Aquellos que trabajan a diario con ellos, saben de los riesgos compartidos y de los particulares. Ellos ven sin duda y con respeto el sufrimiento habitual del duro trabajo en la mar de las tripulaciones de los buques y embarcaciones, e incluso de sus iguales en las unidades marítimas de Salvamento, y desde la mar nuestra gente admira y comparte también los riesgos que corren desde las alturas.

Aquellos que trabajan a diario con ellos, saben de los riesgos compartidos y de los particulares. Ellos ven sin duda y con respeto el sufrimiento habitual del duro trabajo en la mar de las tripulaciones de los buques y embarcaciones, e incluso de sus iguales en las unidades marítimas de Salvamento, y desde la mar nuestra gente admira y comparte también los riesgos que corren desde las alturas.

Son tantas las vidas salvadas, los marinos evacuados, los cadáveres recuperados, los riesgos asumidos y afrontados, es tanta la habituación a los percances ajenos que hoy la pérdida de un helicóptero de Salvamento Marítimo realizando un ejercicio habitual nos deja tocados y hundidos. Hoy sentimos más que nunca y en carne propia, puesto que ellos son nosotros, el devastador efecto de la desgracia y la enormidad de la tarea que realizan nuestros compañeros.

La pérdida de José Luis López Alcalá , Kevin Holmes e Iñigo Vallejo no tiene consuelo posible, y sin duda el que hoy Alberto Elvira esté con nosotros y salvara la vida ante la magnitud del accidente es el alivio que nos queda.

Alberto y los compañeros fallecidos forman parte de un colectivo en este país que, realizando una impresionante labor social, arriesgando sus vidas a diario y sin pedir reconocimientos ni medallas, es maltratado y ninguneado sistemáticamente, de tal forma que este colectivo, como premio a su dedicación y esfuerzo, sufre carencias de todo tipo y abusos incomprensibles. Falta de programación en los trabajos, deficiencias en los equipos, formación inadecuada, precariedad en los contratos de trabajo, ausencia de perspectivas de futuro, y cuando la queja se hace en mayúscula la empresa “INAER HELICÓPTEROS OFF-SHORE” utiliza el despido como herramienta de coacción y para recordar quién manda, estamos dejando claro que para ellos esto es nada más y nada menos que un rentable negocio.

A su vez, la Administración, que es la que paga, conocedora de todo esto, de deficiencias y negligencias, hace la vista gorda y mira para otro lado. Unos por desidia, otros por conocida y culposa incompetencia.

Esto no se lo merece nadie, y menos Mujeres y Hombres como los compañeros desparecidos, y como Alberto Elvira, que después de haber estado a punto de perecer, de tener una importante herida abierta en la cabeza y contusiones por todo el cuerpo, estando en medio de la mar, renuncia al lógico impulso de ponerse a salvo, intenta una y otra vez rescatar a sus compañeros del aparato semi-hundido y responde ante cualquier señal debajo de la superficie que le parezca indicar la presencia de uno de ellos, sumergiéndose repetidas veces en pos de un color naranja u otra indicación. Hasta que comprende que debido al shock sufrido, al frío y la sangre perdida, sus fuerzas son escasas y está poniendo en grave peligro sus propias posibilidades de sobrevivir, realizando con ello un sacrificio que ya no puede tener resultados.

Gente dispuesta a dar su vida por los otros, como hoy ha quedado de nuevo tristemente patente.

En nombre de toda la Confederación General del Trabajo, queremos expresar nuestro total apoyo y solidaridad con los compañeros, familiares y amigos de los tripulantes del HELIMER 207 accidentado, y hacer extensible nuestro agradecimiento a todos los que prestan este duro e importante servicio público a nuestra sociedad como es el Salvamento Marítimo.

Hoy debemos estar atentos a la recuperación de todos nuestros compañeros, transmitir el mayor calor posible a familiares y amigos y cerrar filas ante el dolor. Pero a la vez hay que exigir el máximo rigor en la recuperación de los restos del helicóptero que aporten datos suficientes a la investigación oficial, la cual debe ser exhaustiva, rápida y concluyente, y que a la vez se tomen urgentemente las medidas correctoras que eviten nuevos percances. Porque el mayor homenaje que se le puede hacer a los tripulantes de Salvamento Marítimo del Helimer 207 y al resto de tripulantes y trabajadores de Salvamento Marítimo es encontrar las respuestas a lo que ha ocurrido, exigir y asumir responsabilidades a quien corresponda, y asegurar a los que hoy continúan volando que esto no va a ocurrir de nuevo. INAER HELICÓPTEROS OFF-SHORE tiene un triste historial, y no son pocas las advertencias, denuncias e informes presentados desde la parte social, tanto a dicha empresa como a la propia Administración, sin que por el momento se haya tomado medida alguna, más allá de intentar amedrentar e incluso llegando a despedir a aquellos trabajadores que se han significado en dichas quejas.

La Confederación General del Trabajo (CGT) mantiene su compromiso de apoyar a los tripulantes y trabajadores de Salvamento Marítimo, y en este caso concreto a quienes prestan servicio a bordo de los helicópteros de este servicio público, y va fiscalizar con todos sus medios la gestión de la investigación, y espera que SALVAMENTO MARITIMO, DIRECCIÓN GENERAL DE LA MARINA MERCANTE y el propio MINISTERIO DE FOMENTO actúen esta vez con contundencia, depuren responsabilidades y tomen todas aquellas medidas que aseguren unas condiciones de trabajo seguras y dignas para estos servidores públicos.

Almería, a 26 de enero de 2010

Por la FETYC-CGT, El Secretario General : José Aranda Escudero


Fuente: FETYC-CGT