El jefe del gobierno de España, Mariano Rajoy, llegará a México este martes 17 para impulsar una estrategia que le permita paliar la recesión en su país y el acoso de los mercados financieros. En su búsqueda de inversiones en Latinoamérica intentará colocar en la región –particularmente en México– a las pequeñas y medianas empresas españolas que sufren la contracción del mercado interno peninsular. Sería una reedición de “la conquista” de sectores de la economía mexicana que –con el apoyo de los gobiernos del PRI y del PAN– realizaron las grandes compañías españolas.

MADRID (Proceso).- Mariano Rajoy llegará este martes 17 a México para iniciar su primera visita oficial a Latinoamérica, que incluirá Colombia. Llevará en su portafolio una estrategia diplomática en busca de acuerdos con sus socios latinoamericanos para ayudar a España a salir de la crisis.

MADRID (Proceso).- Mariano Rajoy llegará este martes 17 a México para iniciar su primera visita oficial a Latinoamérica, que incluirá Colombia. Llevará en su portafolio una estrategia diplomática en busca de acuerdos con sus socios latinoamericanos para ayudar a España a salir de la crisis.

De acuerdo con un portavoz de La Moncloa, primero “hará pedagogía” para explicar las medidas del plan de choque que su gobierno impone a los españoles para atajar la crisis. Después lanzará su propuesta a los presidentes Felipe Calderón y Juan Manuel Santos: La internacionalización de la pequeña y mediana empresa (pyme) española, con énfasis hacia Latinoamérica, como ya sucedió con el desembarco de sus grandes empresas desde los noventa.

La razón para esta nueva “reconquista española” –como se conoció aquella implantación de corporaciones españolas– es la dura contracción del mercado interno en España. Desde 2008 han cerrado 177 mil pymes que han mandado al desempleo a 5.3 millones de españoles. Y el gobierno prevé que el año cerrará con 6 millones de parados.

El “milagro español” –el que le permitió tres lustros de crecimiento sostenido e incorporarse a las grandes ligas como la octava economía del mundo– se esfumó. Hoy España ocupa la decimosegunda posición en las economías del planeta.

Actualmente la economía de España está en recesión –será el único país europeo en esta condición en 2013, según las casas calificadoras–, la acosan los mercados financieros y enfrenta la incertidumbre de un eventual rescate de las autoridades europeas, como sucedió con Grecia, Irlanda y Portugal.

Gobierno y empresarios concluyeron que ante esta situación desesperada hay que sacar provecho de la experiencia en el extranjero y de lo bien colocadas que están sus empresas en América Latina.

Llamado real

El pasado 20 de marzo, el rey Juan Carlos se reunió con 17 presidentes de los mayores consorcios españoles que forman el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), para pedirles que “arrimen el hombro para crear empleo, porque la situación es muy seria”, según difundió el periódico El País el 25 de marzo.

En el almuerzo privado convocado por la Casa Real –fuera de la agenda oficial– el monarca les dijo que la “aportación” que pueden hacer “tanto en España como en el exterior, por su expansión, es muy alta” y que “la internacionalización de la empresa española es un factor principal para crear riqueza y ganar competitividad”.

En ese llamado de emergencia les señaló que la implantación de sus consorcios constituye un “motor básico para arrastrar a las pequeñas y medianas, que puedan beneficiarse de las grandes empresas para lograr contratos a su socaire”.

Con esa premisa, el “imán” para que sus pymes se instalen en México serían muchas de las 3 mil 800 sociedades de capital hispano que tiene registradas el gobierno de México, con una inversión acumulada que ronda los 40 mil millones de dólares, lo que pone a España como el primer inversionista europeo en este país y segundo, en general, luego de Estados Unidos.

Por lo menos así lo planteó el 24 de enero el presidente de Telefónica y del CEC, César Alierta, en un encuentro organizado por el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, para relanzar la “marca España”. “Las grandes empresas pueden llevar a cabo el ‘efecto tractor’ con las pymes, aportando su conocimiento a otras compañías sobre cómo salir a los mercados”, dijo.

García Margallo advirtió que se debe retomar la marca España como esa idea de coordinar las actuaciones públicas y privadas para ofrecer una buena imagen del país en el exterior, porque la actual imagen “es peor que la realidad”. Aseguró que “en los momentos de crisis que vivimos, o salimos con nuestra actividad (al extranjero) o simplemente no salimos (de la crisis)”.

