La campaña del ejército para conquistar las mentes y los corazones de los alemanes

Pequeño pero matón. A pesar de la reducción general de personal, el ejército alemán pretende poseer en el futuro una mayor fuerza de combate: en lugar de 7.000, serán 10.000 las y los soldados alemanes que estarán siempre a punto para intervenir en acciones militares internacionales. Por ello, y tras la supresión del servicio militar obligatorio, el ejército tiene que buscar a sus reemplazos entre la población civil: 170.000 (soldados profesionales, reclutas temporales, reservistas) + 5.000 (soldados voluntarios) + X (< 10.000 soldados voluntarios) ≤ 185.000".

 

Este es el cálculo que presentó el ministro de Defensa, Thomas de Maizière (CDU, Unión Demócrata Cristiana) en su discurso de apertura el 18 de junio de 2011 en Berlín. Por el momento, el ejército no parece tener mayores problemas para alistar 5.000 nuevos reclutas cada año. Lo que aún está por ver es si conseguirán llegar al objetivo que se han fijado de 15.000 nuevos efectivos al año, pues el servicio militar obligatorio sólo se abolió en verano de 2011 y aún no se dispone de todos los datos de reclutamiento (y tasas de abandono) de los últimos trimestres.

Este es el cálculo que presentó el ministro de Defensa, Thomas de Maizière (CDU, Unión Demócrata Cristiana) en su discurso de apertura el 18 de junio de 2011 en Berlín. Por el momento, el ejército no parece tener mayores problemas para alistar 5.000 nuevos reclutas cada año. Lo que aún está por ver es si conseguirán llegar al objetivo que se han fijado de 15.000 nuevos efectivos al año, pues el servicio militar obligatorio sólo se abolió en verano de 2011 y aún no se dispone de todos los datos de reclutamiento (y tasas de abandono) de los últimos trimestres.

Además, hay otro motivo para la creciente presencia pública del ejército en la República alemana: «Los alemanes confían en el ejército, y con razón, pero sólo raramente se percibe un verdadero interés por él, o un sentimiento de orgullo hacia el mismo. Menos extendido aún parece el deseo y la voluntad de entender y poder juzgar el cambio en la política exterior y de seguridad que está afectando al ejército. Evidentemente, se pueden alegar motivos que explican este alegre desinterés», afirmó el antiguo presidente de la República Horst Köhler (CDU) en un muy citado discurso pronunciado en la Conferencia del Alto Mando del Ejército en Bonn en 2005. Köhler atribuyó la causa de este «alegre desinterés» de la población por las fuerzas armadas a la experiencia de la II Guerra Mundial y a la ausencia actual de un sentimiento de amenaza. Además del mero desinterés, en Alemania existe también una mayoría estable de la población que, en general, se muestra muy crítica con las acciones militares en el extranjero. Según las encuestas, entre un 60 y un 70 por ciento de la población rechaza desde hace años la intervención en Afganistán y exige una retirada inmediata de las tropas. La irrupción del ejército en los espacios públicos constituye, pues, una campaña de imagen a fin de que, en el futuro, pueda contar con el beneplácito de la población para intervenir en conflictos bélicos, y no sólo con el del Parlamento.

En los centros urbanos

En 2006, las fuerzas armadas, a indicación del «Instituto de Ciencias Sociales del Ejército», crearon una «Central de Marketing para Ferias y Eventos de las Fuerzas Armadas» (CMFE) como nueva unidad de propaganda. A través de ella, el ejército publicita su oferta de «una carrera con futuro». La tropa de choque de la campaña publicitaria consiste en tres grandes camiones –el «KarriereTruck“ (camión de»orientación profesional«, el»KinoTruck“ (camión cine) y un camión de enseres– con los que se organiza el llamado «KarriereTreff», un encuentro de orientación sobre carreras militares. Los camiones realizan una gira cada año por 40 ciudades de todo el país, en las que se instalan durante varios días en plazas céntricas o participan en acontecimientos públicos. El segundo pilar de la CMFE es un gran stand de ferias, que se exhibe alrededor de 50 veces al año. El stand del ejército se puede encontrar tanto en la «gamescom», la mayor feria de videojuegos de Europa, como en congresos médicos, en los que intenta remediar su acuciante falta de personal sanitario.

Además de esta central de marketing, las cuatro regiones militares (norte, sur, este y oeste) disponen de su propio «Centro de Reemplazo de las Fuerzas Armadas» (CRFA). Cada una de estas unidades cuenta con dos stands de feria, que son más pequeños, aunque no menos modernos que los de la CMFE, y de cuatro camiones publicitarios también más pequeños, en los que se ofrece orientación y se reparten folletos. En casi todas las acciones publicitarias de la CMFE y de los CRFA se exhiben modernos artefactos militares: tanques, helicópteros, etc.

