El patrón del `Playa los Quebrantos´, con base en A Coruña, rescató a Fernando Suárez, de 37 años y vecino de Arteixo, pero al subirlo a cubierta ya "no tenía signos vitales".
El marinero de 37 años Fernando Suárez Espasandín, marinero del arrastrero coruñés Playa los Quebrantos es la decimoséptima víctima mortal que registra la costa gallega en lo que va de año. El marinero falleció en la madrugada del jueves, cuando el buque en el que faenaba se encontraba pescando a unas 20 millas de A Coruña. El marinero, natural de la localidad coruñesa de Ponteceso y vecino de Arteixo, largaba los aparejos de pesca con la ayuda de sus compañeros cuando un cable se rompió y provocó que se cayese al mar. "El marinero estaba echando las puertas de las redes al mar cuando se rompió un cable, lo que hizo que cayesen y arrastrasen con ellas al fallecido", explicó el hijo del armador del buque, Manuel Cancela.
El patrón del `Playa los Quebrantos´, con base en A Coruña, rescató a Fernando Suárez, de 37 años y vecino de Arteixo, pero al subirlo a cubierta ya «no tenía signos vitales».

El marinero de 37 años Fernando Suárez Espasandín, marinero del arrastrero coruñés Playa los Quebrantos es la decimoséptima víctima mortal que registra la costa gallega en lo que va de año. El marinero falleció en la madrugada del jueves, cuando el buque en el que faenaba se encontraba pescando a unas 20 millas de A Coruña. El marinero, natural de la localidad coruñesa de Ponteceso y vecino de Arteixo, largaba los aparejos de pesca con la ayuda de sus compañeros cuando un cable se rompió y provocó que se cayese al mar. «El marinero estaba echando las puertas de las redes al mar cuando se rompió un cable, lo que hizo que cayesen y arrastrasen con ellas al fallecido», explicó el hijo del armador del buque, Manuel Cancela.

«El golpe al romperse el cable fue muy fuerte y el resto de marineros consiguieron apartarse. A mi marido, que estaba justo detrás de él, casi lo arrastra también, pero escuchó el ruido, se apartó y, de milagro, logró salvarse», explicaba conmocionada , la mujer de un marinero del Playa los Quebrantos.

Tras la caída del pescador, la tripulación echó al agua varios salvavidas y el patrón del barco se arrojó al mar para rescatarlo. Tras más de diez minutos en el agua, logró localizarlo e izarlo a bordo con la ayuda de los demás tripulantes. «Era muy difícil el rescate porque era de noche. Debió estar en el mar 10 minutos o así, tragaría agua y por eso se debió ahogar. No sé muy bien lo que pasó porque yo estaba en la máquina», explicó el maquinista del barco.

A pesar del esfuerzo de sus compañeros, cuando Suárez Espasandín llegó a la cubierta de la embarcación no parecía tener síntomas de vida y así lo transmitieron a los servicios de salvamento, lo que hizo que el helicóptero de Sasemar Helimer Galicia, con base en el aeropuerto coruñés de Alvedro, se viese obligado a esperar diez minutos antes de partir al rescate para dotarse de los medios necesarios para intentar reanimarlo. Los servicios de salvamento tuvieron que esperar por la llegada de un equipo desfibrilador que se trasladó al punto de encuentro con el pesquero por cuanto los datos que apuntaba la tripulación eran de que el marinero «no tenía signos vitales y estaba en parada».

El equipo de desfibrilación está instalado en los helicópteros medicalizados. No es el caso del Helimer Galicia, que cuenta exclusivamente con material propio de la búsqueda y rescate de accidentados en la mar.

Salvamento Marítimo precisó que cuando el helicóptero llegó el joven «se encontraba bastante mal» y estaba «tumbado en cubierta». Alrededor de las 02:25, el helicóptero lo trasladó al aeropuerto de Alvedro, con síntomas de hipotermia, donde le esperaba una ambulancia medicalizada del 061 (que sí dispone de desfibrilador) cuyo personal sólo pudo certificar la muerte del infortunado marinero.

A la espera de conocer los resultados de la autopsia que se le realiza en el hospital Juan Canalejo, se supone que la muerte le sobrevino a Fernando Suárez a causa de la hipotermia que sufría.

El pesquero Playa los Quebrantos, de 20,5 metros de eslora, tiene su base en A Coruña, puerto al que llegó recientemente procedente del asturiano de Avilés, donde causó baja en el año 2006. La tripulación estaba formada por diez marineros, todos ellos gallegos, según apuntó Manuel Cancela, hijo del armador del arrastrero, del mismo nombre. Se trata de un rampero con licencia para faenar en aguas del Cantábrico-Noroeste que, hasta hace poco tiempo, faenaba habitualmente en aguas asturianas y descargaba sus capturas en el puerto gijonés de El Musel. Estas eran trasladadas por carretera a la lonja del Muro coruñés para su subasta.

Con este siniestro son ya 17 las personas fallecidas en el mar en lo que va de año tras varios accidentes en el mar, entre ellos, el más sonado del buques ribeirense Cordero, que naufragó frente a cabo Prior el 15 de enero y que supuso la muerte de cinco marineros, uno oficialmente fallecido y cuatro desaparecidos.

Sin embargo, en el accidente de ayer, armador, tripulación y autoridades explicaron que el incidente es «un desafortunado accidente laboral». Aunque pudo ser peor porque el patrón del buque «también estuvo a punto de perderse en el agua», explicó Manuel Cancela.


Fuente: Antón Luaces / M. B. | www.laopinioncoruna.es