El Gobierno de Fillon se divide por el proyecto de crea un gran fichero policial con datos íntimos de los franceses.
El verano es momento propio a los golpes bajos y el Gobierno francés lo sabe perfectamente. Por eso, el 1 de julio pasado, su diario oficial publicó a la chita callando un decreto que, sin consultar al Parlamento, instauraba nada menos que un fichero general informatizado y centralizado de policía con datos personales de todo el mundo a partir de 13 años. Podrá incluir orientación sexual, estado de salud, opiniones políticas y religiosas.
El Gobierno de Fillon se divide por el proyecto de crea un gran fichero policial con datos íntimos de los franceses.

El verano es momento propio a los golpes bajos y el Gobierno francés lo sabe perfectamente. Por eso, el 1 de julio pasado, su diario oficial publicó a la chita callando un decreto que, sin consultar al Parlamento, instauraba nada menos que un fichero general informatizado y centralizado de policía con datos personales de todo el mundo a partir de 13 años. Podrá incluir orientación sexual, estado de salud, opiniones políticas y religiosas.

Al calor del verano y con la gente en las playas, nada pudieron hacer contra ese enorme proyecto de Gran Hermano las alertas repetidas de las organizaciones de derechos humanos, ni las 100.000 firmas contra el fichero. Para aparecer en él, no será necesario haber cometido un delito.

Pero, ayer, la cosa pasó a mayores : varios ministros se enfrentaron públicamente entre partidarios y adversarios del leviatán policial, y hasta el primer ministro, François Fillon, tuvo que intentar apagar el incendio.

El ‘proyecto Edvige’

Edvige (siglas en francés de «Explotación Documental y Valorización de la Información General») es el nombre del proyecto que Nicolas
Sarkozy y la ministra de Interior, Michelle Alliot-Marie, intentaron imponer sin revuelo.

En ese fichero, la policía prevé conservar por tiempo indefinido datos íntimos de cualquier persona con relevancia en la vida social y religiosa, o aspirante a un mandato político, sindical o asociativo. Es decir, cualquier hijo de vecino, incluidos los menores demás de 13 años.

Lo de Información General, en Francia, tiene que ver con los funestamente célebres Renseig-nement Généraux, los RG, inmensa policía política creada en 1911 que se ha convertido en la última de ese tipo existente en un país democrático.

Sin bucear demasiado, los RG ya provocaron escándalo durante las elecciones presidenciales del 2007, al husmear en la vida de consejeros de la candidata socialista Ségolène Royal o al meterse con los habitantes de un barrio parisino que protestaban contra el candidato Sarkozy para elaborar notas sobre ellos.

El propio Sarkozy, ya presidente, había prometido la disolución de los RG, y lo hizo muy altaneramente en nombre de la transparencia en el marco de la reforma de los servicios secretos de la República.

El sustituto

La desaparición de los RG, efectivamente, ocurrió el 1 de julio. Lo que nadie se creía es que Sarko fuera capaz de autorizar, al mismo tiempo y tan descaradamente, el relanzamiento de sus métodos y bajos oficios, con informatización y electrónica.

Una Bastilla electrónica para el siglo XXI.
El pasado fin de semana, por razones de política interna, el ministro de Defensa, Hervé Morin, se alarmó por «el extraño batiburrillo» de un fichero con datos íntimos de ciudadanos a disposición de la policía.
El ministro de Identidad Nacional y cancerbero de Sarkozy, Brice Hortefeux, salió inmediatamente en defensa de Edvige contra Morin.

El primer ministro intentó ayer apagar la polémica : «No hay que crear sospechas donde no las hay». Precisamente : sospechas hay, y muchas.


Fuente: ANDRES PÉREZ (Público)