El Ex-Comite Intercentros de SINTEL dirige SINTRATEL (empresa creada por los trabajadores de Sintel) como si fuera su empresa privada, con métodos de dictadura estalinista, peores que los del capitalismo.

El Ex-Comite Intercentros de SINTEL dirige SINTRATEL (empresa creada por los trabajadores de Sintel) como si fuera su empresa privada, con métodos de dictadura estalinista, peores que los del capitalismo.

Como DATOS ADJUNTOS os envío la carta que envíamos los trabajadores de Sintratel en Valencia al consejero-delegado. En ella se puede ver qué está pasando en la empresa. Se pùede sacar un análisis bastante exacto. Al día siguiente a la fecha de la carta, sin contestarnos puesto que aún no la habían leído en el Consejo de Administración, y sin darnos siquiera una respuesta, ni siquiera a fecha de hoy, ya habían decidido cerrar la sucursal de Valencia, y así lo hicieron al día siguiente, ordenándonos desplazarnos a todos los trabajadores de Valencia a Zaragoza, exceptuando a los dos de CGT, a los qu nos han mandado desplazarnos a Cervera del Pisuerga (Palencia) y a Tarragona, separados del resto y solos. Valencia, foco de «disidencia», ya no existe, y se nos dice a menudo que no se va a volver a abrir, por lo que vamos a tardar mucho tiempo en volver a nuestra casa.

La mayoría de trabajadores de Valencia ha preferido quedarse en casa y ya no están en la empresa, sólo quedan tres que sí se han desplazado a Zaragoza, y Jesús y yo, los de CGT.Tratan de desmoralizarnos para que nos vayamos, y quizás después reabrir Valencia con gente más domesticada , como en el resto del estado. Personalmente yo ya estoy sufriendo una situación de aislamiento en Tarragona con compañeros que repiten las consignas del «Politburó» sin manifestar la más mínima crítica a sus decisiones ni acuerdo conmigo o mis opiniones. El Terror ya está funcionando. El único sitio donde se manifestaban con libertad las opiniones y se criticaba abiertamente a la dirección, como podréis comprobar en la carta, era Valencia, y ya ha sido cerra-da. Es la típica purga estalinista, eliminan todo foco de opinión en libertad antes de que pueda ser un peligro para su poder omnimodo y para que sirva de advertencia a todos los trabajadores. Los trabajadores de Valencia que se han tenido que ir han sido OBJETIVAMENTE DESPEDIDOS.

El utilizar los desplazamientos y traslados para castigar, el acoso moral en especial a los dos compañeros de CGT que consideran los «instigadores» intelectuales de la posición de todos los compañeros de Valencia, lo están haciendo de una forma en que la propia dirección de la extinta Sintel no hacía, entre otras cosas porque se lo impedían una serie de artículos del Convenio que garantizaban una cierta protección frente a las discriminaciones. Bien se han cuidado estos dictadores de hacer un Contrato de Empresa que no tenga ninguna de éstas garantías, además de que no fuera ampliamente democrático y participativo, como pedíamos los de Valencia. Bien al contrario, además de estar por debajo del E.T. en derechos, lo único que garantiza es que desde la pirámide del poder se ejerce éste de una forma total, se nombran los jefes y cargos de arriba hacia abajo y se destituyen igualmente ; en contra de nuestra opinión de que se elijan y/o revoquen por los propios trabajadores de cada unidad productiva sus responsables y coordinadores. Con esto se garantizan la total fidelidad y docilidad de la pirámide de mando a sus designios. Y el resto no se atreve a hablar por que el que caiga en desgracia no será nunca ascendido, además de poder ser represaliado. Los responsables de los equipos de trabajo que teníamos en Valencia han sido destituídos por «decreto-ley» del Consejo de Administración-excomité Intercentros (lo que llamo el «Politburó»). Argumentan que en la Asamblea General de accionistas podremos decir y proponer lo que queramos, pero si la facultad de contratar, despedir,ascender, degradar, cerrar provincias, castigar, etc…, lo tienen ellos, ¿Quién se va a atrever a hablar libremente y a votar en público y en su presencia algo que ellos no aprueben ? El que se menea no sale en la foto.

