Es lógico que, cuando personas sin visión de futuro, sin capacidad de aunar voluntades para salir de una gran crisis, se hacen cargo de un ayuntamiento rico donde los haya como es el de Los Barrios, ocurra lo que viene ocurriendo.

Quien no puede resolver los problemas debe dejar que otras personas mejor preparadas lo intenten. Este es el caso de Jorge Romero, persona en quien se depositaron esperanzas que, tanto él como quienes le acompañaron en el Gobierno municipal, se han

encargado de reventarlas a fuerza de decisiones caciquiles y embebidas del elixir de la verdad única y absoluta. ¡Déjenlo ya! Cuanto más tiempo persistan en el poder menos capacidad de respuesta tendrá la población de los Barrios.

Quien no puede resolver los problemas debe dejar que otras personas mejor preparadas lo intenten. Este es el caso de Jorge Romero, persona en quien se depositaron esperanzas que, tanto él como quienes le acompañaron en el Gobierno municipal, se han

encargado de reventarlas a fuerza de decisiones caciquiles y embebidas del elixir de la verdad única y absoluta. ¡Déjenlo ya! Cuanto más tiempo persistan en el poder menos capacidad de respuesta tendrá la población de los Barrios.

Ahora no sólo tendrá el dinero público, el de todas las personas que viven en Los Barrios, pagar a los asesores jerezanos que se trajo el alcalde, sino que además tendrá que abonar los salarios de meses y meses de personas a las que se despidió ilegalmente y de las

que podría haberse obtenido una energía necesaria para proyectos que darían riqueza al municipio. Desde CGT se ofrecieron propuestas a todos los grupos políticos que quisieron recibirlas para hacer productivos terrenos municipales, bien mediante explotaciones

agropecuarias innovadoras o mediante la instalación de plantas de energías renovables. Utilizar la enorme riqueza que tiene nuestro territorio para garantizar el presente de miles de personas, que ya tienen enormes dificultades para comer, y el futuro de las nuevas

generaciones, ya que la no dependencia de mercados exteriores es una garantía imprescindible en un mundo dominado por la volatilidad de los mercados.

Pegarnos al terreno, a lo que nos pertenece, es una premisa en tiempos inciertos. Si alguna vez la crítica situación se resuelve, que parece no tener fin, siempre se podrá mirar en otras direcciones. Pero ahora nos toca mirarnos a nosotros mismos, a nuestras posibilidades

y garantizar una vida digna para todas las personas que nacimos, queremos vivir y morir en esta tierra. Por ello, el alcalde debe dejarlo. No tiene esa visión y tampoco cuenta ya con la energía de gentes que creyeron en él. Ahora tendrá el ayuntamiento, con el dinero

público, que pagar las consecuencias de sus erróneas decisiones, que pagar salarios a un buen número de trabajadores ilegalmente despedidos, como si hubieran estado trabajando para el

Ayuntamiento. En su momento, desde CGT se denunció este ERE ante los tribunales y ante la sociedad. Entendiendo que, no sólo no se acogía a lo dispuesto en el Estatuto de los Trabajadores, sino que además era un despido político cargado de demagogia y sin razón

promovida por el propio alcalde del Partido Andalucista Jorge Romero, que ha dividido y enfrentado a todos los barreños.

Seguir insistiendo en vías de tribunales, promoviendo el recurso ante la sala del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, vuelve a ser la respuesta irresponsable que la ciudadanía barreña debe evitar pidiendo masivamente la dimisión de Jorge Romero.

Rafael Fenoy


Fuente: Rafael Fenoy