La elevada formación de una mujer es incompatible con la posibilidad de que ésta soporte durante años malos tratos psicológicos por parte de su pareja y no denuncie tal situación vejatoria. Así lo considera el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Valladolid, cuyo titular usa este argumento como fundamentación jurídica a la hora de archivar la denuncia que una vallisoletana presentó contra su marido. Se trata del mismo magistrado que echó de su casa a la víctima de otro caso de violencia doméstica.

La elevada formación de una mujer es incompatible con la posibilidad de que ésta soporte durante años malos tratos psicológicos por parte de su pareja y no denuncie tal situación vejatoria. Así lo considera el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Valladolid, cuyo titular usa este argumento como fundamentación jurídica a la hora de archivar la denuncia que una vallisoletana presentó contra su marido. Se trata del mismo magistrado que echó de su casa a la víctima de otro caso de violencia doméstica.

El auto judicial, que ha generado una honda indignación en la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Valladolid (Adavasymt), da carpetazo a la denuncia que V.C., profesora de instituto, presentó el pasado día 2 de marzo contra su marido, L.D, profesor universitario a quien acusó de someterla a continuo maltrato psíquico a lo largo de los 16 años de matrimonio.

El juez, en su resolución relativa a las diligencias previas del procedimiento abreviado 140/2007, decretó el sobreseimiento provisional de las actuaciones al no aparecer debidamente justificada la perpetración del delito y, como base justificativa de su decisión, calificó de «sorprendente que una persona con alto nivel de formación y capacidad soporte durante los años que ella señala esos supuestos desprecios, humillaciones…, en definitiva, malos tratos psicológicos, sin poner remedio a esa situación o, en todo caso, sin acudir a un profesional (psiquiatra, psicólogo) o sin pedir algún tipo de ayuda externa (asociaciones…etc)».

A su vez, el juez advierte de que «es a raíz de la ruptura conyugal cuando, curiosamente, se formula la denuncia». En definitiva, concluye el auto, «no se aprecian indicios del delito denunciado ni de ningún otro y de ahí que proceda el sobreseimiento».

La denuncia

Según la denuncia, el marido no cesaba de recordar a la mujer que su título era «más provechoso y rentable» que el suyo y le advertía de que, por tal motivo, no estaba obligado a compartir con ella sus ingresos. De ahí que, presuntamente, el profesor sometiera a la denunciante a un férreo control económico. El esposo, asegura la denunciante, llegó a exigir a su propia esposa el pago de una renta por vivir en el piso.

No fue hasta los últimos tres años cuando la convivencia entre ambos se hizo insostenible y sólo se daban periodos tranquilos cuando la presunta víctima preparaba oposiciones, en los que el denunciado hasta parecía darle apoyo. Sin embargo, cuando ella suspendía se reiniciaba la «tortura psicológica».

Indignación

La presidenta de Adavasymt, Rocío Mielgo, califica, «indignada», la decisión de este juez como «una perla más» de una larga lista y denunció que el colectivo que preside había puesto muchas esperanzas en este nuevo juzgado, específico en materia de violencia de género y en funcionamiento desde el pasado mes de enero pero que ha defraudado todas las expectativas generadas.

«Esperábamos que con este juzgado se avanzaría en la credibilidad de la víctima, pero la realidad ha demostrado que determinados jueces y fiscales siguen sin entender qué es la violencia de género», se lamenta Mielgo, quien recordó que al autor de esta última resolución que «cualquier mujer puede ser maltratada, con independencia de que tenga una mayor o menor formación».

Otro caso polémico

Este juez es el mismo que en otro auto reciente y no menos polémico impuso a un hombre la orden de alejamiento de su pareja, después de que ésta le denunciara por maltrato físico pero, curiosamente, dejó en la calle a la víctima y su hija de 15 años tras otorgar al denunciado el uso y disfrute del piso de alquiler que compartía la pareja con el argumento de que el contrato estaba a su nombre.


Fuente: EUROPA PRESS