L@s trabajador@s tunecin@s de la fábrica Latelec en Fouchana (Túnez) continúan su lucha contra el despido de 10 sindicalistas despedidas. El 22 de enero se realizó una huelga que paralizó la empresa y está convocada otra para el 11 de febrero.

Como hemos venido informando, el fabricante de aviones francés Latécoère, que provee a grandes firmas de la aviación como Airbus o Dassault, uno de los líderes mundiales en su sector, somete a sus trabajador@s en Túnez, la mayoría mujeres, a salarios de miseria, horas extraordinarias abusivas, insultos, problemas de salud y seguridad en el trabajo, en la fábrica tunecina de Fouchana, donde Latécoère hace producir cables aeronáuticos. Y cuando las obreras se organizan en un sindicato, la dirección despide a 10 sindicalistas de la UGTT.

Como hemos venido informando, el fabricante de aviones francés Latécoère, que provee a grandes firmas de la aviación como Airbus o Dassault, uno de los líderes mundiales en su sector, somete a sus trabajador@s en Túnez, la mayoría mujeres, a salarios de miseria, horas extraordinarias abusivas, insultos, problemas de salud y seguridad en el trabajo, en la fábrica tunecina de Fouchana, donde Latécoère hace producir cables aeronáuticos. Y cuando las obreras se organizan en un sindicato, la dirección despide a 10 sindicalistas de la UGTT.

Por ello, se está desarrollando una campaña internacional de solidaridad en la que se pide la firma del manifiesto siguiente

Libertad sindical: Todos somos trabajadores tunecinos

Constructor de aviones hasta entrados los años cincuenta, Latecoere conoció sus horas de gloria cuando contrataba para sus líneas a pilotos prestigiosos como Jean Mermoz y Antoine de Saint-Exupéry. Gran miembro de la Resistencia, desaparecido en el curso de una misión, el autor humanista el Principito no podía adivinar que su patrón acabaría construyendo fábricas en Túnez al final de los años 90. Bajo la dictadura de Ben Ali, en Fouchan y Charguia, centenares de obreras de la filial Latelec fabrican desde entonces, a coste reducido, arneses y armarios eléctricos para Airbus, Dassault, los mayores fabricantes de aviones del mundo. “Por favor… Dibújame una oveja!”. La “tranquilidad social” de la que se jactaba el régimen tunecino que reprimía violentamente toda forma de protesta, atrae a los inversores extranjeros buscando una mano de obra supuestamente dócil y maleable. En Francia, centenares de empleos se destruyen en la región de Toulouse.

El 14 de enero de 2011, barrido por un levantamiento popular, Ben Ali emprende la huida. Unas semanas después, en la sede de Fouchana, los empleados de Latelec dibujan una revolución. Tomando al pie de la letra a la dirección de Latecoere, que define el dialogo social como “un elemento históricamente estructurante de la cultura de la empresa”- Sonia Jebali, Monia Dridi, Rim Sboui y siete otras camaradas constituyen un sindicato UGTT. A mil leguas del slogan “queremos todo y ya” que les habría alejado de una base poco acostumbrada a las reivindicaciones, estas delegadas militan… por su dignidad. El acoso y las vejaciones, antes continuas, cesan pronto. Fortalecidas gracias a 420 afiliadas de las 450 empleadas, las sindicalistas defienden simplemente que se respete la legislación laboral. Latelec patina: horas extra no remuneradas, salarios irrisorios, menos vacaciones de lo estipulado por ley, clasificación profesional voluntariamente infravalorada… El sindicato UGTT de Fouchana acaba por conseguirlo todo, al precio una terrible relación de fuerzas: huelgas intensas, intentos de corrupción, palizas, amenazas de muerte…

El activismo de las obreras tunecinas no es muy apreciado por Airbus, principal cliente de Latecoere. Es para satisfacer las exigencias apremiantes de entregas de la marca vedette de EADS que Latecoere decide, en septiembre de 2012… relocalizar temporalmente la actividad de la sede de Fouchana a Francia. El efectivo se reduce rápidamente a la mitad y las líderes del sindicato son despedidas en 2013 – un despido declarado ilegal por la inspección del trabajo tunecina, cuyo aviso es facultativo. La competitividad entre trabajadores se abre paso: durante algunos meses los trabajadores de la aeronáutica tolosana pudieron alegrarse de la repatriación del empleo a su tierra. Pero fue provisional: la actividad acaba de ser relocalizada en la sede de Fouchana, desprovista hoy de un sindicato molesto.

En mayo 2011, en un impulso unánime de solidaridad internacional con el pueblo que hizo la “revolución del jazmín”, el G8 prometió 70 mil millones de dólares al país de la costa sur mediterránea. Todavía los están esperando. Por su parte, Sonia Jebali, Monia Dridi y Rim Sboui exigen su reintegración en su fábrica. Luchan por su trabajo, su dignidad, su libertad, poniendo su nombre y su cara a la consigna de la revolución tunecina y a los centenares de miles de compatriotas que han visto destruirse sus esperanzas. Porque lejos del apoyo de fachada mostrada por las grandes potencias y multinacionales a la “revolución del jazmín”, las cifras lo dejan claro: en Túnez cincuenta empresas con participación francesa cerraron entre 2011 y 2012, así como 54 grupos italianos, 14 alemanes, etc. “Cuando trabajamos bajando la cara, están contentos, resume Jebali. Cuando la levantamos, se largan”.

Lejos de las declaraciones de principio que ya no quiere el pueblo tunecino, nosotros, representantes políticos, sindicalistas, intelectuales, miembros de la sociedad civil de ambos lados del Mediterráneo, pedimos solemnemente a Latecoere que retire las diligencias judiciales iniciadas contra Jebali, Dridi, Sboui y sus camaradas. Exigimos su reintegración inmediata a la sede de Fouchana para que ellas puedan ejercer libremente sus derechos sindicales. Hacemos un llamamiento al estado francés para que tome sus responsabilidades: accionista de EADS, debe señalar a la dirección de Airbus que la libertad sindical han destruido es un derecho constitucional. Lejos de los proyectores mediáticos, de los debates políticos, las obreras despedidas de Latelec nos recuerdan que la revolución tunecina fue primero un levantamiento social, democrático y pacífico. La represión que ellas sufren es la represión de todas las aspiraciones legítimas del pueblo tunecino de trabajar dignamente, en el respeto de su libertad. Su combate es el nuestro.

Para firmar el manifiesto:

En castellano: http://petition-latelec.cslpt.org/?… En francés: http://petition-latelec.cslpt.org/ En inglés: http://petition-latelec.cslpt.org/?…

Más información en:

http://www.cgtandalucia.org/Tunez-L…

http://www.cgtandalucia.org/Continu…

http://www.cgtandalucia.org/Una-fil…

Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II. de la CGT


Fuente: Equipo de trabajo para el norte de África de la S. de RR. II. de la CGT