Sobre la reflexión única que hace el compañero Ermengol, si el anarcosindicalismo “existente hoy” pasa la prueba o no del “algodón de la democracia y la autonomía”, nos preguntamos y creemos que es una pregunta muy relevante, ¿qué determina la viabilidad o inviabilidad de una propuesta o un programa.

De entrada y por descontado que la “propuesta y/o programa”, debe tener un relato coherente, especialmente en lógica interna. Es decir que el “universo colectivo”, constituido por personas, observen la realidad social presente, con herramientas de análisis comunes, que les permita a todas y cada una de ellas, construir un relato colectivo y común, para enfrentarse “sin dependencias partidistas, ni paliativos estatales” al capitalismo y a todas las maneras y formas de dominio y explotación.

De entrada y por descontado que la “propuesta y/o programa”, debe tener un relato coherente, especialmente en lógica interna. Es decir que el “universo colectivo”, constituido por personas, observen la realidad social presente, con herramientas de análisis comunes, que les permita a todas y cada una de ellas, construir un relato colectivo y común, para enfrentarse “sin dependencias partidistas, ni paliativos estatales” al capitalismo y a todas las maneras y formas de dominio y explotación.

Que duda cabe que el momento es vital e importante para el anarcosindicalismo (nunca es fácil) en los escenarios complejos en los cuales situamos nuestra acción, y más, si tenemos en cuenta que debemos resituar al sindicalismo como la opción real práctica y efectiva para la clase trabajadora y que, nuestro crecimiento sostenido y constante conlleve de verdad el cuestionamiento del “esquema sindical pactado del régimen del 78”, para superarlo.

Este es el elemento central con el que deberíamos pensar y conformar el relato colectivo de la CGT.

Somos conscientes (creemos que no solo nosotras que escribimos este artículo, sino gran parte de las personas de la organización) que, ante el “amplio universo” que aborda la propuesta anarcosindicalista –antes, en otros momentos sociales, y ahora en estos tiempos del “cuasi monopolio del neoliberalismo”-, el relato no debe ser monolítico y, aún menos, autoritario y burocrático; ahora bien, las “distintas visiones del relato” para que merezcan la pena no pueden ser calificadas de inconsistentes, pues todas las personas que componemos el proyecto CGT hemos aceptado un “marco de cooperación, de respeto y de ética”, el cual gira en torno a varios principios básicos y de sentido común: la cooperación, el apoyo mutuo, la solidaridad y la autonomía de partidos y opciones políticas.

Las variantes del relato, acerca de la visión del compañero Ermengol, se sustentan en “supuestas prácticas” que atentarían directamente contra esos “acuerdos y principios” que rigen nuestra dinámica interna y que, a posteriori, proyectamos en el “afuera-dentro” de la realidad.

Prácticas “autoritarias”, al parecer llevadas a cabo por los “aparatos jerarquizados de la CGT”, que en ningún momento se analizan, se exponen y, menos aún, pasan el filtro de la crítica propia, pues se “acusa” sobre las “verdades del barquero”, y no se reflexiona en positivo, pues cualquier estructura organizativa, contrae riesgos que por inercia, situaciones complejas o supuestas urgencias, no respeten los espacios democráticos o simplemente no los genere, como más tarde comentaremos sobre la decisión del SP de Catalunya de convocar HG, en un escenario de “conflicto nacional”.

Todas estamos de acuerdo en no ser autoritarias, ser autónomas y siempre denostar el autoritarismo, pero llegar a la conclusión de que el proyecto anarcosindicalista que representa la CGT, ha entrado en una encrucijada debido al… “riesgo de la jerarquización del anarcosindicalismo y el segundo el de pérdida de autonomía de su apuesta sindical”…, sencillamente es carecer de rigor analítico en estas situaciones complejas y desviar el debate fuera del foco necesario que el anarcosindicalismo tiene: “resituar al sindicalismo como la opción real práctica y efectiva para la clase trabajadora”.

Quienes suscribimos estas reflexiones, llevamos bastantes años con equipos de trabajo confederales, bien desde responsabilidades de secretarías, bien simplemente con responsabilidades militantes, y el trabajo sindical social desarrollado sobre la propuesta anarcosindicalista, se ha hecho –y se sigue haciendo-, sobre las iniciativas que surgen, bien de los sindicatos, bien desde los equipos, al igual que las propuestas sociales y sindicales, las cuales son debatidas y acordadas por los entes correspondientes, incluido el Comité Confederal.

Los debates realizados, todos, sin más límite que aquellos que nuestros Estatutos y nuestra ética nos marcan, se hacen para “ganar” el acuerdo de la CGT (se llama cooperación) y sirven para la acción social y dotarnos como personas militantes de herramientas comunes en la pelea contra el capitalismo y el poder.