Además las asambleas de Sintel eran de chiste para cualquier observador, no necesariamente libertario, sino simplemente para un demócrata. Eran mítines de su dirigente Adolfo Jiménez. Sólo los de Valencia, ya entonces, por la presencia de los compañeros de CGT, salíamos a hablar, y a todos los trabajadores del resto del Estado les parecía
algo extrañísimo. Siempre obedecían sin chistar a sus «dirigentes», y cuando en la Asamblea en la que se decidió levantar el Campamento de La Castellana argumentamos los de CGT que era un engaño y que no había garantías realmente firmadas de que se cumpliera el acuerdo de empleo, pese a que era evidente, votaron lo que les dijeron sus «dirigentes». Ese Comité Intercentros que hasta ese momento se había negado a aceptar el acuerdo entre la dirección de CCOO y el Gobierno, ahora lo aceptaba sin ningún cambio y les decía que había garantías de que se cumpliera, manipulándolos claramente ya que el Comité no son tan tontos como para creérselo.

Cuando decidieron aceptar el acuerdo (quizás porque no se sintieron con fuerzas para seguir en La Castellana en contra hasta de su mismo sindicato), lo presentaron como una victoria y un buen acuerdo a los trabajadores. Aunque después rectificaron y se enfrentaron a Fidalgo, parece que su posición de no vender a los trabajadores como la dirección de CCOO es sobretodo un problema de poder. Ahora lo tienen absoluto y son como auténticos dictadores de una «República Popular» de las de triste memoria en la Europa del Este. Debe ser su posición ideológica.

Estoy a vuestra disposición para aclarar o ampliar información sobre todo esto, además de lo que ya figura en la carta que se acompaña como DATOS ADJUNTOS. Es importante que toda la organización y la opinión pública sepa lo que está pasando. Les dimos nuestro apoyo incluso a nivel jurídico y gratis sin afiliarse, por los trabajadores de Sintel, esperando que incluso su comité variara un poco sus ideas comunistas estalinistas y su forma totalitaria de funcionar, debido a las traiciones y venta de su sindicato CCOO a los trabajadores de Sintel, que abriera un poco sus mentes a formas más tolerantes y libres de organizarse, pero parece que para ellos toda esta lucha de LA CASTELLANA POR MANTENER NUESTROS PUESTOS DE TRABAJO DIGNOS NO ERA SINO POR MANTENER ELLOS DE PASO SUS PRIVILEGIOS DE LIBERADOS DEL COMITE INTERCENTROS, AHORA COMO JEFES DE SINTRATEL Y SIN DEMOCRACIA, NO VAYA A SER QUE EN ALGUN MOMENTO ELIJAN A OTROS Y TENGAN QUE VOLVER A TRABAJAR.

Un saludo comunista libertario,

Juan


Accionistas-trabajadores de Sintratel Valencia.

Valencia, 27 de septiembre de 2004

Sr. José Luis Adell

Estimado compañero :

Recibida tu misiva el pasado 24-09-04, escrito de una dureza que no imaginábamos proviniendo de ti, que consideramos fruto de tu papel como Consejero Delegado para asuntos legales y económicos de la empresa y que hemos recibido la mayoría de compañeros-trabajadores de SINTRATEL 2003 SL en Valencia, consideramos necesario contestarte dándote el punto de vista mayoritario entre nosotros para que tú y otros tengáis fundamentos más certeros con los que discutir en la próxima, extraordinaria, monográfica y urgente reunión del Consejo de Administración de SINTRATEL GRUPO, y siempre con la esperanza de que dicho cónclave sirva para solucionar los “desajustes” que, coincidiendo contigo, se dan en el caso que nos ocupa.

