Del año 1973 muchos y muchas militantes guardan el recuerdo del golpe del Estado de Pinochet en Chile. Pero el 27 de junio de ese mismo año tuvo lugar en Uruguay un golpe de Estado militar. La dictadura se mantendría hasta el año 1984. 11 años de tortura, de “desapariciones”, de encarcelamientos, de caza a quienes luchaban por la revolución, a demócratas y sindicalistas, a los y las resistentes, a las personas solidarias. Todo ello se dio a una escala masiva. Se cuentan en 15.000 las personas que fueron retenidas como prisioneras políticas y torturadas, al tiempo que fueron 500.000 las que se fueron al exilio (en un país de menos de tres millones de habitantes).

La represión, sin embargo, había comenzado mucho antes, fundamentalmente con la promulgación de las medidas de excepción, en junio de 1968, con un gobierno “democrático” todavía funcionando. La censura y la posibilidad de realizar detenciones sin cargos fueron así legalizadas. Esto preparó el terreno para los militares, que fueron ocupando una posición cada vez más importante, y culminó el 26 de junio de 1973.

La represión, sin embargo, había comenzado mucho antes, fundamentalmente con la promulgación de las medidas de excepción, en junio de 1968, con un gobierno “democrático” todavía funcionando. La censura y la posibilidad de realizar detenciones sin cargos fueron así legalizadas. Esto preparó el terreno para los militares, que fueron ocupando una posición cada vez más importante, y culminó el 26 de junio de 1973. El 30 de junio la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) fue disuelta, muchos de sus miembros continuaron la lucha en la clandestinidad, empezando por una huelga general contra el golpe de Estado que se prolongó hasta el 12 de julio.

Estos fueron los años en los que el imperialismo americano instaló y sostuvo dictaduras por toda América Latina.

Si la dictadura militar tuvo su origen en un régimen que se decía democrático, su fin estuvo marcado también por una connivencia similar: la “transición democrática” que comenzó a principios de los años ochenta fue acompañada de la represión feroz de los movimientos sociales. En diciembre de 1986, de nuevo un “régimen democrático” promulgaba una ley de amnistía que permitía que los responsables de esa sangrante represión eludieran a la justicia. Esta situación permite que haya aún hoy responsables políticos y militares que reivindiquen abiertamente la dictadura.

Las organizaciones miembro de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas reconocen a todas aquellas personas que se enfrentaron a estos regímenes. A día de hoy, la solidaridad sindical internacional es una necesidad. Este es el sentido del mensaje que dirigimos a nuestros compañeros y compañeras del PIT-CNT de Uruguay.

http://www.laboursolidarity.org/URUGUAY-23-de-junio-de-1973-Golpe?lang=es


Fuente: Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas