Los presuntos sobresueldos y comisiones de nuestros gobernantes explicarían por qué en este saqueado país tenemos más km de autovías, más trenes de alta velocidad, más aeropuertos, más polígonos industriales y más urbanizaciones que ningún otro país europeo, incluida Alemania. También explicarían la proliferación de obras megalómanas como el Centro Internacional de Convenciones de Madrid, paralizado después de gastar 191 millones de € (M€), la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, que fue presupuestada en 300 M€ y ha costado 1300, la Ciudad de la Luz de Alicante, que costó 265 M€ y ahora está en desuso, la Ciudad de la Cultura de A Coruña, infrautilizada y a medio construir aunque ya ha costado 400 M€, la Ciudad del Circo (!) en Alcorcón, de 120 M€, el Palacio de Congresos de Oviedo, de 350 M€, las Setas de Sevilla, que pasaron de 50 a 123 M€ y aún no tienen una utilidad clara, etc. A todo lo cual hay que añadir las fastuosas Exposiciones, Olimpiadas, Copa América, Fórmula 1 y otros faraónicos eventos.

Además el ambiente social viciado y cómplice de tanta corrupción ha propiciado que hasta los cargos políticos más elementales se autoadjudiquen sueldos y prebendas exagerados, lastrando aún más las cuentas de todas las instituciones. Así tenemos alcaldes y regidores que entre la dedicación exclusiva, las dietas, reuniones, etc. se endosan cada mes 4.000 € o más; igual que los cientos de asesores del partido gobernante que cobran opíparos sueldos, aunque a veces no se sabe bien qué hacen.

Además el ambiente social viciado y cómplice de tanta corrupción ha propiciado que hasta los cargos políticos más elementales se autoadjudiquen sueldos y prebendas exagerados, lastrando aún más las cuentas de todas las instituciones. Así tenemos alcaldes y regidores que entre la dedicación exclusiva, las dietas, reuniones, etc. se endosan cada mes 4.000 € o más; igual que los cientos de asesores del partido gobernante que cobran opíparos sueldos, aunque a veces no se sabe bien qué hacen. Todo ello mientras sus jefes nos recortan servicios, derechos y salarios a los ciudadanos, al tiempo que privatizan lo público y benefician a las grandes empresas, ¿será casualidad que éstas los enchufen, cuando acaban sus mandatos, en cargos de poco trabajo y mucho sueldo?

Ahora empiezan a cuadrar las cosas, antes lo intuíamos y se rumoreaba, pero ahora empieza a verse claro por qué tantos gobernantes querían construir lo que fuera, aunque no hiciera ninguna falta, y si no había suficiente dinero público echaban mano de las Cajas, que para eso las tenían copadas. Así, el monto total del despilfarro y la corrupción en España, incluyendo Cajas y empresas públicas o semipúblicas, es enorme; más aún si añadimos los intereses que los especuladores nos están haciendo pagar por los préstamos que tuvimos que pedir para tapar tantos agujeros; y mucho más con los solares y viviendas que no pueden venderse y que las constructoras y bancos nos han endosado con el timo del banco malo (SAREB). En total, el desfalco reiterado de gobernantes y empresarios corruptos debe ser del orden de lo que ha aumentado la deuda pública española durante los años de crisis: 500.000 millones de €…

¡Qué cara nos sale la corrupción! Y lo peor de todo es que nunca habríamos llegado a estos niveles si no hubiera habido tanta manipulación y tanta complicidad popular. ¿Cómo podía la gente votar a políticos corruptos que estaban pendientes de juicio? ¿Cómo no exigen las bases de los grandes partidos, presuntamente democráticos, que dimitan sus líderes salpicados de corrupción? En otros países dimiten por una donación ilegal de 435 € o por plagiar una tesis doctoral, aquí, en este endeudado país, nadie dimite y en vez de condenar a los corruptos condenan al juez que quiso juzgarlos. Por eso ha crecido tanto la corrupción, porque no se atajó al principio y encima los gobiernos cómplices indultan a los escasos corruptos condenados. Claro que aquí el gobierno controla el parlamento, nombra al fiscal general, a la mayoría de los miembros del consejo general del poder judicial, al director de RTVE, etc. ¿Es esto democracia? ¿Dónde está la separación de poderes? ¿Y la imparcialidad de los medios informativos?

“España va bien” nos decían mientras malgastaban el patrimonio de todos y gestaban la ruina actual. En aquella época, cuando algunos protestábamos contra las grandes obras y los grandes eventos para evitar el despilfarro y la destrucción ambiental, con quienes primero teníamos que discutir era con los vecinos, que no entendían nuestro rechazo y nos decían que aunque dañaran el entorno creaban riqueza y daban trabajo. Pues bien, ahora estamos viendo el resultado final de aquella política desastrosa y corrompida: 6 millones de parados, 12 millones de pobres, 700.000 hogares sin ningún ingreso, hambre en España, miles de niños desnutridos, 400.000 familias desahuciadas, emigración forzosa de los jóvenes, 500.000 millones más de deudas, recortes en sanidad, educación y derechos, etc.; en resumen, los pobres cada vez más pobres, las clases medias hundiéndose y los ricos cada vez más ricos…

Esto sólo tiene arreglo si exigimos honradez a los representantes políticos y castigamos ejemplarmente a corruptores y corruptos; tenemos que agilizar los juicios de los casos Bárcenas, Gürtel, Nóos, Palma-Arena, Fabra, Terra Mítica, Emarsa, Blasco, EREs, Mercurio, Pretoria, Palau, ITVs, Crespo, Pallerols, etc. y anular los indultos a corruptos. Además hemos de hacer una auditoría nacional para ver adónde han ido los millones evaporados y quienes han de pagar la deuda odiosa; las cantidades malversadas y los malversadores generalmente pueden destaparse comparando las declaraciones de Hacienda actuales de quienes han gobernado y sus familiares directos con las declaraciones anteriores a sus respectivos cargos.

Pero estas medidas coyunturales no son suficientes, si queremos superar esta crisis política y económica hemos de ir a la raíz del problema: la transición del franquismo a la democracia, que se hizo en falso, sin higienizar las estructuras de poder. A diferencia de otros países que también sufrieron dictaduras criminales, como Alemania, Italia, Brasil, Argentina o Chile, aquí todavía no hemos juzgado los crímenes ni el latrocinio del franquismo y aquella herencia podrida ha originado la corrupción generalizada que vivimos hoy. Por tanto si queremos salir del pozo en que nos han metido debemos hacer una segunda transición hacia una democracia real, justa y participativa, que rescate a las personas y recorte a los millonarios y grandes empresas, que deje fuera del juego político a todos los corruptos, que promueva la sostenibilidad ambiental y, en definitiva, que procure el bienestar de toda la población.

Pedro Domínguez Gento

 


Fuente: Pedro Domínguez Gento