Partiendo de los porcentajes de población ocupada por sectores en valores medios durante 2008, podríamos esperar, a priori, que los de accidentes de trabajo con baja en jornada de trabajo (AT-c/b-jt), también por sectores, fueran parecidos.

Partiendo de los porcentajes de población ocupada por sectores en valores medios durante 2008, podríamos esperar, a priori, que los de accidentes de trabajo con baja en jornada de trabajo (AT-c/b-jt), también por sectores, fueran parecidos.


Pero ello no es así, y en los casos de los sectores de la Construcción e Industria son mayores (23 y 26% frente a 12 y 16% respectivamente).

Dicho esto podría pensarse que hay algo consustancial, “genético”, en estos dos sectores que los hacen de por sí más peligrosos que las actividades desarrolladas en los Servicios. Sería algo así como “quédate en casa” (Servicios) frente a los riesgos de salir a la calle (Construcción e Industria). Pero para buscar el justo equilibrio hay que recordar que los seres vivos respondemos con mayor tensión ante una presión ambiental más elevada.

Entrando ya en la tabla de contingencia de los AT-c/b-jt y esperando la independencia de sucesos deberíamos obtener probabilidades condicionadas de los diferentes sectores relativas a cada una de las diversas intensidades de gravedad aproximadamente igual a las probabilidades de los sectores con respecto a los AT-c/b-jt ; y esto sucede en el caso de los leves, no así para los graves y mortales donde la dependencia en su sentido más “cruel” se manifiesta para los sectores de la Construcción (30 y 32% frente a 23%) y el Agrario (8 y 9% frente al 4%).

Por tanto el sector de la Construcción es el denominador común de las dos entradas realizadas, y así lo lleva siendo durante los últimos años ; engordando, cuando se encuentra en el apogeo de su actividad, las cifras de siniestralidad, y no solo eso, sino haciéndolo en su vertiente más dañina.

Si escuchando las noticias dijeran que se ha producido un accidente de trabajo, lo más sensato sería pensar que es leve y ha ocurrido en el sector Servicios ; sin embargo, si añadieran que el trabajador ha sufrido heridas graves, ya no tendríamos tan claro que se ha producido en los Servicios y habrá que añadir, para ganar en seguridad, al sector de la Construcción, a pesar de que la población ocupada en el sector Servicios casi sextuplica a la del “ladrillo”.

Por otra parte, 2006 se caracterizó por ser un año sin crisis. 2007 tubo un comportamiento dual en sus dos semestres, el primero análogo al año anterior y en el segundo ya se atisbaba la crisis, que se disparó en el sector de la Construcción.


El comportamiento diferente de esos dos semestres, el primero todavía con la inercia del crecimiento y el segundo ya con recesión, es lo que hizo mantener la media anual de parados prácticamente igual que el año anterior, basculando los desempleados del segundo semestre en el sector de la Construcción, bien directamente, o indirectamente apoyándose en otros sectores, hacia el de Industria.

En el 2008 la debacle… el “muro de Berlín” del capitalismo ¡cae ! En todos los sectores aumenta el porcentaje de parados con respecto al año anterior ; pero llama la atención que en el más letal de ellos, en base a la población a la que da ocupación, o sea la Construcción, dicho porcentaje adquiera el dramatismo del 71%, a lo que habría que añadir la única variación relativa positiva significativa del 6% en el balance de los dos años anteriores ; en total, entre los años 2006 y 2008, nada más y menos que el 81% de aumento de parados … ¡escalofriante¡

Paralelamente lo mismo que donde inicialmente se nota la recesión es en la Construcción en el segundo semestre de 2007, igualmente es la población extranjera la primera que la sufre (en concreto los comunitarios con un aumento del paro con respecto al año anterior del 67%) aumentando su número de parados en aproximadamente igual número que disminuyen los nacionales.
Pero la desagregación por zona de origen del nuevo medio millón de parados generados entre 2007 y 2008 ya no perdona a nadie, por supuesto ni a los españoles ; pero destaca, y de que manera, la “crueldad” con la que se ceba con los extranjeros, con una aumento en ese periodo del 70%.


Los comunitarios, que ya habían sido “castigados” el año anterior, ven como entre 2006 y 2008 se triplica su número de parados.

Resumiendo, en 2008 el aumento del paro generalizado (medio millón más) se concentró, porcentualmente hablando con respecto al año anterior, de forma espectacular en la Construcción, precisamente el sector en el que, en referencia a la población a la que da ocupación, la siniestralidad es más probable y virulenta ; paro generalizado que, además, ha dejado desempleada a mucha mano de obra circunstancialmente más vulnerable.

Pues a pesar de lo que ha “llovido” el Ministerio de Trabajo e Inmigración en su Estadística de Accidentes de Trabajo y Enfermedades profesionales da, en jornada de trabajo, como dato definitivo 826 muertos en 2007 y 831 como avance en 2008.
A los 831 hay que añadir los 258 fallecidos in itinere.

