El cantautor de 58 años, que arrastraba una fuerte depresión, falleció el miércoles en su domicilio madrileño
Compañeros de profesión, amigos y familiares dieron ayer su último adiós al cantautor Hilario Camacho, que murió el miércoles en su casa de Madrid a los 58 años y que atravesaba, según sus allegados, una fuerte depresión. Perteneciente a la excelsa cosecha musical del 68, en sus más de 30 años subido a los escenarios publicó diez discos y escribió más de doscientas canciones. Fue un músico prolífico, transgresor y muy reconocido entre sus colegas, aunque ayer muy pocos acudieron al Tanatorio de la M-30 a rendirle un último homenaje. Quizá las fechas vacacionales y los bolos veraniegos impidieron a muchos de sus compañeros despedirse de este ’arquitecto de sueños’, como a él le gustaba definirse, que será enterrado hoy en el cementerio de la Almudena.
El cantautor de 58 años, que arrastraba una fuerte depresión, falleció el miércoles en su domicilio madrileño


Compañeros de profesión, amigos y familiares dieron ayer su último adiós al cantautor Hilario Camacho, que murió el miércoles en su casa de Madrid a los 58 años y que atravesaba, según sus allegados, una fuerte depresión. Perteneciente a la excelsa cosecha musical del 68, en sus más de 30 años subido a los escenarios publicó diez discos y escribió más de doscientas canciones. Fue un músico prolífico, transgresor y muy reconocido entre sus colegas, aunque ayer muy pocos acudieron al Tanatorio de la M-30 a rendirle un último homenaje. Quizá las fechas vacacionales y los bolos veraniegos impidieron a muchos de sus compañeros despedirse de este ’arquitecto de sueños’, como a él le gustaba definirse, que será enterrado hoy en el cementerio de la Almudena.

La carrera de Hilario Camacho estuvo marcada por los altibajos, aunque fue durante la década de los ochenta cuando conectó más con el gran público. Entre sus temas más célebres destacan ’Madrid amanece’, ’Cuerpo de ola’, ’Taxi’ y ’Tristeza de amor’, todos con un toque romántico y sencillo pero, sobre todo, muy cercano a la gente de la calle. Asimismo, compuso para artistas como Luz Casal, Joaquín Sabina, María del Mar Bonet, Moncho Alpuente y Martirio.

Nacido el 8 de julio de 1948 en el barrio madrileño de Chamberí, la carrera musical de Camacho comenzó a los 15 años y concluirá, simbólicamente, el próximo mes de septiembre con la presentación su último disco titulado, ’Una mirada diferente’. En este trabajo repasa gran parte de su carrera de la mano de dos personas muy cercanas : el productor discográfico Alain Milhaud, con quien produjo su primer trabajo, ’A pesar de todo’ (1972) y el arreglista Josep Mas Kitflus.

Camacho se dio a conocer en ambientes universitarios poniendo música a poemas de Antonio Machado, Miguel Hernández o Federico García Lorca. Aunque la crítica le encasilló en el movimiento de cantautores de aquella época memorable -Joan Manuel Serrat, Raimón, Luis Eduardo Aute, José Antonio Labordeta-, este artesano de las letras era poco amigo del exhibicionismo. Siempre voló a su aire, de espaldas a las letras facilonas y comerciales. Con su cara de niño tímido, parapetado tras las gafas, mantuvo su aire inconfundible al final de su vida, con su melena canosa y su dulce mirad de miope.

Tras este periodo semiprofesional en la universidad, dotó de seriedad a su carrera con la búsqueda de un lenguaje nuevo, fiel a su generación, quizá comprometido aunque sobre todo combativo. Grabó en Inglaterra y Francia y en 1986 compuso la canción ’Tristeza de amor’ para la serie que emitió TVE con el mismo nombre, protagonizada por Alfredo Landa y Concha Cuetos, que se incluyó en el disco ’Gran ciudad’.

Otro de sus trabajos discográficos fueron el recopilatorio ’En concierto’ y ’Lunático veneno’. Pero quizá toda una generación le recordará por ser el autor de la popular sinfonía de la serie de dibujos animados ’David el Gnomo’.



