UGT y el sindicato corporativista Semaf han firmado ayer, 28 de julio, un nuevo expediente de Despido Colectivo en RENFE-Operadora que supone la destrucción de 2.000 puestos de trabajo hasta el año 2009, lo que supone el 13% de una plantilla total de 15.068 trabajadores.

UGT y el sindicato corporativista Semaf han firmado ayer, 28 de julio, un nuevo expediente de Despido Colectivo en RENFE-Operadora que supone la destrucción de 2.000 puestos de trabajo hasta el año 2009, lo que supone el 13% de una plantilla total de 15.068 trabajadores.

La Dirección de la empresa pretende justificar este ERE aduciendo que responde a una obligación impuesta por las Directivas Comunitarias y por la Ley del Sector Ferroviario, como medida para adaptarse al nuevo escenario.

El Despido Colectivo continuado que arrastra RENFE desde que en 1992 se firmara el primer ERE han llevado a los ferrocarriles estatales a suprimir numerosos servicios y a cerrar una gran cantidad de centros de trabajo y a externalizar múltiples tareas, alegando que no disponía de plantilla suficiente para mantenerlos.

Lejos de disminuir, la plantilla de las entidades públicas empresariales RENFE-Operadora y ADIF deberían incrementarse para garantizar el interés público, la satisfacción de las necesidades sociales y la seguridad de los usuarios.

RENFE-Operadora aparece como empresa de nueva creación el 1 de enero de 2005, fruto de la implantación de la Ley 39/2003, de 17 de noviembre, del Sector Ferroviario. En la Disposición Adicional Primera de dicha Ley se establece que en dicha empresa se integrará el personal, procedente de la antigua RENFE, “que resulte preciso para la puesta en marcha y funcionamiento de la entidad pública empresarial RENFE-Operadora”.

Una disminución de dicho personal, a tan sólo siete meses de creación de la empresa, no sólo carece de toda justificación, sino que supone una burla de la propia Ley y de la Orden del Ministerio de Fomento de 27 de diciembre de 2004, que establecía la relación nominal de trabajadores necesarios para el funcionamiento de RENFE-Operadora.

Tras el Expediente de Regulación de Empleo sólo pueden esconderse intereses que nada tienen que ver con la viabilidad de la empresa RENFE-Operadora ni con el interés público que debieran tener como objetivo fundamental los gestores de la entidad pública empresarial.

De aceptar este Expediente de Despido Colectivo, el Gobierno estaría yendo en contra de sus propios actos, contradiciendo tanto las actuaciones del Ministerio de Fomento como las manifestaciones del Ministro de Trabajo frente al anterior ERE en RENFE.

CGT plantea un proceso de rejuvenecimiento de plantilla mediante la contratación de nuevos trabajadores y trabajadoras que fortalezcan la empresa RENFE-Operadora y que permitan acometer las actuales y futuras cargas de trabajo con seguridad y calidad en el servicio ferroviario.


Fuente: SFF-CGT