El proyecto de construcción de un aeropuerto en las inmediaciones de Segovia, además de fantasmal por la propia idea nos condena al criterio manido y especulador al que nos tienen acostumbrados, perversamente acostumbrados, las fuerzas vivas de Segovia.

El proyecto de construcción de un aeropuerto en las inmediaciones de Segovia, además de fantasmal por la propia idea nos condena al criterio manido y especulador al que nos tienen acostumbrados, perversamente acostumbrados, las fuerzas vivas de Segovia.

Esta descabellada idea (por definirla de alguna manera) supone un paso de rosca más en la dinámica de convertir a Segovia y su entorno en lugar exclusivo de la especulación del suelo, la permanente agresión medioambiental y la pérdida de calidad de vida de sus habitantes ; de todos sus habitantes.

Acostumbrados a la agresión constante del progreso y el desarrollo ¿ ? sufrimos con insultante estoicismo la privatización de aguas públicas del Río Cambrones, hilarantes proyectos de construcción de nuevos pantanos, la negativa a la declaración de Parque Natural de la Sierra del Guadarrama, la aberración del Proyecto Segovia 21, y ahora, por si no teníamos bastantes chaladuras “alguien” pare la alucinante idea de construir un aeropuerto en las cercanías de Segovia.

La idea, además de impostora, pone de manifiesto el sometimiento de nuestra sociedad a los dictados de un capital puramente especulador, y de unos empresarios sin otro afán emprendedor que el de agredir el medio ambiente y atacar directamente el modo de vida de las localidades próximas a su hipotética ubicación.

Ni Segovia ni las localidades próximas a ella necesitan aeropuerto, tampoco lo han demandado. Entonces ¿por qué esta idea tan descabellada, absurda y agresiva ?. El modelo económico y social imperante y dictador impone la tesis de que el Capital no sólo circule con absoluta libertad y sin cortapisas sino que además todos los estamentos sociales, empezando por los Poderes Públicos, se sometan a él y a sus dictados, relegando a una plano residual la opinión de las personas, de la sociedad a quien se dirige y criminalizando cualquier discrepancia ó voz opositora hasta convertirla en enemigo del desarrollo y el progreso. Pero ¿qué desarrollo y qué progreso ?, y a ¿qué precio hay que pagar las imposiciones de unos pocos sobre la gran mayoría ?.

Segovia en su conjunto, y especialmente las localidades más afectadas por este monstruoso proyecto, siguen siendo víctimas de su propia realidad. Una realidad impuesta por criterios exclusivistas y atenazada desde tiempos inmemoriales por el caciquismo y el amiguismo de un grupo tan concreto como dañino. Un contexto que margina lo colectivo en favor de lo particular y que lejos de implicarse en el interés común general sólo busca el beneficio propio y a corto plazo sin importarle lo más mínimo las consecuencias que sus actuaciones puedan generar en el conjunto de la sociedad. Este es un ejemplo claro. Los promotores de esta iniciativa primero se han procurado los apoyos institucionales “necesarios” para después presionar, coaccionar, manipular y cuanto haga falta para imponer su voluntad al resto de la sociedad ; en este caso a los habitantes de las localidades afectadas por la hipotética ubicación del aeropuerto ; así ha ocurrido con la privatización de las Aguas del Río Cambrones ó con el proyecto de Segovia 21, dejando claro, muy claro, cuales son sus intenciones y lo que verdaderamente les importan los derechos ciudadanos ó la calidad de vida de los habitantes que puedan sufrir esta imposición ; es decir NADA.

En este disparate es evidente que ni ha habido información honesta, ni el necesario consenso ni la obligada buena voluntad de los promotores ni de las Instituciones que les apoyan ; sobrando prepotencia, imposición y oscurantismo y faltando lo primordial ; Democracia, Respeto, Diálogo y Sentido Colectivo.

Por lo demás, y como coletilla típica y tópica que nunca debe faltar cuando se trata de vender una idea ó un proyecto hay que decir que ni siquiera la supuesta bondad por la generación de empleo es creíble y mucho menos justificable. Ni a los empresarios locales ó foráneos ni mucho menos a las Instituciones Locales les importa lo más mínimo ese objetivo ; actualmente Segovia está pasando una gravísima crisis industrial, sangría de puestos de trabajo incluida, que así lo corrobora y que evidencia la cruel realidad de que el dinero sólo busca su beneficio y que nada más le importa ; ni las personas, ni el medio ambiente, ni la cohesión social.

En definitiva CGT rechaza y anima a los hombres y mujeres de Segovia, y especialmente a los habitantes de las localidades afectadas, a que rechacen el proyecto de aeropuerto por inútil, impuesto y agresor.


Fuente: CGT Segovia