. Los convenios de
empresa tendrán prioridad sobre cualquier otro y su ultraactividad
será de 2 años.

CCOO
y UGT llaman a la movilización, aunque no han manifestado intención
de aunar voluntades con otras organizaciones sindicales, para crear
un frente común contra los efectos negativos de estas medidas. ¿Por
qué no lo hacen? Ahí está una de las claves del deterioro de la
capacidad movilizadora de los llamados “sindicatos”. Antes de
tocar arrebato, es preciso un gran esfuerzo colectivo para unir
voluntades y explicar clara e insistentemente el alcance de esta
reforma y de las que vendrán encadenadas en los próximos años. No
avanzar por la senda de la unidad nos conduce a la ineficacia y a la
frustración de todas las personas afectadas negativamente. No es
hora de golpes de efecto para forzar un “pacto” con el gobierno.
Toca hacer evidente a toda la población de que los efectos de esta
reforma no aminorará la marcha enloquecida de la locomotora España
que descarrilará inevitablemente, aunque se diga por el gobierno que
se pretende frenar la destrucción de empleo. Alguien podrá
impedir, que una empresa despida al 50% de su plantilla,
precisamente con más años de antigüedad, indemnice por la mitad de
la mitad de lo que le corresponde ahora, y contratar a nuevas
personas que con sus bonificaciones y subvenciones cubran los costos
aminorados de esta operación de “maquillaje empresarial”. ¿Esta
reforma aumentará las expectativas de negocio, la actividad
económica y el aumento del consumo? Si la respuesta es NO,
significará que estamos peor que estamos y estaremos mucho peor de
lo que pensamos a finales de año.

Algo
habrá que hacer pero entre todas y todos.

Rafael Fenoy Rico


Fuente: Rafael Fenoy Rico