Artículo publicado en Rojo y Negro nº 378, mayo 2023

POR QUÉ HACEMOS HISTORIA
Afortunadamente, vivimos en tiempos de recuperación de la Memoria y nos parece oportuno hacer un breve recorrido por la historia de los ateneos libertarios. Aunque hay publicado poco al respecto debido a que gran parte de la documentación fue destruida para salvar vidas o para borrar el testimonio de la existencia de estos espacios de cultura obrera, rebelde y alternativa que formaron parte de la revolución más profunda que se ha llevado a cabo hasta ahora.
Os hacemos un llamamiento desde aquí, animándoos a investigar y sacar a la luz aquellos aspectos de la historia del movimiento libertario a los que podáis tener acceso para dar a conocer sus contribuciones e iniciativas, que han sido muchas y constituyen la base del movimiento reivindicativo actual.
También vivimos tiempos en los que tecnicismos y anglicismos inundan nuestro idioma y puede ser refrescante recrearnos en el origen griego de la palabra ATENEO. Viene del culto a Palas Atenea, la diosa griega de la sabiduría y en sus templos se celebraban encuentros de artes y ciencias. Los anarquistas adoptaron este nombre por el valor que le daban al conocimiento como herramienta de liberación. Y esta idea resume la esencia de los ateneos libertarios.

EL ORIGEN
Aunque tienen sus antecedentes, a mediados del siglo XIX, en las asociaciones promovidas por el movimiento obrero para su formación e instrucción; los ateneos específicamente libertarios surgieron a finales del XIX o principios del XX, impulsados por los anarquistas y la corriente autogestionaria y antiautoritaria del Movimiento Obrero, paralelamente surgen las Casas del Pueblo (afines al PSOE y UGT) y los Círculos Republicanos.
Tienen como finalidad difundir el anarquismo, formar militantes y crear una cultura autogestionaria y alternativa al sistema capitalista. Ellos pensaban que los seres humanos hemos nacido para ser libres, felices y responsables. Pero desperdiciamos nuestras vidas como esclavos asalariados del sistema capitalista (tened en cuenta las condiciones de miseria e hiperexplotación en que se hallaban, en plena revolución industrial). Sin embargo, la libertad y la emancipación son posibles: si se colectivizan los medios de producción y la tierra y se organizan de forma autogestionaria; desaparecen las clases sociales, disfrutando todos/as por igual de los frutos del trabajo y el Estado queda abolido, siendo sustituido por el federalismo, que va de abajo a arriba, partiendo de su núcleo básico, la Comuna.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA
Así, durante los primeros 30 años del siglo XX se fundan ateneos ácratas tanto en las ciudades como en zonas rurales, habida cuenta que el Estado no se hace cargo de la educación ni de ningún servicio que cubra las necesidades básicas de la gente.
Pero tienen su máximo desarrollo durante la Segunda República, en la que vieron cómo sus locales se iban llenando de trabajadores y trabajadoras ávidos por aprender a leer y escribir y acceder a la cultura que había en sus bibliotecas, pues existía una gran pasión por leer y tenían la idea de que, si poseían cultura, sabrían enfrentarse a los patronos. Mientras tanto, en las asambleas, en las conferencias, en los grupos de lectura, adquirían conciencia social y aprendían a rebelarse.
¿Cómo eran estos Ateneos primigenios? Su estructura era muy sencilla. Los más básicos contaban con una biblioteca y una sala de conferencias. La falta de espacio era uno de sus principales problemas (como se ve en las actas); pues llevaban a cabo muchas actividades: orfeones, grupos de teatro (también despertaba gran afición), recitales poéticos, se editaban boletines e incluso libros… Se impartían cursos y los había que contaban con una escuela racionalista y consultorio médico.
Otro problema que les afectaba era la inestabilidad legal. Muchos eran clausurados periódicamente y sufrían la represión de los gobiernos de turno que veían más peligro en su acción cultural y en la de las escuelas racionalistas, que en la mera reivindicación económica.
Dada la militancia múltiple, mantenían un estrecho vínculo con la CNT, cuando no compartían local. Al igual que con Juventudes Libertarias; constituían su cantera, se hacían cargo de muchas tareas, como dar clase y posibilitaban la incorporación de las mujeres jóvenes, las cuales “alucinaban” al poder estar trabajando codo a codo con los hombres, dada la separación de sexos que imponía la moral restrictiva de la época, aunque entre los compañeros también existía machismo, lo que motivó (entre otras razones) la fundación de Mujeres Libres, que también tenían implantación en los Ateneos.
Eran autónomos económicamente y funcionaban con sus propias cotizaciones o actividades recaudatorias, ya que no querían depender del Estado. Así, por ejemplo, en 1938, la Federación de Ateneos de Madrid se vio dividida en dos: los partidarios de pedir una subvención, ya que soportaban muchas cargas, aprovechando que el ministro de Instrucción Pública, Segundo Blanco, era de la CNT; y los que se oponían rotundamente. No obstante, la precariedad económica y el agobio por la insuficiencia de recursos, eran habituales en nuestros Ateneos.
Según nos explica Javier Navarro, los ateneos eran muy heterogéneos: sindicalistas unos, individualistas otros, faístas, de Juventudes Libertarias… Funcionaban de forma descentralizada llevando a cabo proyectos propios, aunque en la guerra tuvieron que coordinarse.
En la 2ª República —como señalé antes— se crea una numerosa red de Ateneos. Cada comarca cuenta al menos con uno y lo mismo sucede en los barrios de las ciudades. Donde alcanzaron mayor auge fue en Cataluña, destacando Barcelona. En ésta eran famosos: el Ateneu Enciclopèdic Popular, el de Clot (sede de Natura) o el de Sants. También en Madrid recibieron un gran impulso llegando a tener 120 al final de la guerra.
En nuestra zona, en Granada capital, había tres. El más importante estaba en la Plaza de Aliatar (Albaicín). No olvidemos, que la CNT tenía mucha fuerza aquí, era la organización mayoritaria, con 12.000 afiliados.
En 1939 triunfa definitivamente el golpe de estado fascista y los Ateneos y su cultura libertaria desaparecen.

LOS ATENEOS EN LA DEMOCRACIA
Tras la muerte del dictador, con las ansias de libertad, vuelven a montarse los Ateneos ácratas, pero sin la fuerza que tenían antes. Hay diversos motivos:
– La educación estaba ya en manos del Estado o de la Iglesia.
– Los ateneos se implicaban en las luchas por los problemas del barrio en coordinación con las Asociaciones de Vecinos, pero estas han ido desapareciendo o perdiendo su papel reivindicativo y el movimiento vecinal está de capa caída.
– La domesticación llevada a cabo desde los Centros Cívicos municipales que con sus talleres, deportes, cursos… han ido alejando a la gente de la cultura crítica y transformadora de manera intencionada.
– La manipulación informativa, desmovilizadora y desconcienciadora ejercida desde la tele, las redes sociales, internet, etc. se introduce en nuestras casas, nos aísla y además, nos impide ver las realidades de forma crítica.
No obstante, los ateneos siguen adelante con su función cultural y combativa, creando espacios de libertad y autogestión.

Isabel Cobos Lorente
Ateneo Libertario Utopía de Motril


Fuente: Rojo y Negro