El Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, ha propuesto prolongar hasta el 28 de febrero de 2005 el mandato de la misión en el Sáhara Occidental (MINURSO). Si difícil era hasta ahora para los saharauis hacerse un hueco en la agenda de la comunidad internacional con revisiones de la misión de paz cada tres meses, más lo va a ser hoy si entre informe e informe pasan 10 meses. Más si cabe con la negativa de Rabat a poner en peligro de modo alguno su integridad territorial y todo a pesar de que el PMA y ACNUR han anunciado escasez de alimentos en la zona a partir de mayo de este año.

El Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, ha propuesto prolongar hasta el 28 de febrero de 2005 el mandato de la misión en el Sáhara Occidental (MINURSO). Si difícil era hasta ahora para los saharauis hacerse un hueco en la agenda de la comunidad internacional con revisiones de la misión de paz cada tres meses, más lo va a ser hoy si entre informe e informe pasan 10 meses. Más si cabe con la negativa de Rabat a poner en peligro de modo alguno su integridad territorial y todo a pesar de que el PMA y ACNUR han anunciado escasez de alimentos en la zona a partir de mayo de este año.

Cinco campos de refugiados levantados alrededor de Tindouf, ciudad al suroeste argelino. Un muro de 2.000 kilómetros de separación plagado de minas antipersonales. Unos 165 mil refugiados a la espera de volver a su tierra desde hace más de 28 años. Malnutrición crónica en un 30 por ciento de estos refugiados ; aguda en un 10 por ciento (falta de visión, dificultades de crecimiento, subdesarrollo de los sistemas cognitivos, etc.). Elevados niveles de anemia entre niños y mujeres. Y diez meses más de espera para saber si de una vez por todas acceden a su libre determinación. Es la radiografía de un pueblo, el saharaui, que agota su paciencia después del anuncio del Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, para prolongar hasta el 28 de febrero de 2005 el mandato de la misión en el Sáhara Occidental (MINURSO). El 30 de abril se cumple la última prórroga y Marruecos sigue sin aceptar el último plan elaborado por James Baker, enviado especial de Kofi Annan en la zona.

Si difícil era hasta ahora para los saharauis hacerse un hueco en la agenda de la comunidad internacional con revisiones de la misión de paz cada tres meses, más lo va a ser hoy si entre informe e informe pasan 10 meses. Así, el presidente de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática), Mohamed Abdelaziz, manifestaba recientemente, ante la visita de políticos y asociaciones pro saharauis, que Naciones Unidas podría tomar una opción más “firme”. En el mismo sentido, pero más expeditivo, Barahim Mahfoud, jefe de la segunda región militar del Sáhara, denunciaba ante la propuesta de Annan que “algunos están abusando de nuestra paciencia (…) En este proceso, el árbitro (la ONU) parece que premia al que incumple la legalidad repetidamente”.

Marruecos, que incumple la legalidad por hacer caso omiso a las resoluciones ONU para la libre determinación del Sáhara, envió el pasado 9 de abril una carta al Secretario General de Naciones Unidas en la que mostraba su buena fe en el proceso de paz, al tiempo que dejaba claro su rechazo a cualquier plan que ponga en peligro la integridad territorial del país : “Marruecos no puede aceptar un cuestionamiento que puede desestabilizar el país y poner en tela de juicio los principios más sagrados fundamento de su unidad y continuidad”. Firmado : Mohamed Benaissa, ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación de Marruecos. Esta carta se enmarca en el contexto del último Plan Baker en el que se celebraría un referéndum en el Sáhara después de cinco años de autonomía en el interior de Marruecos y con la posibilidad de que votasen, no sólo saharauis, sino también marroquíes inmigrantes en territorio ocupado. Para Marruecos, la autonomía no podría ser nunca temporal sino definitiva, y cinco años de incertidumbre podría malgastar la estabilidad de la región.

La ONU lleva trabajando 13 años con la MINURSO, desde abril de 1991, apostando por la libre autodeterminación del Sáhara como principio indiscutible en el proceso de paz entre Marruecos y el movimiento de liberación Frente Polisario, que gobierna en el territorio no ocupado. Lleva gastados 600 millones de dólares y agotados cuatro planes de paz : el plan de arreglo para el referéndum, el plan marco para la autonomía del Sáhara en territorio marroquí, la partición territorial y el último plan de paz para la libre determinación (Plan Baker).

Así que entre arrojar la toalla y ceder el problema de nuevo a la Asamblea General de Naciones Unidas, opción barajada por su Secretario General en su último informe y en ocasiones anteriores, Kofi Annan ha apostado de nuevo por el proceso de paz en el que se reúna el consenso de ambas partes. Un mal menor ilusorio por la experiencia vivida que nos acerca más a la doctrina de los hechos consumados por parte de Marruecos que al derecho irrenunciable de autodeterminación con el que cuentan los saharauis. Diez meses son muchos para un conflicto tan viejo, por lo que las críticas a Naciones Unidas son legítimas. Salvando las distancias, la comunidad internacional ha reaccionado con prontitud ante el conflicto chipriota. Si la parte griega rechaza la reunificación, se compensa a la turca que sí la contempla. También con muchas reservas se puede decir lo mismo de Palestina : si hoy la Hoja de Ruta está agotada, sí es cierto que el conflicto entre palestinos e israelíes llena portad ! as (cuando no lo hace Irak) y mueve las declaraciones de altos mandatarios en la escalada de la violencia.

El Sahara permanece en el olvido. El mismo olvido que explica una deuda de los donantes de 46 millones dólares a la MINURSO ; y que explica los informes alarmantes de organismos como el Programa Mundial de Alimentos o la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados. Para mayo de 2004 se prevé que la población saharaui empiece a sufrir escasez de cereales y de otros alimentos.

A pesar de todo, una noticia que llama a la esperanza : el éxito que desde marzo de este año está teniendo el programa de visitas entre familiares saharauis desde Tindouf a El Aaiún (en territorio ocupado) y viceversa, con más de 8.500 peticiones de participación ; y el servicio telefónico que enlaza ambos lados del muro de separación y del que se benefician más de 2.000 refugiados. Gestos necesarios, pero insuficientes para mantener la paciencia de los saharauis.

La solución es difícil mientras Marruecos no contemple la posible pérdida del territorio en referéndum. Y no la contempla. Pero más difícil es resistir la incertidumbre con la que llevan viviendo más de 28 años los saharuis. Y sí que lo hacen. Al menos otros diez meses más.

Fuente : AGENCIA DE INFORMACIóN SOLIDARIA
www.infosolidaria.org