Para empezar, el proyecto colectivo, realista, no adscrito a intereses únicamente mercantiles y con el objetivo prioritario de generar alternativas de empleo estable para los trabajadores y trabajadoras de la extinta SINTEL (y más allá si se pudiese), constituyó y constituye nuestra principal motivación para no tirar la toalla y seguir al pie del cañón en nuestra tarea. Así mismo, y por ser precisamente realistas, comprendemos que la tarea es ardua, compleja y se halla preñada de riesgos, siendo conscientes en todo momento de que esta complejidad se agiganta por los obstáculos “añadidos” por el cruel mercado neoliberal, y sobre todo teniendo en cuenta la firme voluntad mantenida y demostrada por los compañeros y compañeras en el Campamento de la Esperanza, el enfrentamiento con la todopoderosa Telefónica, con la patronal del sector, con el Gobierno del Partido “Popular” e incluso con las cúpulas de algunos sindicatos, el resto de movilizaciones sindicales, y todas y cada una de las denuncias ante los juzgados y ante los medios de comunicación que humillaron y tiraron por tierra el lema de que “España va bien”. En todo ello estamos individual y colectivamente de acuerdo contigo, con el resto de compañeros del Consejo de Administración y con la totalidad de compañeros de la empresa y la Asociación…

Pero cuando se ahonda en los principios éticos y los valores sociales que han de regir los esfuerzos puestos en común (y estando como estamos de acuerdo en que éstos han de ir mucho más allá de los exigidos en una simple relación empleado/empresario), en la que el proyecto COLECTIVO que se lidia va más allá de la lealtad laboral y debe regirse por “principios estructurales empresariales inequívocamente igualitarios” (¡ !) es cuando nos entran las subsiguientes dudas y temores a la hora de imaginar, por poner un ejemplo, una plantilla de 300 trabajadores en la zona de SINTRATEL-Valencia, como fuimos hace unos años en SINTEL, dentro de estos añorados parámetros intencionales.

Que tengamos constancia, los “públicos y notorios desajustes” (nosotros no les hemos dado ninguna publicidad que sepamos), nunca han sido de todo orden y, en el supuesto de que lo sean, no creemos ser responsables más que de una parte muy ínfima para ser considerada una rebelión de “simples desafines” que parten de un “posicionamiento irrelevante” (los entrecomillados sólo responden, a nuestro entender, a una opinión injusta y subjetiva de la que pareces participar) para los grandes objetivos de carácter laboral que nos hemos marcado todos y cada uno de los participantes en este proyecto presuntamente igualitario. Y por supuesto que coincidimos en la magnitud de los problemas reales y retos a los que nos hemos de enfrentar, pero consideramos que éstos lo serán, y deben serlo, tanto de orden interno, a la hora de debatir, ajustar, equilibrar y coordinar el PROYECTO COMÚN, como de orden externo, para conseguir el triunfo de nuestro PROYECTO ALTERNATIVO en el plano laboral y socioeconómico. Así pues, nada, en un proyecto común y alternativo nos parece irrelevante : ni la opinión de un solo compañero, ni sus reivindicaciones personales y/o colectivas, ni la de un pequeño grupo de trabajadores, ni la de (sin exagerar tampoco) la del “apoderado” y máximo responsable del proyecto SINTRATEL.

Según tú, y entramos definitivamente en materia, es “excepcionalmente grave” que los accionistas-trabajadores se nieguen a prestar su trabajo de forma itinerante a 200 km. de su localidad, como reclama el punto quinto de las condiciones del contrato societario. Sólo que esto no es así ; el representante del Consejo de Administración pidió voluntarios de entre los 8 trabajadores de Valencia y nadie se presentó y, cuando aplicándose la “democracia interna” de esta empresa se señaló a los 4 “idóneos” previsibles, sin sorteos y por Decreto-Ley y (a pesar de que hubo protestas) nos preparábamos para el viaje en el día señalado en la carta de desplazamiento, llegó la contraorden de que se había encontrado otra solución… No hubo, por tanto, negativa, sino desacuerdo en los métodos de elección, en la forma de tratar a esta sucursal valenciana y en las condiciones laborales mínimas para hacer ilusionante este proyecto común, como ya ha pasado, lo reconocemos, en alguna otra ocasión… No sabemos, puesto que no se nos informa, de cuál es el efecto negativo para la empresa en el plano comercial, ni tampoco de otros supuestos, como es el caso de que sólo se trabaje en Valencia para APLITEC. Y somos absolutamente conscientes de lo que firmamos en su momento y a lo que nos comprometimos, y de lo que hacen desde su entrada a la empresa otros compañeros, así como de nuestras responsabilidades…

