RAFAEL CID. Los de la guerra Irak añoran a los del GAL
En su búsqueda de un argumentario que le reubique en el alfoz de la realpolitik, Mariano Rajoy ha hecho una inefable confesión de parte. Del ¡váyase señor Gonzalez ! hay que ir al ¡vuelva señor González !, ha predicado el notario en excedencia de Santa Pola. Tan mal ven la cosa los poderes fácticos con la mayoritaria aprobación del Estatut que están dispuestos a reeditar la fórmula del partido-movimiento, modelo ¡Basta ya !, que tan estruendosos resultados dio en el País Vasco al tándem Mayor Oreja-Nicolás Redondo Terreros. Todo por la Patria, aunque la montaña para un ratón Como aquellos incrédulos comunistas que durante la invasión de Praga del 68 por los tanques soviéticos escribían en las paredes ¡Lenin, vuelve ; Stalin se ha vuelto loco ! Pero sin tanques, que para eso la democracia cuenta con las encuestas y los tertulianos (nuestros think tank domésticos).
RAFAEL CID. Los de la guerra Irak añoran a los del GAL

En su búsqueda de un argumentario que le reubique en el alfoz de la realpolitik, Mariano Rajoy ha hecho una inefable confesión de parte. Del ¡váyase señor Gonzalez ! hay que ir al ¡vuelva señor González !, ha predicado el notario en excedencia de Santa Pola. Tan mal ven la cosa los poderes fácticos con la mayoritaria aprobación del Estatut que están dispuestos a reeditar la fórmula del partido-movimiento, modelo ¡Basta ya !, que tan estruendosos resultados dio en el País Vasco al tándem Mayor Oreja-Nicolás Redondo Terreros. Todo por la Patria, aunque la montaña para un ratón Como aquellos incrédulos comunistas que durante la invasión de Praga del 68 por los tanques soviéticos escribían en las paredes ¡Lenin, vuelve ; Stalin se ha vuelto loco ! Pero sin tanques, que para eso la democracia cuenta con las encuestas y los tertulianos (nuestros think tank domésticos).

Como reafirmación del crepúsculo de las ideologías y del oportunismo político, las nomenclaturas rajoyista y felipista maniobran de nuevo para darse la paz, donde realmente siempre hubo más consenso que disensos. (¡Ah, para cuando una auténtica oposición que se oponga !). Y en esa pomada están de nuevo los usufructuarios de la ilegal y criminal guerra de Irak y los defensores intelectuales del GAL y del latrocinio de los fondos reservados. Cabalgan juntos Zaplanas y Bonos, Acebeses e Ibarras, Guerras y Aznares, Vazquezes y Rajoyes, Leguinas y Aguirres, impasible el ademán y enmendando al alza aquella histriónica doctrina de “dos por el precio de uno”.

Lo que ocurre es que, al margen de las apariencias, la procesión va por dentro. Por ejemplo, se intenta contagiar extramuros un temor a la ruptura de la caja única de la seguridad social, cuando incluso aplauden el sabotaje del Estado de Bienestar. Dicen que esta en peligro la unidad de mercado, pero la feroz deslocalización industrial y empresarial no tiene enmienda. Y así hasta el infinito, línea del horizonte donde confluyen los sagrados intereses de la corona y el ejército, definidos en los artículos 2 y 8 de la Constitución vigente. Porque en realidad, lo que ahora peroran galgos y podencos no es sino un marcial ventrilocuismo de lo ya denunciado por el Rey en la Academia Militar de Zaragoza, el JEMAD y el Príncipe Felipe en la entrega de esos Nobel con fabes erigidos en su honor. (Por cierto, en la edición de este año se ha premiado a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, la orden que “regentó” las cárceles de mujeres durante la dictadura).

Tan lanzados van nuestros líderes que están a punto de hacer de la Constitución del 78 otra devotio ibérica.


Fuente: Rafael Cid