Ceremonias castrenses

El número de juras de bandera públicas fuera de instalaciones militares aumentó en todo el país sobre todo durante el mandato del entonces ministro de Defensa Franz Josef Jungs (CDU): si en 2007 fueron 134, en 2009 llegaron a 180 las juras celebradas en plazas públicas. La gran ceremonia que se celebra cada año en Berlín, el 20 de julio, en conmemoración del atentado contra Hitler, en 2008 se trasladó por primera vez desde la sede del Ministerio de Defensa al exterior del Reichstag, el parlamento alemán. En los últimos años incluso se ha retransmitido en directo la ceremonia por la cadena pública Phoenix. Dado que con la supresión del servicio obligatorio caen las cifras de nuevos reclutas, es probable que también retroceda el número de ceremonias, aunque no está claro si este retroceso afectará a las juras públicas o sólo a aquellas que ya ahora se celebran sólo en los cuarteles.

A esto cabe sumar también la tradicional Gran Retreta, que se celebra cada año entre 20 (2006) y 7 veces (2010), y que, por ejemplo en la toma de posesión de un nuevo presidente de la República o ministro de Defensa, también se retransmiten en directo por televisión. Recientemente se han empezado asimismo a retransmitir en directo los funerales cada vez más fastuosos de los soldados caídos en acto de servicio. En la instauración de este nuevo culto al soldado, al héroe, se inscribe igualmente la concesión de la «Cruz de Honor al Valor», celebrada por primera vez en 2009. Al poco de la reinstauración de la Orden del Valor, se inauguró también en Berlín el «Monumento al Ejército», en el que se da tributo a los soldados caídos.

Las 18 bandas de música castrenses, que según sus propios datos ofrecen más de 3.000 conciertos al año, también desempeñan un papel nada despreciable en esta labor de imagen de las fuerzas armadas.

Publicidad en los medios de comunicación

De 2006 a 2009, el ejército alemán invirtió más de 15 millones de euros en publicidad en prensa escrita, radio y cine. Entre 2009 y 2011, el gasto sólo en anuncios de prensa para reclutar personal ascendió a 5,7 millones de euros anuales. Así, por ejemplo, el ejército publica regularmente anuncios en la mayor revista escolar de Alemania, el SPIESSER, con una tirada de cerca de 1 millón de ejemplares. El ejército se sirve también de la radio para dirigirse a los jóvenes, sobre todo para reclutar pilotos de helicópteros y aviones de combate. Con la misma idea se proyectan sus anuncios en los cines. En primavera de 2010 y 2011, el ejército volvió a aparecer por primera vez desde hacía años en un anuncio de televisión. El spot de 20 segundos y 189.000 euros anuncia directamente el servicio de armas: «Superar desafíos, demostrar espíritu de equipo, dominar la técnica. Ejército federal. Una carrera con futuro», y después también con «Reforma del ejército – Tu oportunidad». Actualmente se emiten dos nuevos spots que intentan atraer a los jóvenes con el eslogan «Nosotros. Servimos. A Alemania».

Entretenimiento militar

Con el objetivo de mejorar aún más su imagen, el ejército subvenciona cada vez más producciones cinematográficas alemanas: en 2005 fueron 11 producciones, en 2006 sólo 4, en 2007 fueron 8, en 2008 llegaron a las 12 y en 2009 el ejército colaboró en hasta 22 películas. Pone a disposición de las productoras grandes aparatos militares, permisos de rodaje e incluso recursos económicos. Colaboran sobre todo en producciones de cine y series y documentales de TV que muestran un rostro amable del ejército o que de alguna forma le resultan de provecho.

Las fuerzas armadas –seguramente porque debido a sus intervenciones internacionales han mejorado su prestigio en el extranjero- aparecen cada vez más como personajes de los videojuegos. Si bien, según sus propias manifestaciones, hasta la fecha el ejército nunca ha patrocinado videojuegos y sólo se ha servido de ellos algunas veces en Internet como medio publicitario, su aparición en numerosos juegos tampoco contraría en absoluto al ejército ni al Ministerio de Defensa, pues todo efecto publicitario es siempre bien recibido.

Conclusión y perspectivas

En los últimos años, han aumentado claramente los esfuerzos del ejército para gozar de mayor visibilidad en los espacios públicos. El deseo del Ministerio de Defensa es que la publicidad en los medios, sobre todo, se siga impulsando a gran escala. En 2010, el ejército incluso abrió una oficina de reclutamiento en la estación ferroviaria central de la ciudad de Saarbrücken, lo que se puede interpretar como un proyecto piloto para establecer una presencia continuada en los centros urbanos. Tras la abolición del servicio obligatorio, las oficinas de reemplazo militar de los ayuntamientos también se verán sustituidos por «Centros, u Oficinas, profesionales». Exactamente cómo se hará esto -si simplemente se añadirá un departamento de publicidad e información a las oficinas de reemplazo municipales, o si estas oficinas se eliminarán completamente y se abrirán vistosas oficinas publicitarias en los centros de las ciudades-, aún está por ver. Mientras el gobierno alemán siga practicando una política militar expansiva, con intervenciones en el extranjero, seguirá aumentando la propaganda dentro de sus fronteras con el fin de conseguir suficientes reclutas y que la población alemana vea con buenos ojos sus aventuras bélicas.

Michael Schulze von Glaßer


Fuente: Michael Schulze von Glaßer