Que se “disparen las alarmas”, que “se comprometa la viabilidad de SINTRATEL VALENCIA a corto plazo” y que presuntamente, nosotros, y nada más que nosotros, con nuestra supuesta “actitud y proceder”, nos pongamos “en el mejor de los supuestos al margen y posiblemente enfrente del proyecto común que compartíamos (¿en pretérito imperfecto ?) con miles de trabajadores de SINTEL y cientos de SINTRATEL”, que se nos plantee que mantenemos “una pertinaz actitud contraria al interés general”, que “rebasa los límites del derecho laboral y (…) las obligaciones contractuales” son acusaciones y afirmaciones que constituyen una desmesurada opinión que nos ha llenado de rabia y de impotencia a los 8 de Valencia.

Porque, para decirlo claro, a pocos meses de nuestro ingreso en el proyecto, nos sentimos como el valeroso caballo de la obra “Rebelión en la granja”, de George Orwell, reventado a trabajar sin protestas que se precien, de sol a sol, sin descansos, en pos del gran Ideal, mientras otros planifican desde sus cómodos sillones quién es el malo, el sacrificable, el vago, el rebelde y el candidato a la purga, cuando la verdad es que este colectivo viene realizando encargos de bajo valor y mal pagados (que obligarían a realizar jornadas de 12 a 14 horas para hacerlos rentables), sin vacaciones y con un verano a las espaldas en que el calor nos ha dejado terriblemente agotados. Que se consideren “desajustes”, “actitudes al margen del colectivo” y otros epítetos terribles las peticiones de vacaciones (que pretendemos racionalizadas para mantener las necesidades del trabajo), o que consideren como sabotaje disensiones y discusiones sobre la nula participación en las grandes decisiones de esta empresa “alternativa y colectiva” de la que TODOS formamos parte, nos llena de una lógica insatisfacción. Tampoco comprendemos cuáles han sido los criterios por los cuales se ha constituido un Consejo de Administración que controla a los trabajadores pero en el cuál éstos no tienen voz ni voto (a la vista está), ni quién los ha elegido o si se han reproducido los cargos del antiguo Comité Intercentros para siempre jamás, ni qué criterios de productividad se han empleado para aumentar sueldos a una nueva casta de directivos, etc… No se puede ser líder de un proyecto altruista y al tiempo crear desigualdades y diferencias entre iguales, no se puede decir que SINTRATEL está basada en el modelo yugoslavo (Adolfo Jiménez, entrevista para el periódico de izquierdas DIAGONAL, Madrid, septiembre/octubre de 2004), “con un brillo travieso en los ojos”, y declarar que en esta empresa “los propios trabajadores marcan el desarrollo y los objetivos de la empresa, sin intervención del Estado”, cuando quien dirige SINTRATEL es el antiguo Comité Intercentros de SINTEL, un grupo de dirigentes que no permite participación democrática de ningún tipo a los trabajadores de los que hace mención.

La autogestión, como todos sabemos, es el poder de decisión y de control sobre la propia empresa por parte de todos los trabajadores, democráticamente, con cargos y coordinadores elegibles de entre todos y revocables en cualquier momento por la propia asamblea.

