Toni Lodeiro. Txalaparta, 2008. 450 pp. 18,50 euros.
El activista gallego Toni Lodeiro (A Coruña, 1978) nos sorprende con este libro sencillo a más no poder -explicado en un tono amistoso, simpático, crítico y auténtico- y que consiste en ofrecer al lector pequeñas y grandes ideas prácticas para relacionarnos de un modo ecológico con nuestro entorno. Ideas para cambiar el mundo desde la cotidianidad, viviendo una vida sencilla, frugal, en la que la reducción del consumo, la reutilización de los objetos y la potenciación de las relaciones personales son la base, frente al éxito económico, la vida laboral y otras contingencias de la sociedad de mercado.
Toni Lodeiro. Txalaparta, 2008. 450 pp. 18,50 euros.

El activista gallego Toni Lodeiro (A Coruña, 1978) nos sorprende con este libro sencillo a más no poder -explicado en un tono amistoso, simpático, crítico y auténtico- y que consiste en ofrecer al lector pequeñas y grandes ideas prácticas para relacionarnos de un modo ecológico con nuestro entorno. Ideas para cambiar el mundo desde la cotidianidad, viviendo una vida sencilla, frugal, en la que la reducción del consumo, la reutilización de los objetos y la potenciación de las relaciones personales son la base, frente al éxito económico, la vida laboral y otras contingencias de la sociedad de mercado.

Son ideas prácticas para un consumo más consciente. Nada de flagelos y sacrificios extremos, sino argumentos sensatos para que vivir con menos sea igual que vivir mejor. Un libro por otra parte amplio que trata todo, o casi, lo que nos rodea : el transporte, los alimentos, la sanidad, la vivienda, la higiene y limpieza, la energía, la cultura.

Siempre se ha insistido, y con razón, en la importancia de la organización colectiva para que las cosas cambien. Este libro también apuesta por ello, pero si al mismo tiempo no practicamos cambios de modo individual el fracaso está asegurado. La coherencia individual y la proyección colectiva son la mezcla que puede conducirnos a conseguir proyectos sociales exitosos que ofrezcan una alternativa real al actual modelo de producción-consumo.


Fuente: Miguel Jara