Este es el último editorial del semanario anarquista La Campana (Pontevedra, nº 236 del 16 de febrero), dando cuenta de las manifestaciones habidas el 15 de febrero y anunciando la nueva movilización internacional para el 20 de marzo, aniversario de la invasión de Iraq.

Este es el último editorial del semanario anarquista La Campana (Pontevedra, nº 236 del 16 de febrero), dando cuenta de las manifestaciones habidas el 15 de febrero y anunciando la nueva movilización internacional para el 20 de marzo, aniversario de la invasión de Iraq.

¡NO A LA GUERRA … LA CONFRONTACIÓN CONTINÚA !

Entre el sábado y el domingo últimos, decenas de miles de personas se han manifestado en las calles españolas para denunciar la invasión y actual ocupación de Iraq, solidarizarse con la lucha del pueblo palestino y exigir el inmediato regreso de las tropas españolas ocupantes de Oriente Medio. Muchos de los manifiestos originales y de los textos leídos al término de las concentraciones reclamaban también el procesamiento internacional de Bush, Blair y Aznar por «crímenes de guerra y contra la humanidad».

La decisión de celebrar las manifestaciones en estas fechas se adoptó, en primer término, para conmemorar el aniversario de las gigantescas marchas que el año pasado lanzaron a la calle a no menos de cinco millones de personas en España, en un intento clamoroso pero finalmente fracasado de evitar el crimen. Pero también, para anunciar la convocatoria mundial de nuevas manifestaciones el próximo 20 de marzo, día en que comenzó la ocupación de Iraq.

Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid y otras quince ciudades y pueblos fueron de nuevo ocupadas en nuestro país por los manifestantes contra la guerra. Volvió a repetirse el «En nuestro nombre, ¡NO !», que si el año se refería a la guerra, ahora se extiende a la Ocupación y Saqueo sangrientos de Iraq y al delirio terrorífico de Israel, materializado en la construcción del Muro en tierras palestinas, la continuidad de las matanzas, asesinatos selectivos, actos de tortura, encarcelamientos masivos, destrucción de casas e inmuebles y devastación de los campos de labor palestinos.

En Madrid se reunieron más de 50.000 personas (unas 40.000 recogen algunos grandes periódicos de la capital), que llenaron arterias principales de la ciudad desde la zona de Moncloa. En la Plaza de Catalunya de Barcelona se concentraron unos 6.000 manifestantes, aproximadamente la misma cifra de personas que participaron en la manifestación convocada en Valencia por la Plataforma Valenciana contra la Guerra y la Europa del Capital. En Valladolid, la protesta agrupó el sábado por la tarde alrededor de 3.000 personas para «protestar por la ocupación militar de Iraq (de la que el gobierno español es cómplice) y de Palestina».

Aunque hay situaciones horrendas en mil y un lugares de la geografía planetaria, pocas revelan de modo más claro el carácter siniestro del capitalismo y de las democracias representativas que la invasión y ocupación de Iraq o el sufrimiento del pueblo palestino a manos del Estado nazi de Israel.

En verdad hay mil millones de personas que están ahora mismo muriéndose de hambre en todo el mundo y sus hijos agonizando entre basureros y aguas infectas. Los horrores de la guerra están presentes en decenas de naciones … y dos mil millones de personas están siendo a esta misma hora víctimas de la explotación más inmisericorde y de la opresión más vil … La mayor de las pandemias, la miseria, acaba con decenas de miles cada día … y hasta el aire, el agua o la tierra están siendo envenenadas … Sin embargo, todo ello apenas nos conmueve, pues semejantes horrores están oculto por su propia omnipresencia y cotidianidad y, sobre todo, por el aparente anonimato de sus responsables.

¿Cómo poner rostro al responsable de este infierno, cuando ni siquiera logra identificarse o que, cuando se logra, resulta ser un sujeto por todos alabado, por ejemplo la riqueza, por ejemplo, el estado, por ejemplo, el juego de la bolsa, por ejemplo, la democracia, por ejemplo, nosotros mismos -electores-, y así sucesivamente ? Sin embargo, en la invasión y saqueo de Iraq, al igual que tras los tanques y bulldozers israelíes, el rostro del horror, además de resultarnos familiar, -¡habla en nuestro nombre y por nuestra boca silenciada !- mata, saquea, expolia, tortura, invade, ocupa, rapiña, destruye … y, a nosotros mismos, unce al carro de la infamia.

En Iraq, en Palestina, … hay voluntades -los Bush, los Blair, los Cheney, las Condolezza, los Aznar, los Sharon, los Simón Peres- que escenificaron la decisión criminal exigida por el régimen político (el imperial o hegemónico yanqui) y económico (el más desenfrenado de los capitalismos), aunque a estas alturas nadie ignore el botín que les anima o la clase de negra gloria a la que aspiran. Pero la mentira permanente de los jefes electos, humilla a los pusilánimes, su cinismo representa un guiño para la complicidad de los electores y su mugre moral nos emponzoña y debilita, sin que quepa otra salida que la rebelión, que plantarles cara y desbaratar enérgicamente sus insufribles trucos y lamentable propaganda.

Hace un año, decíamos desde La Campana, «¿Cómo vivir y construir la rebeldía en tiempos de guerra e infamia de Estado ?», y añadíamos, «Desertando de la guerra, subvirtiendo al Estado y combatiendo, por caminos de libertad y solidaridad, la raíz que a ambos sostiene : la desigualdad y la sumisión».

Por todo ello, debemos movilizarnos para que el próximo 20 de marzo, cuando miles de voces, millones de gargantas gritemos de nuevo ¡NO, en nuestro nombre ! … y para que ellos, ¡malditos !, sepan que la confrontación continúa.


Par : La Campana