Artículo de opinión de Rafael Fenoy Rico

En este país, y entiendo que en el resto del mundo, cuanto más se simplifica la política, mejor para quien maneja el poder. Las cantinelas, las consignas, los slogans, acaban sepultando el análisis de lo real, para instalar en las mentes de los votantes la imagen distorsionada que el poder precisa, para reproducirse “democráticamente”.

En este país, y entiendo que en el resto del mundo, cuanto más se simplifica la política, mejor para quien maneja el poder. Las cantinelas, las consignas, los slogans, acaban sepultando el análisis de lo real, para instalar en las mentes de los votantes la imagen distorsionada que el poder precisa, para reproducirse “democráticamente”.

En este trajín de simplificaciones la mayor de todas, hasta el momento, es el uso constante de las referencias a “derechas” o “izquierdas”, consagrada desde que se inició la historia parlamentaria en las democracias burguesas. Requeriría un prolijo tratado el desarrollar estas someras afirmaciones, pero basta darse cuenta de que aquellos que se llaman de izquierdas, hacen cosas de los que se dicen son de “derechas”. Más aún hacen lo mismo, diciéndose de izquierdas, que lo que hacían los que estos de izquierdas tachaban de “derechas”. Un ejemplo o dos, muy cercanos, pueden ayudar a comprender esta situación que desmonta tanta propaganda porque algunas personas que se dedican a la política parecen que son “ambidiestras”. El primero la expulsión, apoyada por toda la “derecha” PP; VOX y PSOE, del grupo parlamentario de Adelante Andalucía de 11 diputadas y diputados encabezados por Teresa Rodríguez, quedando sólo 6. Muy difícil de explicar para IU.

El segundo la posición del líder del PCE, Partido Comunista de España, e IU, Alberto Garzón, en una reciente entrevista en la Sexta TV. A la pregunta formulada por la periodista Ana Pastor sobre la renovación de los convenios militares con EEUU el próximo mes de mayo, que supone mantener las bases militares en las ciudades andaluzas de Rota y Morón, contestó: “Lo primero que tenemos que decir, y lo digo como andaluz, es que toda la región, toda la zona, está muy a expensas de lo que significa la base y, desde el punto de vista laboral ahí hay una gran cantidad de empleos y esto es lo primero que se tiene que preservar”

Basta tirar de “maldita hemeroteca” para encontrar en 2013, como el senador de IU José Manuel Mariscal, acompañado por Alberto Garzón en nombre de Izquierda Unida anuncian la presentación de una batería de iniciativas en el Senado para que el Gobierno de la Nación aclare «cuáles son las previsiones en el uso de las bases militares» de Rota (Cádiz), Morón de la Frontera (Sevilla) y Gibraltar y Morón» antes del ataque de Estados Unidos a Siria. Definiendo el Sr Mariscal a EEUU como «la organización terrorista del Atlántico Norte, que va saltarse el derecho internacional y hacer caso omiso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU)».

Una vez ministro, el Sr Garzón, pierde la memoria de todas las marchas, promovidas por el PCE por el cierre de las bases militares, también aquello de “Yanky GO HOME” etc… Una de dos, o se le ha olvidado eso de la izquierda o es que siempre fue ambidiestro.

Al final un consejo para dilucidar con cierta objetividad cuando las políticas económicas y sociales son de derechas o de izquierda. El padre de un amigo le decía, siendo aún pequeño, refiriéndose a atornillar que “girar a la derecha siempre aprieta, mientras que hacerlo a la izquierda afloja”. Cuando Vd. sienta que la ley le atosiga, no dude, es de derecha. Cuando la ley le favorezca, tampoco dude, es de “izquierda”. Otro sabio consejo: “Por sus obras los conoceréis”. La dificultad para identificar derecha e izquierda reside también en que son conceptos relativos en función de la posición desde la que se observa. De ahí la frase: “¿cuál su izquierda o la mía?”. Si las clases sociales se ponen de frente, la derecha de una coincide con la izquierda de la otra. De quienes se dicen de derechas hay poco que dudar, porque legislan claramente a favor de quien más tiene, de quien más posee, de quien tiene poder. Pero ¡Ay! de los que se dicen de “izquierdas” siendo ambidiestros.

Rafael Fenoy Rico

 


Fuente: Rafael Fenoy Rico