Ejemplos de no realizar “debates” en los sindicatos y entes correspondientes y, por el contrario, tirar para adelante con “propuestas autónomas”, sin evaluar las consecuencias sobre toda la CGT y el proyecto anarcosindicalista hoy, existen varios y muy serios en algunas territoriales, donde el ejercicio de “su autonomía” ha supuesto riesgos importantes a toda la Confederación. El Comité Confederal, sí ha entrado en estos debates, y eso significa que todas las personas afiliadas de la CGT, a través y por medio de sus Plenarias, han discutido, debatido y contado con la información para poder adoptar decisiones de manera autónoma y no “impuesta”.

¿Se puede acusar al SP (con responsabilidades de coordinación de toda la CGT) y/o al Comité Confederal, que son “un aparato especializado, que cuenta con toda la información y, además la deniega al resto de “militantes-afiliadas”, como lo hace el compañero Ermengol? Pues pareciera, a la vista de los hechos, que las compas y los compas del SP y del Comité Confederal, no hacen, trabajan y accionan desde el mandato que tienen de sus sindicatos y actúan con la responsabilidad que les exige el proyecto CGT.

Reflexionar sobre las “propias” variantes que se hacen del relato, desde la responsabilidad que se sustenta (Secretaria General de la Confederación de Catalunya) y el “equipo del SP de Catalunya”, sería muy necesario y un verdadero ejercicio de anarcosindicalismo (autónomo, no jerarquizado), cuando el SP de Catalunya adoptó la decisión de convocar la HG, en tiempos de encrucijada, donde las distintas burguesías, las estatalistas y las que quieren serlo, es decir crear otro Estado, sin antes haberse realizado el “debate en los sindicatos”.

 Los sindicatos “refrendaron la “decisión-propuesta”, pero sino la hubieran “refrendado”, no por eso se podría haber llegado a la conclusión que el “SP actuaba al margen de los sindicatos”. Y con posterioridad, el Comité Confederal (por unanimidad), consensuó y acordó un posicionamiento respeto al “procés” y nuestra postura como CGT Confederal respecto nuestra posición, tanto en Catalunya como en el resto del Estado: el anarcosindicalismo no va a servir como instrumento ni herramienta para ninguna posición política (sea la que sea) y nos encontraremos y nos encontrarán en la pelea por una sociedad libre, autónoma, solidaria, antipatriarcal, anti estatalista…

 Aquí el Comité Confederal generó debate, comunicación y toda la afiliación de la CGT tomó y pudo tomar posición libre y democráticamente.

El protagonismo lo tienen las personas afiliadas, los sindicatos, los Comités Confederales, porque nuestros “acuerdos y principios”, no solo nos posibilitan ser protagonistas del conflicto (información, debate, hechos, toma de decisiones…), sino que nuestra organización, crece, se nutre de un empoderamiento colectivo, donde “los jefes y las jefas” no son tales, sino que son, coordinadores/as y responsables de  gestionar la “propuesta-proyecto del anarcosindicalismo hoy”.

La máxima que empleamos, en el accionar social y sindical, “si tú luchas, tú decides”, significa la coherencia con el relato colectivo que nos hemos dado entre todos y todas.

El anarcosindicalismo del S.XX, supuso aunar las ansias de libertad y de organizar la lucha contra la explotación. En este S.XXI debe ser la referencia de esas ansias de libertad de Kellys, de explotados y explotadas por Webs, apps, franquicias…, la autodenominada “economía colaborativa”, y de quienes están explotados y explotadas por las grandes corporaciones, como si fuera un “privilegio” trabajar en ellas, además de aunar las ansias de libertad como mujeres frente al patriarcado, como personas sociales que seamos capaces de generar ocios distintos fuera del mercantilismo, para tratar de reequilibrar nuestra huella ecológica, generando comunidad y autoorganización.

Otros proyectos, otras alternativas, no dejan de ser legítimas. Peléese por ello, siempre sabiendo y respetando que el proyecto anarcosindicalista hoy, fue aprobado en el último Congreso por más de dos tercios de la organización, y no precisamente de manera autoritaria ni jerárquica.

Salud y buen humor para acertar (o no) en el camino que la CGT ha decidido transitar en este periodo de explotación y dominio, complejo, difícil y de toma de decisiones coherentes, ante los cantos de sirenas de opciones “buenistas”, “populistas”, socialdemócratas y neoliberales. No sabemos si garantizará algún futuro honesto, ético, socialmente igualitario y donde las personas sean las protagonistas, pero de lo que sí estamos convencidas es que es nuestro proyecto es un proyecto colectivo común.

Desiderio Martín Corral. Responsable del Gabinete de Estudios de CGT.

http://kaosenlared.net/sobre-el-anarcosindicalismo-existente-hoy/


Fuente: Kaos en la Red