Las comunidades chocoanas y de Mutatá, en Antioquia, y la organización Human Rights Everywhere denunciaron que la implementación de cultivos de palma africana en esas regiones ha venido acompañada de violaciones de derechos humanos, muertes y asesinatos.

Las comunidades chocoanas y de Mutatá, en Antioquia, y la organización Human Rights Everywhere denunciaron que la implementación de cultivos de palma africana en esas regiones ha venido acompañada de violaciones de derechos humanos, muertes y asesinatos.

Palma africana va unida a la violencia, denuncian comunidades chocoanas

Bogotá, nov. 30-. (Colprensa). Las comunidades chocoanas y de Mutatá, en Antioquia, y la organización Human Rights Everywhere denunciaron que la implementación de cultivos de palma africana en esas regiones ha venido acompañada de violaciones de derechos humanos, muertes y asesinatos.

Durante una rueda de prensa en la sede de la Corporación Colectivo de Abogados, en Bogotá, las comunidades, la Diócesis de Quibdó y HRE, aseguraron que el monocultivo ha generado violencia por el deseo de grupos de autodefensas por poseer la tierra, despojando a los nativos de su territorio y marginándolos a un sistema de servilismo y esclavitud.

Fidel Mingorance, de HRE, aseguró que los datos, publicados en el libro «El cultivo de la palma africana en el Chocó : legalidad ambiental, territorial y derechos humanos», son producto de una investigación iniciada hace ya tres años donde se concluye que ese tipo de cultivo se hace de manera ilegal, amparado por las armas y violando leyes ambientales.

«Aunque no existen datos oficiales sobre el cultivo de la palma africana en el Chocó, las comunidades de las cuencas de los ríos Cubaradó y Jigumiandó, así como los de Belén de Bajirá, han denunciado y demostrado la existencia de cultivos en territorios que forman parte de los títulos colectivos de las comunidades», señaló Mingorance.

Jesús Alfonso Flórez, de la Diócesis de Quibdó, especifica que desde 1997, cuando comenzó a estudiarse el cultivo de la palma en la región, comenzaron a suceder desapariciones, asesinatos y desplazamientos, «a manos de grupos armados ilegales amparados por tropas de la Brigada XVII del Ejército».

«Desde el 2001 han ocurrido 11 ataques paramilitares contra la población civil de esas cuencas. Muchos de los argumentos que usaban estaban amparados en que las tierras debían estar listar para sembrar la palma. Entre 1997 y el 2004 se han registrado 200 asesinatos en la zona además de innumerables desapariciones y violaciones de los derechos», aseguró el sacerdote.

Agregó que los nativos dueños de tierras han sido despojados de su propiedad a través de ocupación ilegal de hombres armados y sometidos a «esclavitud», obligándolos a trabajar para ellos y pagándoles con vales.

Daira Quiñonez, de la comunidad de Tumaco, aseguró que en su región hay más de 35 mil hectáreas sembradas ilegalmente de palma africana, «lo que ha afectado nuestros procesos organizativos debido a los amedrantamientos de grupos armados y el Estado. Quieren sacarnos a los campesinos, como ya lo han hecho y apropiarse de la tierra».

Agregó además que los actuales sistemas de siembra y recolección del fruto de la palma han generado un incremento peligroso en los niveles de contaminación de los cuerpos de agua, especialmente de los ríos Mira, Caunapí y Rosario.

De otro lado, Liliana Uribe, de la Corporación Jurídica Libertad, señaló que el cultivo de la palma es un megaproyecto que pretende aprovechar las riquezas del pacífico y especialmente del Chocó, en beneficio de pocos, «basados en la violación de todos los derechos humanos».

Las organizaciones señalaron que continuarán con las investigaciones al respecto y denunciarán las irregularidades hasta las últimas instancias.


Par : Colrtefe