Esto es lo único que nos quedó claro en la respuesta del gobierno, atenernos a las consecuencias, más muerte, más represión, más dolor, más injusticia. Pero también, más resistencia y dignidad indígena.

Esto es lo único que nos quedó claro en la respuesta del gobierno, atenernos a las consecuencias, más muerte, más represión, más dolor, más injusticia. Pero también, más resistencia y dignidad indígena.

17 de julio de 2004.
Va pasando el segundo día de estar cuidando la plaza de danza donde cada año se hace el ritual que marca el inicio de la guelaguetza comercial. La noche que la ocupamos fue de golpes, lágrimas, gases, heridos, gente agarrada de la mano, abrazando la esperanza como escudo para resistir dignamente en este lugar que ha quedado marcado con el dolor de los indígenas dignos, que protestamos porque nuestra cultura esta siendo tomada solo como mercancía.
Por fin el gobierno se digno a recibirnos. La cita era a las 2 de la tarde en casa oficial, ubicada en la calle de Pino Suárez. Al llegar nos recibió un operativo impresionante de todo tipo de policías al mando del Teniente José M. Vera Salinas y el director de protección ciudadana Manuel Moreno Rivas, quienes cerraron la circulación y bloquearon los accesos.
Dejaron entrar a la comisión a las 5 de la tarde y solo hasta las 6 de la tarde se presentó el gobernador con gesto mal encarado.
Antes de entrar al sitio de la reunión salieron del privado del gobernador los dirigentes de la COMPA (Coordinadora Magonista Popular Antineoliberal) Samuel Hernández, Jacqueline López Almazán, Inocente Michel y Alejandro Cruz López, una hora mas tarde también salieron Catarino Torres Pereda y tres personas mas, dirigentes del llamado CODECI.
Solicitamos que se integraran a la mesa los medios de comunicación, porque no tenemos nada que esconder y ningún asunto vergonzoso a tratar. El gobierno no acepto y tampoco permitieron ingresara una cámara filmadora nuestra.
Estuvieron por el Gobierno : José Murat, Sergio Segreste y Celestino Alonso, gobernador del estado, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y Secretario General de Gobierno respectivamente. Por las comunidades del CIPO-RFM y los trabajadores democráticos del STSPEIDCEO, 62 personas de la comisión.
El gobernador intentó regañar, por lo que las comunidades de manera firme le hicieron desistir haciéndole ver de manera clara que no trataba con sus empleados. Colérico el gobernador hizo caso solo un momento pero después a gritos dijo que : “No reconozco ningún acuerdo con el CIPO-RFM porque no es como otras organizaciones que comprenden al gobierno y no alteran el orden”, “háganle como quieran pero no voy respetar ningún compromiso” a esto la comisión del CIPO-RFM preguntó ¿ni los de justicia, que según la ley deben obedecerse ? “ninguno”, dijo.
Los indígenas preguntamos a Sergio Segreste que cómo podía permitir que se violentara la ley de esa manera en su presencia. Segreste con la cara agachada balbuceo : “solo me llamó el gobernador para observar como se resuelve esto” y no dijo más. Nosotros le expresamos que actuaba como alcahuete.
La comisión de las comunidades se indigno y le dijo al gobernador que debía honrar su palabra y cumplir sus compromisos. Otros más le dijeron que respetara a los indígenas y que no los mandara a golpear más. Las viudas, huérfanos y lesionados por los paramilitares le preguntaron “¿porque no quiere usted actuar contra los asesinos ?” “¿porque protege a los paramilitares ?” Murat dijo : “esa es mi responsabilidad, actuaré cuado lo considere y como lo crea posible. Como a las 8 : 30 de la noche se levantó y antes de irse grito : “por su culpa ya no fui al desfile de las delegaciones que bailan el lunes del cerro, aténganse a las consecuencias”
Esto es lo único que nos quedó claro en la respuesta del gobierno, atenernos a las consecuencias, más muerte, más represión, más dolor, más injusticia. Pero también, más resistencia y dignidad indígena.