El cantautor Hilario Camacho fallece en Madrid a los 58 años


Era popular por las sintonías de series de TVE como ’Tristeza de amor’ o ’David el gnomo’

ELPAIS.es

Ha muerto en soledad. La soledad que muchas veces buscó para poder escribir las canciones que le han hecho famoso. Un familiar encontró el cuerpo sin vida del cantautor Hilario Camacho, fallecido hoy a los 58 años de edad, en su casa de Madrid. Se apagó la voz que cantaba Tristeza de amor en la serie de TVE y aquella que decía que David el gnomo era “siete vez más fuerte que tú”.

La capilla ardiente quedará instalada esta tarde en el tanatorio de la M-30. Mañana, el cantautor será enterrado en el Cementerio de la Almudena.

El compositor grabó su último disco en 2003 bajo el título No cambies por nada y compuso canciones para otros artistas como Luz Casal, Joaquín Sabina, María del Mar Bonet, Cómplices, Moncho Alpuente, Pedro Ruy Blas y Martirio

En cine, Hilario Camacho prestó su colaboración en la película Lola de Bigas Luna, protagonizada por Ángela Molina, cantando la canción Ese veneno. Asimismo, algunos de sus temas fueron utilizados en largometrajes como Manuela, Una pequeña movida y Eres mi héroe.


Hilario Camacho, cantautor a contracorriente

Fue el autor de canciones como ’Cuerpo de ola’, ’Madrid amanece’ o ’Los cuatro luceros’

El cantautor Hilario Camacho, de 58 años, falleció ayer en su ciudad, Madrid. Aunque perteneció a la corriente estética y ética que entendió la música como protesta y vehículo de ideas, siempre estuvo vinculado a la búsqueda de formas estilísticas que le ligaban a la música electrónica y al aprovechamiento de ritmos bailables y de temas cotidianos en sus letras.

FERNANDO ÍÑIGUEZ

EL PAÍS

Madrileño de Chamberí, Hilario Camacho había cumplido el pasado 8 de junio 58 años. Murió ayer, también en Madrid, escasas semanas antes de iniciar la campaña de promoción del nuevo disco, Una mirada diferente, que recopila lo más granado de su repertorio con un tratamiento nuevo, y el añadido de dos canciones inéditas. Se iba a publicar a la vuelta del verano. Desde que editó en 1972 A pesar de todo, su primer disco, había atravesado por las más diversas etapas, pero se enfrentaba con ilusión a la publicación de un nuevo trabajo, en el que había tenido mucho que ver el productor Alain Milhaud, que también dirigió sus primeras entregas en el periodo de la España predemocrática y de la transición.

Camacho nunca fue un cantautor al uso. De alguna manera le pasó lo que a Dylan cuando decidió abandonar el taburete y la guitarrita y electrificar su sonido, que no fue comprendido del todo. A finales de los setenta arrimó sus canciones a la electricidad de un grupo macarra de barrio como Cucharada. Una canción como El peso del mundo es amor, que en formato acústico quedaba dulce y emotiva, adquirió nueva rotundidad, que se reservaba para los conciertos cuando con Cucharada la interpretó con un guiño a los estadounidenses Lynyrd Skynyrd y su Sweet home Alabama. Era un ejemplo de las transgresiones que podía permitirse Hilario Camacho, a las que no se atrevían otros, lo mismo que fue de los primeros en acompasar sus composiciones en ritmo de rumba o atreverse con algo parecido a la salsa, que en aquellos años estaba vetado para cualquier cantautor de pro.

Nunca fue una gran vendedor de discos. Sin embargo, era adorado por un grupo de incondicionales, y gozaba de prestigio entre los compañeros de profesión. Supo conjugar una elevada poética con ciertos toques cínicos. No fue un cantante protesta, pero sí concienciado. Y cronista de lo cotidiano, fabricante de canciones con mayúsculas como Cuerpo de ola, Volar es para pájaros, Los cuatro luceros, Dolores, Madrid amanece o Taxi.

Ayer por la tarde, una sobrina le encontró sin vida en su casa madrileña. El cuerpo será conducido hoy al tanatorio de la M-30. En una de sus canciones más autobiográficas dijo aquello de «Hace tiempo era un niño buen cazador de nubes, y es que al cielo subía por sumas de escaleras». Ayer emprendió esa escalada.


Fuente: /eldiariomontanes/EL PAIS