1886.- Detenidos y ajusticiados trabajadores anarcosindicalistas por manifestarse en Chicago en petición de una Jornada de 8 horas.

1889 : Declarado jornada de lucha por la 2ª internacional

1890.- Barcelona : Los sindicatos anarcosindicalistas convocan una huelga general para conseguir la jornada de 8 horas. Veamos los antecedentes.

Durante el siglo XIX se sucedieron las reivindicaciones obreras de la reducción de la jornada de trabajo. Primero en Inglaterra y Francia. En la primera, los cartistas, que en 1847 consiguieron la jornada de 10 horas y la limitación de la explotación a mujeres y niños.

1886.- Detenidos y ajusticiados trabajadores anarcosindicalistas por manifestarse en Chicago en petición de una Jornada de 8 horas.

1889 : Declarado jornada de lucha por la 2ª internacional

1890.- Barcelona : Los sindicatos anarcosindicalistas convocan una huelga general para conseguir la jornada de 8 horas. Veamos los antecedentes.

Durante el siglo XIX se sucedieron las reivindicaciones obreras de la reducción de la jornada de trabajo. Primero en Inglaterra y Francia. En la primera, los cartistas, que en 1847 consiguieron la jornada de 10 horas y la limitación de la explotación a mujeres y niños.

En Francia en las revoluciones de 1848 y en la comuna de París (1871) y se consiguió lo mismo, aunque se derogó una vez aplastado el movimiento revolucionario.

Luego, en el Congreso de Ginebra de la 1ª Internacional se establecía que la jornada de 8 horas debería considerarse como suficiente .

Rápidamente es extendió esta pretensión entre el proletariado USA. Un país en plena expansióncapitalista con todos sus contrastes e injusticias, y mucha inmigración, mano de obra de todo signo : idealistas y “carneros”(esquiroles). La 1º Internacional arraigó pronto con la emigración de anarquistas y socialistas que huían de la represión en Europa.

En 1868 ya habían conseguido la ley de los tres ochos ( horas de trabajo, 8 de cultura y ocio y 8 de descanso) para los funcionarios públicos.

En 1884 el IV Congreso de la AFL( federación americana del trabajo) se acordó que a partir del 1 de mayo de 1886 quedaría implantada por presión la jornada de 8 horas. Hasta entonces debería producirse una oleada de huelgas que empujarían a conseguir el objetivo. Ya en abril, muchas empresas concedieron las 8 horas.

El 1 de mayo de 1886 hubo más de 5.000 huelgas con 340.000 huelguistas, de los cuales 125.000 consiguieron su objetivo y pocos días más tarde, lo conseguían casi el doble.

La prensa canalla y la policía, acosaban y reprimían a la “amenaza roja” sin contemplaciones por toda Norteamérica.

En Chicago, el 27 de abril se creó una asociación de empresarios con el objeto de oponerse a las reivindicaciones obreras.

La huelga que comenzó el día 1 de mayo, el día 3 se había extendido de forma alarmante y la empresa McCormick declaró el lock-out a causa de los disturbios generados. La huelga, en lugar de desarrollarse en el marco laboral, la policía la consideró una demostración de oposición a la ley y junto con los detectives dela Pinkerton, trató a los obreros y al pueblo en general de tal modo que sembraron la levadura del rencor y el odio.

El día 4 de Mayo, un grupo de 200 huelguistas empezaron a insultar a los esquiroles de la McCormick durante la intervención de Spies en un mitin callejero multitudinario. Inmediatamente, 200 policías aparecieron disolviendo, a porrazos y disparos, a la multitud. En el suelo quedaron decenas de heridos y al menos 4 muertos. A raíz de ello la huelga se expandió y se multiplicaron los actos de protesta (manifestaciones, mítines), pero en tono pacífico. Cuando decaían los actos del día siguiente, 4 de mayo, mientras ya sólo unos pocos centenares de obreros escuchaban a Spies y Parson, un inspector de policía de brutal historial y un destacamento apareció en el lugar. En ese momento, alguien arrojó una bomba a los policías hiriendo a 66 de los cuales 7 murieron después (ni se sabe quien fue ni se descarta que fuera un complot de la propia policía). La policía empezó un fuego a discreción dejando más de 200 heridos y algunos muertos. A continuación se dieron más masacres policiales que nunca llegaron a juicio.

Los chivos expiatorias elegidos fueron los anarquistas de la Internacional Negra, grupo de la escindida AIT seguidor de Bakunin que intentó mantener la ideología libertaria y que se había separado de J. Most que propugnaba la “propaganda por el hecho”.

Se detuvo a 7 anarquistas : August Spies, Fielden, Schwab, Adolf Fischer, Engel, Lingg y Nebbe. Albert Parsons se presentó voluntariamente a la policía. El aparato represivo trabajó incesante y coordinado : la policía y la prensa caldearon de tal forma los ánimos que se pedía un linchamiento y un escarmiento. El fraudulento juicio no ha podido pasar el rigor técnico de ningún historiador, ni aún entre los más antiobreros.. Como dijo el fiscal “la anarquía estaba sometida a juicio…..estos hombres no son más culpables que los miles de huelguistas…..hagan un escarmiento con ellos, cuélguenlos”

Los inculpados negaron loas acusaciones de asesinos pero ni pidieron piedad ni se arrepintieron de sus actos ni de su ideología. Los 8 fueron condenados a muerte en sentencia dictada el 8 de agosto

Lingg se ahorcó en la cárcel para privarles del deseo de ahorcarle.

A Fielden y a Schwad se les conmutó la pena por la de cadena perpetua.

Los otros 5 fueron ejecutados el 11 de noviembre de 1887 en la horca. (El 1893 se revisó el proceso dictándose sentencia absolutoria para todos los encausados y la responsabilidad de la trama policial).

Al año siguiente 1888 y desde entonces, cada uno hace de su capa un sayo con los muertos :

En recuerdo de los mártires de Chicago, los anarquistas enlutan con el negro sus rojas banderas cada primero de Mayo. Es, para ellos, el día de protesta obrera universal.

Los socialistas, lo proclaman en su Congreso de la 2ª Internacional declarándolo “fiesta de los trabajadores para evocación jubilosa de un porvenir de justicia, organizando mítines en que los obreros formulan sus reivindicaciones generales más urgentes, como las jornada de 8 horas”. Por un lado, los marxistas, cuando alcanzan el poder, lo declaran día de demostraciones y de adhesión al régimen. Lo mismo hacen los Estados totalitarios de otro signo : fascistas, nazis, franquistas,… Por otro lado, los socialdemócratas, la idea de “hacer de todos los días un 1º de mayo”, la diluyen para bien de la domesticación obrera al servicio de la política de los aparatos de poder, y lo convierten en un mero ritual paraprocesional..

Por su parte, los católicos lo bautizarán, canonizarán y elevarán al cielo bajo al advocación de San José el obrero Carpintero, del gremio de la madera, y él mismo, padre de Jesús “el pastor”).

Josean (CGT-Salamanca)