18 e julio de 2004.
Desde las 10 de la mañana se comenzó con el adorno del carro de calenda y las mojigangas (monos/as de cartón de 3 metros), calculando salir a las 6 de la tarde. Hasta las 2 de la tarde mantuvimos la denuncia en cada uno de los cuatro puntos originales : Plaza de la Danza, templo de Sto. Domingo, Alameda de León, frente a la Catedral, y frente a palacio de gobierno.
Desde las 4 de la tarde inicio un concierto-denuncia con la banda juvenil del CIPO-RFM en cada uno de los lugares donde se tienen las protestas. La calenda llamada“contra la represión y por el maíz criollo” inicio hasta las 7 de la noche y recorrió las calles céntricas de la ciudad hasta llegar a las 9 de la noche frente al palacio de gobierno, donde el baile con la banda juvenil, del CIPO-RFM, las mojigangas, toritos y calenda, fiesta que marcó el inició de la guelaguetza indígena. El baile protesta terminó a la medianoche y contó con la asistencia de miles de visitantes nacionales y extranjeros que bailaron con nosotros/as. Solo la presencia exagerada de la policía afeaba la festividad.
Como a las 8 de la noche el gobierno convocó a reunirnos a las 9 de la noche y en muestra de voluntad y disposición acordamos asistir.
Puntuales volvimos a llegar a casa oficial donde los funcionarios encabezados por el secretario general de gobierno quisieron cambiar dinero por justicia, al decirnos que no estaba nadie de justicia pero podían ver con el COPLADE, SEDAF y SDUCOP algunos recursos para obras. A lo cual respondimos indignados que solo trataríamos los asuntos de justicia y nada más.
Después de mucha insistencia nuestra accedieron a poner la mesa de justicia para el día lunes 19 a las 9 de la mañana. Esta reunión quisieron condicionarla a que levantáramos la protesta, lo que dijimos no será posible sino hasta que sean encarcelados los paramilitares.

19 de julio de 2004.
El día 19 de julio comenzó a las 7 de la mañana con la pelea por lograr que el cerco policiaco permitiera el ingreso de agua y víveres para los alimentos. El jaloneo dejó a nuestro hermano Cesar Chávez con rasguños. A las 9 de la mañana se fue la comisión a la reunión para tratar los asuntos de justicia. A las 10 cada uno de los cuatro lugares donde estamos plantados nos preparamos a salir rumbo a la Guelaguetza.
A las 11 del día aproximadamente 800 personas con la banda, el carro de calenda y el burro Froylan del IEEPO al frente, nos organizamos en el Templo de Sto. Domingo, tomamos rumbo al zócalo y después alcanzamos la calle de Crespo para llegar a las escaleras del Fortín donde miles de policías nos esperaban tras de rejas metálicas.
Solicitamos permiso para ingresar y contestaron : “hay ordenes que no pase nadie de ustedes”.
¿Quien dio las órdenes ? Preguntamos. Los jefes. ¿Que jefes ? insistimos. Los superiores, ya saben quien. Y se pusieron en guardia inútilmente porque no atacamos nunca. Solo gritamos nuestros reclamos de justicia y castigo a los paramilitares. Después que las comunidades dijimos nuestra palabra, como a las 13:30 de la tarde regresamos a los cuatro lugares de la protesta.
A las 14 : 30 hrs. Nos informaron que se rompió la reunión con el Secretario General de Justicia y el Procurador de Justicia Rogelio Chagoya, este último de manera prepotente se levantó de la mesa cuando le comenzamos a exigir detención a los paramilitares y asesinos, alegando que eso no podía decidirlo el. Le dijimos que lo había decidido ya la justicia y a el solo le tocaba cumplir. Aquí fue donde se levanto pretextando que nosotros no lo mandamos. No hay más reunión y se ve que no hay voluntad del gobierno ya no digamos para aplicar justicia, sino cumplir la ley. Por lo que seguimos teniendo el temor de ser reprimidos porque hemos decidido continuar las protestas hasta tener solución a nuestro reclamo de justicia.
Todo demuestra que el gobierno protege asesinos y paramilitares y no atiende a indígenas.
Todo prueba que ocultan al mundo la pobreza, marginación, violencia, represión y olvido que hay en Oaxaca. No quieren que los turistas conozcan la otra cara de Oaxaca.
Dijo el Secretario General de Gobierno que nos buscaría por la tarde para encontrar un camino. Nosotros dijimos que vamos a esperar, pero ya no creemos que cumplan, mas bien pensamos que siguen planeando la represión.


Par : rr.ii.