El periodista iraquí que lanzó sus calzado a la cara de Bush se ha convertido en su país en héroe y símbolo de los miles de iraquíes que han muerto desde la invasión estadounidense en 2003. El Gobierno Iraquí califica el hecho de "acto barbárico"

El periodista iraquí que lanzó sus calzado a la cara de Bush se ha convertido en su país en héroe y símbolo de los miles de iraquíes que han muerto desde la invasión estadounidense en 2003. El Gobierno Iraquí califica el hecho de «acto barbárico»

El periodista iraquí que lanzó sus zapatos a George W. Bush, una acción considerada de insulto por algunos, como el propio Gobierno iraquí ; se ha convertido para muchos otros en un símbolo contra el imperialismo estadounidense.

Muntazer Al Zaidi, un periodista de 29 años de la cadena de televisión Al Bagdadia, se ha convertido gracias a este acto en algo más que una celebridad : el movimiento del líder chiita radical Moqtada Sadr le convirtió ya en su nuevo héroe.

El reportero chií estaba furioso con Bush por los miles de iraquíes que han muerto desde la invasión estadounidense en 2003. Su rebeldía le ha valió ser objeto de atención por unos breves segundos, momentos antes de ser reducido por la seguridad del presidente.

Fue el mismo Bush, el que tras bromear sobre el tamaño de pie que debía utilizar el periodista, confesó que este tipo de situaciones eran comprensibles en sociedades «libres», en tanto que son utilizadas para llamar la atención.»Este es el beso de despedida del pueblo iraquí, perro», gritó Zaidi a Bush antes intentar dirigir su calzado a la cara del todavía presidente de los Estados Unidos.

Curiosamente, para las autoridades iraquíes, que no opinan lo mismo que Bush, un acto como el de Zaidi supone salirse de la «concordancia de la era democrática y la libertad de expresión que las autoridades estadounidenses les prometieron a los iraquíes». El Gobierno iraquí acusa al reportero iraquí de cometer un «acto barbárico». Además, piden al canal de televisión para el que trabaja Zaidi que condene «el acto ignominioso que mancilla la reputación de todos los periodistas y la prensa irquí en general».
Héroe y símbolo

«Gracias a Dios, el acto de Muntazer llena de orgullo los corazones iraquíes. Estoy seguro de que muchos iraquíes quieren hacer lo que hizo Muntazer. Muntazer solía decir que todos los huérfanos cuyos padres fueron asesinados eran culpa de Bush», explicaba el hermano de Muntazer, Udai al Zaidi, a una televisión.

El canal independiente para el que trabaja Zaidi, Al Baghdadiya, ha pedido su liberación y varios grupos de personas se han manifestado en Ciudad Sadr, una amplia barriada de Bagdad, en el bastión chií sureño de Basora y en la ciudad sagrada de Nayaf, donde han levantado sus zapatos y algunos incluso han llegado a lanzarlos a un convoy estadounidense.

Zaidi estuvo solo en el momento de arrojar sus zapatos contra George Bush, sin embargo, todo apunta a queestará bien acompañado en el caso de que se abra un juicio en su contra. Al menos cien abogados árabes han mostrado su predisposición a defender al periodista iraquí detenido ayer por tirar sus dos zapatos contra el presidente estadounidense, George W. Bush, y llamarle «perro», según un abogado iraquí.


Así lo expresó en unas declaraciones a Al Yazira el letrado Jalil al Duleimi, antiguo jefe del equipo de defensa del difunto presidente iraquí Sadam Husein, ejecutado el 30 de diciembre de 2006. «Este héroe debe tener un juicio justo, y ya más de cien abogados árabes se han presentado como voluntarios para defenderlo», dijo Al Duleimi.

Según sus compañeros de trabajo, Muntazer, no tiene vínculos con ningún grupo más allá de sus poprias convicciones. «No está relacionado con el antiguo régimen (de Sadam Hussein). Su familia fue detenida con Sadam. Es un hombre orgulloso de ser árabe, un joven de espíritu abierto. Los estadounidenses le detuvieron en dos ocasiones», reveló Jafaji.

Para muchos el acto de Zaidi está cargado de simbolismo e intención, para otros es una simple salida de tono más. «No sé lo que me dijo, pero vi la suela (del zapato)», bromeó Bush con la prensa durante el viaje que le trasladó este lunes a Afganistán. «Desconozco qué causa defiende… No me sentí amenazado en ningún momento (…) No me molestó. Si quieren datos, era una suela del número 10 (equivalente al 44)», ironizó Bush.


Fuente: publico.es