Para nosotros SINTRATEL debe ser gestionada y coordinada por un Consejo en el plano comercial-económico-laboral del día a día : somos realistas y no pedimos precisamente una rotación de cargos mensual. Pero las decisiones políticas (con voto democrático y secreto), el modelo de empresa, los Estatutos y Reglamentos y sus reformas, la información general sobre la marcha de la empresa, las directrices generales de tipo comercial, el nombramiento de cargos, etc… deben ser decisiones, proyectos e información en manos de los propios trabajadores y decididas en Asamblea General. En cambio, contratar o despedir, o decidir por ejemplo al propio director de zona, debe ser decisión de la Asamblea de cada provincia. ¿Cómo puede aquél que tiene el poder de despedir ser el que dirija la empresa ? No se podrán manifestar opiniones diferentes a las de los dirigentes porque el miedo a la represión hará callar su opinión a muchos. Es como si el presidente del gobierno pudiese desterrar a la oposición como antiespañola, porque entiende el “proyecto común” de otra forma. Ya sabemos que en las empresas capitalistas no hay democracia : ésta y no otra es la realidad antidemocrática de las relaciones laborales en todo el mundo. ¿Queremos esto ? Hacer una empresa igual que las demás o quizá peor en todos los sentidos no es precisamente “un proyecto común con principios éticos y valores sociales bandería de todo ciudadano de bien”.

La situación actual de la empresa no es del agrado de muchos trabajadores de TODA ESPAÑA. Se hacen chistes en privado, se chismorrea y se critica, se quejan de los liberados perpetuos, manifiestan su descontento en corrillos, están desengañados del proyecto organizativo, se preguntan si “éstos volverán a coger el pico alguna vez y nos tocará lo de ellos a nosotros”… y eso que según parece, por lo que se les pregunta y contestan, no están informados de las diferencias máximas del actual abanico salarial, y piensan que son muy inferiores al 45%. ¿Cómo se les ha informado ? ¿En todo se les informa así ?

Muchos sólo esperan la ocasión PARA SALTAR EL MURO, para escapar de SINTRATEL hacia las empresas capitalistas dónde con mejores sueldos, con representantes que los defiendan contra el Capital, se sientan otra vez trabajadores y no esclavos. ¿Quién se atreverá en SINTRATEL a disentir si se purga a los valencianos ? ¿Queremos que sólo estén en Sintratel aquellos que no tienen otra salida laboral, aquellos a los que no les quede otro remedio y por lo tanto se callen y digan que sí a todo ? ¿De qué proyecto común, alternativo y en manos de los propios trabajadores estamos hablando ?

¿Por qué en SINTRATEL Valencia sólo tenemos un único cliente, y además buscado y conseguido por nosotros mismos ? Sabemos que es difícil buscar clientes, pero si nosotros lo hemos hecho… Habremos de coincidir en que parece que ha habido dejadez o desidia en la búsqueda de trabajo para Valencia por parte de quién esté designado para hacerlo, o que alguien con mando en esta empresa lo impide de alguna manera para tener argumentos de que Valencia no es rentable, porque es un foco de disidencia.

¿Por qué en SINTRATEL Valencia todavía no hay ropa de trabajo ? Carecemos de materiales y herramientas (no se envían). Si se alega falta de dinero para invertir, más se pierde en productividad… Después de 9 meses no hay vado en el local : todos los días perdemos un tiempo precioso porque tenemos coches aparcados ante la puerta, y esta gestión no se agiliza… Da la impresión de que se estuviera pensando en cerrarla porque somos los únicos que manifestamos nuestra opinión con libertad.

Hemos sido testigos del desastre de demasiados proyectos cooperativos de toda índole y siempre por lo mismo : un grupo asume el control, se aleja del proyecto al tomar autoridad, empieza a ver a los demás como responsables de los problemas que todos deben superar juntos (y a veces de los que son los únicos responsables), el grupo se elitiza y burocratiza y empieza el acoso moral sobre los antiguos compañeros, contra los disidentes por pequeñas diferencias, después el acoso se convierte en represión y empiezan las purgas… y los dirigentes invierten sus papeles por los que antaño combatían. ¿Queremos que esto pase o nos escucharemos unos a otros ?

