Mucho se ha escrito y se escribirá sin duda estos días acerca del hecho incuestionable de que cuando Estados Unidos se propone algo lo consigue. Desde prácticamente mediados del siglo XIX, esta superpotencia no ha dejado de actuar de forma violenta en el escenario internacional, ya comenzó en la década de los 40 con Méjico, nación a la que le arrebató más de la mitad de su territorio, después de su guerra de sucesión en la década de los 60, siguió interviniendo en toda la América latina y Asia no parando hasta quitarle a España Cuba y Filipinas en 1898.

Un inciso algún algecireño sabe que la
“carretera de los Yanquis” se bautizó así en esa época, ya que
se requería artillear la costa en prevención de un desembarco
norteamericano.


Un inciso algún algecireño sabe que la
“carretera de los Yanquis” se bautizó así en esa época, ya que
se requería artillear la costa en prevención de un desembarco
norteamericano.

En
todo el siglo XX no ha habido región del mundo donde norte América
no hay enviado buques de guerra para defender sus intereses,
conflictos en Tánger, Casablanca, participó en la Conferencia de
Algeciras en 1906, en China guerra de los bóxers, en la primera
guerra mundial, en la segunda de forma decisiva, durante toda la
guerra fría y una vez Rusia se apeó de la loca carrera
armamentística, cuando ya los bloques se destensan, cuando la paz
parece que comienza a florecer, ¡aparece el maldito terrorismo de Al
Qaeda! EL 11 S catapulta a Bin Laden al estrellato de los forajidos
más buscados. Se militariza el golfo pérsico, se acomete las
guerras de Kuwait y la de Iraq, después Afganistán y mire Vd. hoy
se nos cuenta que un comando del ejército estadounidense con la CIA,
ha dado muerte al famoso terrorista. Un personaje que precisamente
fue entrenado por estados unidos contra los rusos en la primera
guerra de Afganistán.

Como
decía mi abuelo enrique, ¡Si las piedras hablaran, qué no
contarían!

Afortunadamente
para Obama este Bin Laden no puede hablar, ni decir ni pio, ya que
muerto el perro se acabó la rabia. La rabia posiblemente de quienes
tienen mucho que ocultar y tendrían que dar muchas explicaciones de
poder ser interrogado el fallecido. Pero esa es la ventaja de la
muerte, que no permite hacer preguntas y menos contestarlas.

No
podemos desearle la paz a aquel que tanta violencia sembró. Pero no
nos desmemoriemos, alguien lo puso en el camino de la violencia y lo
alentó. Muchos Bin laden pretenderán seguir la estela de esta
estrella rutilante del firmamento terrorista, mejor que opten por la
transformación social porque del terror solo se puede recoger
injusticia y miedo, ¡mucho miedo!. Que se lo pregunten a los
españoles y españolas represaliados por el fascismo.

Rafael Fenoy