Editorial Rojo y Negro 209
El cierre del número de enero es un buen momento (al menos tan bueno como otro cualquiera) para recapitular acerca de lo que hemos estado haciendo durante el año anterior, ver qué hemos hecho bien, en qué nos hemos equivocado, qué nos ha caracterizado y qué podemos aprovechar para el futuro. Porque esto es lo fundamental : mirar hacia adelante. Y, aunque pueda parecer contradictorio, echar por un momento la vista atrás ayuda a aclararse y afrontar el presente y el futuro mucho mejor equipados/as para la lucha.
Editorial Rojo y Negro 209

El cierre del número de enero es un buen momento (al menos tan bueno como otro cualquiera) para recapitular acerca de lo que hemos estado haciendo durante el año anterior, ver qué hemos hecho bien, en qué nos hemos equivocado, qué nos ha caracterizado y qué podemos aprovechar para el futuro. Porque esto es lo fundamental : mirar hacia adelante. Y, aunque pueda parecer contradictorio, echar por un momento la vista atrás ayuda a aclararse y afrontar el presente y el futuro mucho mejor equipados/as para la lucha.

Dar un vistazo a las portadas de Rojo y Negro del año que ya ha terminado trae a esta redacción (suponemos que a vosotros y vosotras también os ocurrirá si hacéis este ejercicio ya casi de arqueología, dado lo fugaz del papel prensa en los tiempos que corren) infinidad de recuerdos. Recuerdos de lucha en la calle, de noticias bomba que llegaban dos días antes del cierre y nos obligaban a cambiar a última hora varias páginas y la portada, de alegrías por las victorias y también alguna que otra amargura al ver que algo en lo que se había invertido una buena dosis de energía no daba todos los frutos que deseábamos. Pancartas, banderas confederales ondeando al viento, multitud de gargantas que gritan como una sola consignas que no por repetidas ya mil veces dejan de sonar con la fuerza de la primera vez, silbatos, el sol dándote en los ojos mientras marchas por la calle junto a tus compañeros y compañeras, muchos de ellos procedentes de todos los rincones del Estado, en un bello ejemplo de solidaridad. Unión, acción y autogestión…

También recuerdos de esperas a la puerta de un juzgado para enterarnos de qué ha pasado dentro, ruedas de prensa tomando notas a toda velocidad mientras compruebas que no te han fallado las pilas y que la grabadora registra correctamente, flashes de cámara de fotos… Todo ello a toda prisa, contando los minutos que quedan para salir volando a la redacción, escribir el artículo, seleccionar las fotos y sacar la información lo antes posible. Reuniones preparatorias de acciones ; adrenalina a raudales en el momento de efectuarlas, fotógrafo y plumilla con los ojos bien abiertos, sabiendo que la cosa va a durar muy poquito y hay que pillar el momento decisivo ; días en los que el teléfono no para de sonar, cierres que se prolongan en la madrugada…

Comenzábamos el año con represión en el sector del telemarketing. Acababan de despedir a nuestra compañera Paz Oyó, que después sería readmitida tras ganar el juicio. El 27 de enero, 2.000 confederales marchaban por las calles de Valladolid para protestar por la situación en el sector del auto, que tanto ha dado que contar este año. También tenía lugar otra manifestación importante en Barcelona, convocada por diversas organizaciones (entre ellas CGT), contra la precariedad laboral. Éste ha sido también el año del conflicto de Telemadrid, que consiguió traspasar el muro de silencio mediático y obtener la solidaridad de los trabajadores de otros medios de comunicación. En junio era declarado nulo el despido del compañero. En febrero cerraba Delphi en Puerto Real, conflicto que todavía “colea”, con sus trabajadores aún por recolocar. Autobuses de Barcelona, desde febrero, noticia en Rojo y Negro. Al cierre de esta edición han terminado siete días de huelga, con un seguimiento del 90 %. Otro cierre, el de SAS Abrera, el 2 de marzo : inmejorable cobertura mediática pero, al final, cerró de todos modos (aunque los trabajadores consiguieron, con su lucha, un buen acuerdo). También ha sido el año del acuerdo de SEAT. Ahora mismo estamos en campaña para la readmisión de los despedidos, con acciones previstas para este mes. Tyco-Microser ; huelga de 24 horas en Atento el 16 de abril, con elevado seguimiento ; deslocalización en el Grupo ONO ; huelga en las tiendas de Aldeasa en Madrid-Barajas ; movilizaciones de ferroviarios ; el conflicto de Renault ; la campaña de solidaridad con Luisito, víctima de represión policial, cuyo juicio fue aplazado el 6 de noviembre por incomparecencia del otro acusado ; ERE en Michelín ; movilizaciones por el PSA durante todo el año ; la huelga de limpiezas del Metro de Madrid…

Bueno, y esto es sólo una pequeña muestra mirando las portadas del año pasado. Si consultamos las páginas interiores encontraremos un sinfín de luchas, movilizaciones, respuestas de CGT al fascismo empresarial… Porque desde luego eso es algo que nos caracteriza : CGT no se queda quieta ante los ataques del capital. Allí donde hay un militante de la Confederación, se lucha en defensa de los derechos de los trabajadores/as.

Y la clave de esta lucha, a nuestro entender, es la organización : organizarse para luchar. Probablemente una persona sola lo tenga muy difícil para cambiar algo, pero hombro con hombro con tus compañeros y compañeras, eso ya es otra cosa. Y tenemos que ser conscientes de esa fuerza, pues es la que nos guiará hacia la consecución de nuestros objetivos, recogidos en el Título I de los Estatutos de la Confederación General del Trabajo : “la emancipación de los trabajadores y trabajadoras, mediante la conquista, por ellos mismos, de los medios de producción, distribución y consumo, y la consecución de una sociedad libertaria”, y “la eliminación de cualquier forma de explotación y de opresión que atente contra la libertad de la persona”, todo ello sirviéndonos de las herramientas que nos son propias : la acción directa, la solidaridad y el apoyo mutuo. Probablemente ese modelo de sociedad con el que soñamos esté aún bastante lejos. Pero, qué demonios : que nadie pueda decir que no nos dejamos la piel por alcanzarla.

Como dice un compañero de la redacción que probablemente nos mataría si revelásemos su identidad, próspero año obrero a todos y a todas. Seguimos…