Piensa, compañero Adell, que, cuando comenzamos, todos cobrábamos el salario mínimo, y no había la más mínima pega con los compañeros de Valencia, por el contrario había la más absoluta voluntariedad, y con ambiente de agradable compañerismo, y se estaba las horas que hiciese falta e incluso se hacían guardias de noche para que no nos robaran los cables en la obra, sin cobrar por esas horas y en una furgoneta toda la noche, trabajando domingos gratis si era necesario, aportando nosotros las herramientas sin las que no hubiésemos podido trabajar. Hemos realizado trabajos verticales (en los que se emplean técnicas de escalada) poniendo los equipos de nuestra propiedad, viajando y dispuestos a viajar a cualquier lugar por poner en marcha y consolidar esta actividad de alto valor añadido, tanto en precios como en prestigio, imagen y posibilidad de atraer más encargos, abortada por que se cometió la torpeza de amenazar con represalias a uno de los miembros del equipo… ¡que quería coger una semana de vacaciones para curarse de una lesión muscular durante éstas ! Y todo por “poner los esfuerzos en el proyecto común”. Aunque en aquellos momentos tampoco había una democracia y participación claras, por lo menos había igualdad de salarios : era un proyecto al menos igualitario. Y esperábamos que, más temprano que tarde, se podrían hacer propuestas que mejoraran el equilibrio democrático y el contenido participativo en la “Constitución” de esta empresa ; es decir, en sus Estatutos y Reglamentos o como lo queramos llamar.

Ahora no hay ni democracia ni tampoco igualdad. Quienes, consideramos, van en contra del proyecto común son aquellos que desilusionan a sus compañeros utilizando su poder omnímodo para además subirse el sueldo ¡hasta un 45% ! en un momento en que a todos se nos piden sacrificios para sacar a la empresa de la situación de pérdidas.

Es la clásica y decimonónica sentencia según la cual el orden natural es el siguiente : Los que trabajan y no comen mantienen a los que comen y no trabajan. Y si no, que nos lo expliquen…

No dudamos de la buena fe y la lealtad al proyecto de los compañeros que dirigen la empresa. Pero quizá su ideología, y la filosofía y concepción del mundo de la que proceden, les hace que no vean la posibilidad de hacer las cosas de una manera democrática… No queremos hacer asambleas “hasta para mear”, como dirían haciendo con esto el típico chiste de desprestigio ; sólo queremos que se comparta el poder con las asambleas para que no sea absoluto y haya así un poco de democracia. No puede haber libertad de expresión para el debate, ni siquiera en las Asambleas Generales, cuando al que te opones o le haces una candidatura alternativa tiene el poder de despedirte, es decir de eliminarte como trabajador y como accionista.

Esto, por poner un ejemplo, podría arreglarse (porque hay que ser positivos) recogiendo en el articulado de los Estatutos y/o Reglamentos que la provisión de puestos de trabajo en cada provincia se hará por elección secreta de los trabajadores en ese momento en activo en cada provincia, que son los que mejor conocen a los compañeros de su localidad. Así, cuando se dictaminase en asamblea cuántos puestos de trabajo sería necesario cubrir y el número y nombre de los aspirantes (por supuesto, con los requisitos mínimos de conocimientos y/o titulación) se pasaría a elegir a los compañeros adecuados. Igualmente, las propuestas de despido por hechos graves en contra de los intereses comunes se harían en una asamblea de la provincia o centro de trabajo por cualquier trabajador o grupo contra otro u otros, después se oiría a las dos partes y se debatiría por los presentes que quisiesen participar, y posteriormente se votaría en voto secreto, como siempre, para que no hubiese enfrentamientos entre los compañeros (y con presencia, si el tema fuese trascendente, de compañeros del centro coordinador). Es rápido, sencillo y nada complicado. Puede haber otras formas, pero debe ser con la misma filosofía de decisión real por los trabajadores. Y como esto, todo se puede regular de forma democrática, práctica, participativa. Se puede comprender si se tiene la intención.

Esperamos, sinceramente, que la presente carta sirva para algo y que la sensatez dé paso a un debate en profundidad, y te invitamos a esta ciudad de Valencia para charlar directamente con nosotros y que escuches por ti mismo nuestras propuestas e ideas, devolviéndote un cordial y respetuoso saludo.
Firman el presente escrito :