Fanatismo religioso
La campaña de la Conferencia Episcopal en contra de la nueva asignatura obligatoria de Educación para la Ciudadanía ha llegado a tomar en algunos lugares una forma que más parece una amenaza que una orientación espiritual. Lo ha hecho en un pueblo de poco más de 800 habitantes al sureste de la provincia de Toledo, Villanueva de Bogas. Allí, el párroco ha repartido entre los padres de los niños que acuden a catequesis (bien para hacer la comunión o la confirmación) una carta en la que advierte de que "las Parroquias se guardan el derecho de poder negar a alguien la catequesis si no se presenta dicha objeción de conciencia".
Fanatismo religioso

La campaña de la Conferencia Episcopal en contra de la nueva asignatura obligatoria de Educación para la Ciudadanía ha llegado a tomar en algunos lugares una forma que más parece una amenaza que una orientación espiritual. Lo ha hecho en un pueblo de poco más de 800 habitantes al sureste de la provincia de Toledo, Villanueva de Bogas. Allí, el párroco ha repartido entre los padres de los niños que acuden a catequesis (bien para hacer la comunión o la confirmación) una carta en la que advierte de que «las Parroquias se guardan el derecho de poder negar a alguien la catequesis si no se presenta dicha objeción de conciencia».

Los padres cristianos deben objetar cuanto antes, dice la carta del párroco

Aunque los alumnos de Castilla-La Mancha no empezarán a estudiar la nueva materia hasta 2008 -en otras comunidades empiezan el próximo septiembre- la carta del párroco les conmina a objetar ya : «Los padres que se consideren cristianos y quieran que sus hijos se eduquen en los valores y principios morales del Evangelio, deben presentar en la secretaría del colegio la objeción de conciencia lo antes posible, ya que esta asignatura va frontalmente en contra de estos valores y principios».

El documento va acompañado de la carta Pastoral del arzobispo de Toledo y cardenal primado de España, Antonio Cañizares, que se leyó en la misa del pasado domingo en todas las iglesias católicas de la provincia. En ella, Cañizares asegura : «Esta Educación para la Ciudadanía es inaceptable en la forma y en el fondo : en la forma, porque impone legalmente a todos una antropología que sólo algunos comparten y, en el fondo, porque sus contenidos son perjudiciales para el desarrollo integral de la persona».

Los obispos se han opuesto desde el principio a esta nueva asignatura, por ejemplo, por la posibilidad de que se enseñe a los escolares que los matrimonios homosexuales están reconocidos por la ley. Tanto ellos como el PP y algunas asociaciones católicas promueven la objeción de conciencia. La asignatura es obligatoria y, por lo tanto, los colegios tienen la obligación de impartirla a todos sus alumnos. Sus contenidos repasan las relaciones personales, la vida en comunidad, la igualdad entre hombres y mujeres, la Constitución, los Derechos Humanos, la seguridad vial o la globalización, entre otros.

La carta de Cañizares asegura que «no se impone a nadie esta objeción de conciencia ; es algo que responsable y libremente han de decidir los propios padres». Sin embargo, los obispos han reprehendido con enorme dureza a los colegios concertados católicos que han anunciado que impartirán la asignatura y han recordado que, de no hacerlo, pueden perder la autorización para enseñar.

Y ahora, la carta del párroco de Villanueva de Bogas, Rafael García -este periódico no logró ayer contactar con él- condiciona la primera comunión, para la que hay que hacer catequesis, a una objeción de muy dudosa legalidad (hay muchas más sentencias en contra que a favor) y que, en cualquier caso, supondrá para sus hijos, con toda probabilidad, no poder obtener el graduado escolar por no superar una asignatura obligatoria. Y la responsabilidad, según recuerda el propio Antonio Cañizares, la asume cada padre individualmente.

Varias madres de Villanueva que han recibido la carta han decidido reunirse -el texto parroquial les invita a agruparse «para realizar esta objeción»- para recabar toda la información sobre el tema, explica una de ellas, Teresa Rodríguez. «Si no me convence la asignatura, voy a hacer objeción», asegura.


Fuente: J. A. AUNIÓN / EL PAIS