Tomás Generelo ha rodado en Huesca 'Cardelinas', con guión de Maite Abaurre, la historia de esta pareja anarquista que fue fusilada en agosto de 1936, con Carmen Barrantes, Fernando Ramos y Elisa Hipolito

La historia de amor y muerte de Ramón Acín (Huesca, 1888-1936) y Concha Monrás (Barcelona, 1898-Huesca, 1936) es una de las más bellas, conmovedoras y terribles, vinculadas a la Guerra Civil. Historiadores como Carlos Forcadell y Eloy Fernández Clemente escribieron hace años que Acín era «el Lorca aragonés». Y el pintor, escultor, pedagogo y anarquista ha tenido muchos estudiosos recientes –García Guatas, Víctor Juan Borroy, Emilio Casanova o Víctor Pardo Lancina, por citar algunos– que han abordado su rica personalidad y su infausto destino.

La historia de amor y muerte de Ramón Acín (Huesca, 1888-1936) y Concha Monrás (Barcelona, 1898-Huesca, 1936) es una de las más bellas, conmovedoras y terribles, vinculadas a la Guerra Civil. Historiadores como Carlos Forcadell y Eloy Fernández Clemente escribieron hace años que Acín era «el Lorca aragonés». Y el pintor, escultor, pedagogo y anarquista ha tenido muchos estudiosos recientes –García Guatas, Víctor Juan Borroy, Emilio Casanova o Víctor Pardo Lancina, por citar algunos– que han abordado su rica personalidad y su infausto destino. Con él, como compañera, esposa y musa, siempre está Conchita, hija del profesor Joaquín Monrás y destinataria de las cartas de Acín. En una le decía: «Serás siempre el consuelo de mi aflicción y la causa de mi alegría».

La personalidad de Concha es incuestionable: jugaba a tenis, tocaba el piano (dicen que interpretaba muy bien a Mozart y Chopin) y le interesaba el esperanto. Se casaron en enero de 1923 en la iglesia de Santo Domingo, aunque habían iniciado su relación un lustro atrás; Ramón Acín le mandó uno de sus dibujos. Vivirían juntos trece años.

El joven cineasta Tomás Generelo recibió una beca para rodar su cortometraje ‘Cardelinas’. Explica: «A la historiadora Maite Abaurre siempre le interesó escribir una historia sobre Ramón Acín. Intentó hacerlo varias veces, y lo hizo, pero no acababa de estar contenta o convencida del todo de la atmósfera de la historia. Cambió la orientación y se centró en Concha, Conchita Monrás, y vimos que el guión funcionaba. Creo que es una pieza conmovedora».

Ramón Acín y su esposa Concha Monrás con sus hijas Sol y Katia y una familiar.Fundación Ramón y Katia Acín

Tomás Generelo ha creado una película entre espectral y de realismo mágico, con un fondo inevitable de crónica amarga de la contienda. «El corto recuerda aspectos de la historia de la pareja. Ramón se escondía en la casa, en un interior sombrío, porque todos los días recibían la visita de integrantes del bando nacional, sobre todo de los falangistas. Noche tras noche, Ramón Acín aguantaba cómo su esposa era objeto de insultos y malos tratos. Y un día, el 6 de agosto, ya no pudo más y se entregó». Concha salió tras él al grito de «Moncico, Moncico, Moncico», dejó a sus hijas Katia y Sol en casa, y sería detenida. A Ramón lo fusilaron esa misma noche y Conchita también sería abatida, de modo inmisericorde, el 23 de agosto.

El corto transcurre en ese tiempo. Entre la detención y la muerte. «Pese a abordar la crueldad de la guerra, hay espacio para la ternura, para la magia, para la amistad y, por supuesto, para el miedo. Concha establecerá relación con otra presa, joven, que quizá sea utilizada». La actriz Carmen Barrantes, protagonista de ‘Bendita calamidad’ o ‘Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban)’, da vida a Concha Monrás, y está conmovida. Ha contado que es uno de los personajes más emotivos que he hecho nunca, de los que erizan la piel y el alma. Y la joven Adela es Elisa Hipólito, hija del actor Carlos Hipólito, quien encarna a esa muchacha en la que Concha cree encontrar amistad y camaradería y que quizá esté siendo invitada a delatar.

«Conchita Monrás era una de las mujeres modernas de aquel momento: tenista, sí, pianista, defensora de la lengua universal. Pero ni a la guionista ni a mí nos ha interesado tanto eso como otros detalles: su condición de esposa, de madre, sus emociones, su intimidad y, ante todo, el miedo», dice Tomás Generelo.

La culpa, el dolor, el amigo

Agrega otro matiz: «El miedo, sin duda, ese desamparo creciente, pero también hay algo más: junto a los diálogos entre las dos mujeres, en la cárcel Concha Monrás tiene la sensación de que se le aparece el propio Ramón Acín, y conversan, y aparece el remordimiento, el sentimiento de culpa».

Tomás Generelo, que ya iniciado el montaje del cortometraje, explica que el corto se titula ‘Cardelinas’ porque Ramón y Concha no tenían pájaros en las jaulas de su casa, sino pajaritas de papel, o cartas en forma de pajarita de papel, esa escultura tan querida por el artista. «Ramón y Concha eran pacifistas y vivían en un ambiente acogedor, artístico, que quizá se perciba un poco en esa licencia poética del encuentro de Concha y el fantasma de Ramón Acín. Aquí las auténticas cardelinas serían las dos amigas de la celda, Concha y Adela; ellas quizá ya no vuelvan a volar». La película tiene un tono intimista, emocionante, «de verdad, desgarro, dolor y sueño», confiesa Generelo.

El reparto se completa, entre otros actores, con Fernando Ramos, que le dio voz a Ramón Acín en ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’ de Salvador Simó. El proyecto, que cuenta con un extenso equipo de profesionales del cine aragonés, ha recibido el apoyo de la Diputación Provincial de Huesca y de la Fundación Ramón y Katia Acín.

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Fuente: heraldo.es