En esa reunión Pablo Isla, presidente de Inditex (grupo de la marca Zara), aseguró que es “tarea de todos conseguir una mayor internacionalización de la economía española”, que a su juicio es una “vía muy adecuada”, si no “la única”, para salir de la crisis y crecer en los próximos años.

Ramón Casilda Béjar, economista experto en negocios en América Latina, dice en entrevista que “está bien enfocada” la estrategia del gobierno español de acudir una vez más a América Latina “porque las circunstancias apremian”. Por ello, dijo, Rajoy “hace bien en soldar y potenciar esos lazos”.

Autor del libro Multinacionales españolas en un mundo global y multipolar (Esic 2011), Casilda sostiene que una vez instaladas las grandes y medianas empresas en la región y debido a que América Latina transita por un buen momento, ya que no ha sido contagiada por la crisis, “España debe buscar una vía de penetración todavía más intensa, porque ya conocemos la región, sus debilidades y sus fortalezas, los lazos institucionales, políticos y financieros, que son muy importantes”.

Por ello, sostiene, las grandes empresas españolas deben ser los “tractores” que preparen el terreno y abran paso para provocar “el efecto arrastre” que permita que “vayan (a América) un aluvión de pequeñas y medianas empresas” con el apoyo del gobierno de España. “El efecto arrastre –afirma– es, como ya sucedió en estas dos décadas, que las grandes empresas llevaron a proveedores españoles a América Latina, con contratos específicos, y muchas de esas empresas medianas se quedaron allá y ampliaron su mercado”.

El también asesor para América Latina de British Telecom aclara que la llegada de las pymes españolas no debe considerarse una invasión en América, sino que debe vérseles como “buenos compañeros de viaje”. Explica: “Este tipo de empresas son muy flexibles y pueden permitir sociedades estratégicas con pymes locales. Yo soy de la idea de que las pymes españolas pueden aportar el producto y la tecnología, y las locales, el conocimiento del mercado”.

Casilda asegura, “sin pudor pero con prudencia”, que a América Latina, un continente volcado en las exportaciones, le puede ser útil la aportación de España “para seguir ampliando la red de infraestructura y transporte en países como México, para hacer más competitivas las exportaciones en tiempo y costos hacia Norteamérica y a la región Asia-Pacífico. Una alianza bidireccional que beneficie a México y a España”.

Pero en la gira de Rajoy habrá más propuestas: buscará promover la inversión privada latinoamericana en España como puerta de entrada al mercado europeo. “El mensaje es: qué pueden hacer ustedes por nosotros, (siendo) España un excelente destino para la inversión mexicana”, dijo un portavoz de La Moncloa en un encuentro con la prensa al anunciar esta gira.

El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, adelantó sobre este tema, en entrevista con corresponsales mexicanos, que “ha llegado el momento de que España y México den un gran salto adelante, cualitativo y cuantitativo, en sus relaciones comerciales y financieras (…) que tienen un potencial mucho mayor de lo que actualmente tenemos entre manos.

“Ha llegado el momento de que México, como gran economía, aproveche las oportunidades que representa España como puerta de entrada al mercado europeo”, dijo al participar en la instalación del Consejo Empresarial Hispano-Mexicano (Cehime), organismo privado de promoción económica y tecnológica entre empresas de los dos países.

El presidente del Cehime, Valentín Díez Morodo (vicepresidente del Grupo Modelo), también instó a los empresarios mexicanos a buscar de manera “más agresiva” oportunidades de inversión en España.

Antes de participar en el mismo acto, el secretario mexicano de Economía, Bruno Ferrari, dijo a este semanario que ve con buenos ojos los planteamientos de España porque “es una gran oportunidad para seguir haciendo inversiones en México”, pues Latinoamérica es la “segunda zona de mayor crecimiento del mundo”.

Es una “gran alternativa la llegada de pymes”, afirmó y planteó que con la Secretaría de Economía como “garante” se dan miles de créditos a microempresas “que pueden aprovechar también las empresas españolas participando en consorcios mexicanos”.

Ferrari explicó asimismo que ante la crisis española se deben estudiar “las posibilidades de inversión de México en España, porque siempre los hemos visto como la puerta de entrada en la Unión Europea y para nosotros es prioritario seguir trabajando en eso”.

