Según la mujer, fue amenazada por uno de los funcionarios, encerrada e ignorada cuando comenzó a sangrar por la vagina
El juez de Instrucción número 23 de Madrid, David Maman Benchimol, investigará las circunstancias que llevaron a una mujer embarazada de seis meses a abortar tras estar detenida durante más de ocho horas en la Comisaría de Vallecas sin recibir asistencia sanitaria, a pesar de que los facultativos de un Centro de Salud la derivaron sin éxito a Maternidad del Hospital Gregorio Marañón.
Según la mujer, fue amenazada por uno de los funcionarios, encerrada e ignorada cuando comenzó a sangrar por la vagina

El juez de Instrucción número 23 de Madrid, David Maman Benchimol, investigará las circunstancias que llevaron a una mujer embarazada de seis meses a abortar tras estar detenida durante más de ocho horas en la Comisaría de Vallecas sin recibir asistencia sanitaria, a pesar de que los facultativos de un Centro de Salud la derivaron sin éxito a Maternidad del Hospital Gregorio Marañón.

En un auto, el magistrado admite a trámite la querella criminal presentada por la afectada contra los agentes del Cuerpo de la Policía Nacional adscritos a la Comisaría de Vallecas que prestaron servicio el pasado 27 de mayo, así como contra una doctora que atendió a la mujer. Según ésta, fue hostigada, vejada y amenazada por uno de los funcionarios.

El abogado Antonio Alberca presentó la denuncia el pasado 5 de junio en los juzgados ordinarios de Plaza de Castilla. En la querella se les acusa de omisión del deber de socorro, aborto imprudente, lesiones, atentado contra la libertad individual, torturas y falsificación de documento público.

La detención de la víctima, M.I., se produjo el 27 de mayo sobre las 16.30 horas, cuando los agentes dieron el alto al coche en el que viajaban la mujer y su compañero sentimental, sobre el que tenía una orden de alejamiento. Tras pararles, el hombre, J.I., les informó de que había retirado la denuncia contra su pareja, puesto que esperaba un hijo y deseaba continuar con la relación.

A pesar del avanzado estado de su embarazo, los policías procedieron a la detención de la mujer por quebrantar la prohibición de acercarse a su compañero. Trasladada a las dependencias policiales, fue conducida a una celda tras ser «hostigada, vejada y amenazada por uno de los funcionarios». «Desde el mismo momento de la detención, M.I. informó a los policías de que estaba en avanzado estado de gestación», subraya la querella.
Una hora gritando

Una vez en la celda, y debido al maltrato recibido, la embarazada empezó a sangrar por la vagina, pidiendo a gritos y con golpes en la puerta que la sacasen y la llevaran a un médico. La mujer y su compañera de celda aporrearon la puerta durante una hora, hasta el punto de que se causaron lesiones en la mano derecha. Escuchadas sus súplicas, trasladaron a la mujer a un centro de salud de Atención Primaria, que la derivó a Maternidad del Hospital Gregorio Marañón.

Sin embargo, los funcionarios la condujeron de nuevo a Comisaría, donde fue encerrada en la celda. Tras cuatro horas y media, la llevaron a Maternidad del Gregorio Marañón. Pero los sanitarios no pudieron hacer nada por el feto, sufriendo así un aborto.

Según la denuncia, tras ser dada de alta, los policías la trasladaron a la Comisaría, dejándola tirada literalmente en el suelo de un cuarto, tapándola con una manta. Un funcionario de alta graduación se cruzó con «el bulto» y le dio una patada, preguntando qué era «eso». Cuando se percató de que se trataba de una mujer, el funcionario decidió dejarla en libertad.


Fuente: EUROPA PRESS / PÚBLICO.ES