Terminamos las cifras con la distribución de los accidentes de trabajo mortales por comunidad o ciudad autónoma, desglosándolos como suma de los producidos en jornada de trabajo + in itinere :
Andalucía 146+25, Aragón 30+7, Asturias 26+12, Baleares 18+10, Canarias 40+8, Cantabria 8+1, Castilla-La Mancha 38+10, Castilla y León 66+23, Cataluña 100+37, Com. Valenciana 73+21, Extremadura 22+3, Galicia 72+30, Madrid 96+38, Murcia 31+12, Navarra 9+5, País Vasco 46+14, La Rioja 7+2, Ceuta 1+0 y Melilla2+0.

EL LABERINTO. Los unos y los “otros”.

Érase una vez dos ciudades : UNA y DOS. Los habitantes de UNA se llamaban unos y los de DOS doses. Ahora son dos ciudades estados, pero antes compartían una misma bandera. La escisión se produjo tras una revuelta de los administrados contra su entonces único poder público reinante, que tuvo su origen en los estados de opinión creados a partir de una pregunta que se lanzó en un medio de comunicación :

¿Qué prefiere usted, tener un solo derecho pero que venga con un “pan debajo del brazo”, o dos aunque no tan bien acompañados ?

Y es que la Administración del entonces Estado Único no hacía más que regalar derechos a sus ciudadanos, los únicos, con dos connotaciones muy diferentes.

Había derechos con partida presupuestaria asignada, ganables sus prestaciones casi de forma directa o en el peor de los casos con un sencillo trámite administrativo. Por su parte había otros en los que se gastaba más en publicitarlos que en las necesidades que teóricamente cubrían ; ambiguos en su redacción, con desarrollos no vinculantes, con vías no expeditas, se convertían en una auténtica pesadilla para los ciudadanos a la hora de peticionarlos.

Los unos, partidarios de la primera opción, son ciudadanos pragmáticos que disponen de más tiempo libre para su ocio. En cambio los doses, pretendientes de la segunda optativa, son más combativos pero a la vez más esclavos de sus luchas.

Los niños de DOS, los “dosesitos”, pronto son iniciados en el arte del trámite ; y se lo toman muy en serio, hasta el punto de ser crueles con los otros niños a los que sólo les gusta jugar, denominándolos despectivamente, por sus impurezas de unos, como “equis”.

Ya de adolescentes, las destrezas adquiridas a la hora de pleitear son tales que los “junior” de la Asociación Vecinal del Barrio del Limón de DOS, los “limoneros”, interpusieron demanda por la que se dictó a su favor se dispusiera de un paso cebra en plena autopista de peaje. Agrio le resultó el procedimiento a la concesionaria.

La Administración de UNA en su actuar es muy reduccionista. Todas sus vías públicas se denominan simples, así su avenida principal se llama la Simple Una, más conocida popularmente como la “Simplona”. Pues bien en la Simple Una s/n se halla el Instituto Los Artífices, nombre que rinde honor a los administrados fundadores de UNA. Un día apareció una pintada en su fachada que rezaba : “cebra coja, león tuerto”. Don Leopoldo, su director, rápidamente pensó en la travesura de un “dosesito” en una de sus visitas a la ciudad. Tal vez como venganza (Los unos cuando se refieren a sus vecinos lo hacen despectivamente como los “otros”. Ya como director de Los Artífices introdujo la siguiente pregunta en un test de ingreso : ¿Cuántos habitantes tiene DOS ? Dando como opciones : a-según censo y b-otroscientos. Se dio como válida la segunda). Andrea, una alumna “explosiva”, la más piropeada del Instituto, apodada por todos sus compañeros como la “artificiera nº15”, era la única estudiante del centro que tenía primos en DOS, razón por la cual fue citada al despacho de Don Leopoldo. La “quince” fue respondiendo una a una a todas sus preguntas (no podía ser de otra forma, está prohibido contestarlas de dos en dos). Bastó escuchar que sus primos son “limoneros” para que el director inmediatamente cesara el interrogatorio, diera por conclusas las actuaciones y, tras ordenar la compra de decapante, cerrara de un carpetazo el expediente.
DOS es como una ciudad escaparate de derechos, pero que cuando extiendes la mano para coger uno te tropiezas con la gruesa vitrina. Es tal la naturaleza del blindado que la fuerza tiene que ser suplida por la argucia y la inteligencia como medios de alunizaje.

Suele visualizarse a DOS en carteles como una colina cuya cima está plagada de labiadas en flor. A sus pies se dispone un concéntrico laberinto con dos entradas dispuestas según la rosa de los vientos, y en una de ellas se halla un ciudadano ataviado de campestre con una cesta y un tarro de esencias vacíos.

De este espejismo, y ya bregando con la realidad, es consciente la Administración española : la extensa y prolífica normativa preventiva va muy por delante de su cumplimiento. Pero el hecho de que la Ley de Prevención, en cuanto a su fondo, distinga de actividades y no de la naturaleza de los empleadores, siempre le ha acongojado ; hasta el punto de asignar a tan preciado pero temido sustantivo el más pesado y oscuro adjetivo.

Preferencias habrá. La mía sería ser natural de UNA, pero si hubiese visto la luz en DOS no permitiría que nadie me llamara “equis”.


Fuente: Secretaría de Salud Laboral CGT