Ferrari participó el 28 de marzo –como parte de la delegación mexicana que encabezó la subsecretaria de Relaciones Exteriores Lourdes Aranda– en la X Cumbre Binacional España-México, donde la funcionaria mexicana declaró que en los encuentros con gobierno y empresarios españoles se habló “de cómo apoyar a las pymes”, porque a pesar de toda la inversión hispana actual “todavía tenemos mucho que aprender del modelo español para crecer”.

Tras la presentación del informe 2012: Panorama de inversión española en Latinoa-mérica, el coordinador del mismo informe, Juan Carlos Martínez Lázaro, dice a Proceso que “es momento propicio” para la instalación de “una nueva oleada de pymes en México y la región”, porque los empresarios españoles “consideran el alto potencial para la inversión en México y su atractiva presencia comercial”.

El informe elaborado por IE Business School concluye que 92% de las empresas hispanas prevé que en 2012 el peso de sus negocios crecerá en Latinoamérica. Más de 50% de esas sociedades considera que en 2015 el peso de sus negocios en la región podría superar el del mercado español. Brasil sigue siendo el destino más atractivo, seguido de México y Colombia. Sao Paulo y el Distrito Federal son las dos ciudades donde prefieren ubicar sus operaciones centrales.

Candidatos en agenda

Una agenda provisional de la visita oficial incluye posibles encuentros privados con los tres principales candidatos presidenciales mexicanos, Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, para intercambiar puntos de vista sobre la situación política, la crisis económica y la agenda bilateral. Las gestiones para esos encuentros los realiza la embajada española en México directamente con los equipos de campaña de los aspirantes.

El carácter oficial de la visita, en pleno proceso electoral mexicano, se prevé que contraste con la del expresidente español y compañero de Rajoy en el Partido Popular (PP), José María Aznar, quien en la campaña de 2006 pidió el voto para Felipe Calderón.

En La Moncloa calificaron este viaje a México –pospuesto dos veces– como de “importancia decisiva”. Este martes 17 el presidente español participará en el Foro Económico Mundial sobre el Futuro de Iberoamérica, en Puerto Vallarta, donde participan presidentes y representantes de los gobiernos de Panamá, Perú, Surinam y Trinidad y Tobago, además de los secretarios generales de la OEA, José Miguel Inzunza, de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), Enrique Iglesias, y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, para discutir sobre las respuestas a la recesión económica global.

El miércoles 18, Rajoy será recibido por Calderón en un encuentro privado y tendrá además reuniones de trabajo bilaterales en temas políticos y económicos, en un esquema similar al de la cumbre binacional. Recibirá las llaves de la ciudad de manos del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y participará en un almuerzo con autoridades y empresarios mexicanos y españoles.

Rajoy y Calderón se volverán a ver los días 19 y 20 de junio en la Cumbre del G-20, en Los Cabos, Baja California Sur, bajo la presidencia mexicana. Y en la Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en Cádiz los días 16 y 17 de noviembre próximos. En esa fecha, dijo el portavoz de La Moncloa, “será la última visita y despedida del presidente Calderón, antes del inicio del nuevo gobierno mexicano”. En el medio diplomático se habla de una posible visita de promoción del rey Juan Carlos a México y otros países.

El mandatario español, de hecho, ya dio muestras de un marcado interés hasta entonces no demostrado por otros presidentes españoles por la Cumbre Iberoamericana cuando, el 29 de febrero pasado, anunció su relanzamiento para la XXII edición, que le corresponde organizar a España.

Acompañado de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y del Ministro García Margallo, Rajoy dijo: “España y la Unión Europea tienen mucho que ofrecer a Iberoamérica. Hay que completar el enfoque y empezar a definir qué protagonismo puede desempeñar Iberoamérica en España y en la Unión Europea. Creo en una relación en ambos sentidos, de doble vía, y de mutuo interés y confianza”.

“Iberoamérica tiene mucho que aportar y España tiene los brazos abiertos, desde la igualdad y la libertad. Contemplamos con enorme satisfacción el progreso de una Iberoamérica que emerge y que se convierte en punto de encuentro con las pujantes economías asiáticas. Más que nunca, lo que es bueno para Iberoamérica es bueno para España”, dijo en la sede de la Segib.


Fuente: Proceso