Artículo publicado en Rojo y Negro nº 378, mayo 2023

Mujer de múltiples facetas: montadora de películas, abogada, pedagoga escritora, secretaria de Picasso, pero ante todo militante libertaria entregada a la liberación de la mujer.

Nace el 14 de agosto de 1901 en Barcelona, hija de una familia obrera, su padre le inculcó desde niña la importancia de la cultura como mecanismo de cambio social, estudió en una escuela y se graduó en mecanografía, idiomas. En 1916 se traslada a Madrid donde entró a trabajar como montadora de películas en una empresa cinematográfica. Se matricula en los cursos de Derecho y es examinada por Antonio Machado. Afiliada al sindicato de la CNT, dio clases en los locales sindicales, en los que comprobó la distinta valoración que recibían mujeres y hombres.
Durante los primeros años de la II República conoció a dos personas importantes en su vida: Lucía Sánchez Saornil, con quien coincidió en la prensa libertaria donde trabajaban ambas, y a Baltasar Lobo, escultor e ilustrador en 1932 en los ambientes anarquistas y de vanguardia que frecuentaban ambos, al que se uniría en 1936 y sería su compañero de vida.
Conjuntamente con Lucía y Amparo Poch y Gascó forman el núcleo madrileño del grupo Mujeres Libres, nacido con el propósito de llevar la cultura a las mujeres y de esta forma lograr la liberación de la esclavitud en la que se hallaban por su ignorancia, por la limitación al ámbito doméstico y al papel reproductor. En 1936 el grupo se fusiona con la Agrupación Cultural Femenina CNT de Barcelona. La agrupación de Mujeres Libres llegó a contar con 28.000 afiliadas y con 170 agrupaciones locales, la educación fue el centro de atención de los programas de capacitación de las mujeres, fundaron escuelas de cultura general y de oficios en todas las localidades que estaban organizadas, guarderías para niños, apertura de comedores para todos los trabajadores de ambos sexos. En mayo de ese año publican la revista Mujeres Libres, de la que se editan 13 números hasta el otoño de 1938. La revista llegó a publicar en cada tirada más de 20.000 ejemplares, en ella escribirán entre otras: Federica Montseny, Emma Goldman o Carmen Conde, únicamente se permitía la participación de mujeres con la excepción de Baltasar Lobo que estaba encargado de las ilustraciones y de las imágenes, Mercedes realizaba la crítica literaria y de cine.
Estallada la guerra, se alistó en Milicias Libertarias, sección de Artes y Letras, para alfabetizar en los frentes. Poco después se instala en Barcelona donde se dedicó a la formación de las mujeres del servicio doméstico y creó el Casal de la Dona Treballadora (propiciaba que las mujeres ingresasen después en institutos obreros), además de seguir publicando artículos en revistas de orientación anarquista: Estudios, Umbral, Tierra y Libertad o Tiempos Nuevos, y libros: Esquemas (1937), Las mujeres en nuestra revolución (1937) y La Ciencia en la mochila (1938).
En 1937 el grupo de Mujeres Libres se integró en la CNT, al año siguiente Mercedes solicitó que el movimiento libertario incorporara a la agrupación femenina como organización independiente, su propuesta fue rechazada.
El difícil destino de los exiliados lo vivieron como miles de personas, en un primer momento en campos de internamiento, a mediados de 1939 ambos se evadieron de los mismos y se encontraron en París. Mercedes había salvado y llevado consigo en su huida dibujos de Lobo que le llevaron a Picasso. Gracias a su protección consiguieron pasaporte y residencia pudiendo quedarse a vivir en París, donde ejerció de secretaria del pintor malagueño durante años. Terminada la Segunda Guerra Mundial, se dedicó a la traducción al francés de algunos clásicos españoles (Arcipreste de Hita, Lope de Vega, Miguel Hernández) y a llevar la representación de Baltasar Lobo, cuya obra para entonces ya era conocida en los ambientes artísticos parisinos. Sobre estas experiencias escribirá “Conversaciones con los artistas de la Escuela de París” (1960), y “Picasso” (1963), además de seguir publicando artículos en revista que firma ya como Mercedes Guillén.
Recupera el contacto con las compañeras de Mujeres Libres con quienes volverá a editar nuevamente la revista Mujeres Libres (1963-1973). Muerto el dictador, propuso editar un libro con las biografías de las mujeres que habían formado parte de la Asociación, escribió un manuscrito que se perdió tras su muerte, ocurrida en París el 11 de febrero de 1994, cinco meses después del fallecimiento de Baltasar Lobo.
Mercedes Comaposada Guillén fue una mujer con una enorme influencia en los ámbitos anarquistas, y que como tantas otras ha quedado sepultada en el olvido, intentó inculcar a la juventud y a las mujeres la cultura, luchó por la liberación de la triple esclavitud de la mujer, distinguió con claridad que había que sacarla del ambiente masculino para que encontrara su lugar en el universo.

“Vivió su vida como violetas a la sombra” (Antonina Rodrigo, 1999)

Concha Hernández López
Historiadora de Arte – CGT Murcia


Fuente: Rojo y Negro